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El plan de estabilización de Trump para Gaza corre el riesgo de iniciar otra guerra

Aunque Trump celebre la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de respaldar su hoja de ruta para la Franja, pronto podría descubrir que pasar del papel a la acción puede resultar imposible mientras persista Hamás.

Donald Trump

Donald TrumpAndrew Caballero- Reynolds/AFP.

Las esperanzas de Donald Trump de establecer un alto el fuego permanente en Gaza podrían verse fatalmente comprometidas por sus esfuerzos para crear una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés) para que dirija la franja en lugar de los terroristas de Hamás.

Como parte del amplio plan de Trump para poner fin al conflicto, se propone la creación de una fuerza multinacional procedente de varios Estados árabes y musulmanes que recibirá el mandato de mantener la seguridad en el enclave durante un periodo inicial de dos años.

Una parte fundamental de la misión de la fuerza será desarmar a los terroristas de Hamás y poner fin a sus dos décadas de reinado del terror en Gaza. Durante ese tiempo, además de brutalizar a la población local, aprovecharon para lanzar un flujo constante de ataques terroristas contra Israel, culminando en la invasión del 7 de octubre de 2023.

Sería intolerable que el sucesor de Hamás hiciera lo mismo.

La creación de la fuerza propuesta por Trump dio un paso importante cuando el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución redactada por Estados Unidos que respalda el plan de 20 puntos para poner fin al conflicto y establecer una Fuerza Internacional de Estabilización. La FIS se encargaría de supervisar la desmilitarización de la Franja, entre otras cosas mediante el desmantelamiento de armas y la destrucción de infraestructuras terroristas.

Como parte de este proceso, se encargaría de garantizar el desarme completo de Hamás.

Sin embargo, como el rey Abdalá II de Jordania señaló a la BBC en octubre:

"¿Cuál es el mandato de las fuerzas de seguridad dentro de Gaza? Esperamos que sea el mantenimiento de la paz, porque si es la imposición de la paz, nadie querrá tocar eso... Ir de acá para allá en patrullas armadas por Gaza no es una situación en la que ningún país quiere verse involucrado".

Lo mismo ocurre con una fuerza internacional, como el mundo ha podido comprobar en el Líbano desde hace casi medio siglo.

El texto de la resolución establece que los Estados miembros también pueden participar en el plan de Trump para establecer una "Junta de Paz", que actuaría como una autoridad de transición para supervisar la reconstrucción y la recuperación económica de Gaza tras el conflicto.

Trump celebró la votación como "un momento de verdadera proporción histórica" en un post en las redes sociales. "Los miembros de la Junta, y muchos más anuncios emocionantes, se harán en las próximas semanas", escribió Trump.

Mike Waltz, embajador de EEUU ante la ONU, dijo que la resolución, que incluye el plan de 20 puntos de Trump como anexo, "traza un posible camino para la autodeterminación palestina... donde los cohetes darán paso a ramas de olivo y existe la posibilidad de acordar un horizonte político".

"Desmantela el control de Hamás, garantiza que Gaza se levante libre de la sombra del terror, próspera y segura", dijo Waltz al Consejo antes de la votación. Si tan solo...

La resolución del Consejo de Seguridad fue aprobada a pesar de las críticas de Rusia y China, que tienen derecho de veto. Las delegaciones rusa y china se quejaron de que la resolución no otorga a la ONU un papel claro en el futuro de Gaza. Al final, ambos países se abstuvieron en la votación.

¿Paz o una nueva fase de enfrentamientos?

No obstante, aunque el plan de paz de Trump para Gaza cuenta ahora con el respaldo formal de las Naciones Unidas, está claro que necesita superar una serie de obstáculos importantes para que funcione, como el fracaso de las fuerzas de la FPNUL a la hora de controlar a Hezbolá en Líbano, y la no menos importante feroz oposición de Hamás al mero concepto de la ISF.

En respuesta a la votación de la ONU, Hamas reiteró su insistencia en que no se desarmará, argumentando que su lucha contra Israel constituía una "resistencia legítima". También denunció la formación de una "Junta de Paz", afirmando en un comunicado: "La resolución impone un mecanismo de tutela internacional sobre la Franja de Gaza que nuestro pueblo y sus facciones rechazan".

Por el contrario, la Autoridad Palestina emitió un comunicado en el que acogía con satisfacción la resolución y afirmaba estar dispuesta a participar en su aplicación.

Con grupos extremistas como Hamás condenando ya las siguientes fases del alto el fuego, la Casa Blanca puede tener dificultades para persuadir a los países árabes y musulmanes de que proporcionen las tropas necesarias para establecer la fuerza multinacional.

"Es probable que la Administración Trump se enfrente a importantes dificultades en sus esfuerzos por establecer la ISF".

Hamás afirma que autorizar a la ISF a aplicar el desarme completo de la organización terrorista la convierte en un combatiente que actúa en nombre de Israel, una declaración que prácticamente garantiza que la fuerza multinacional se vería envuelta en un conflicto violento con el grupo islamista.

Hamás ha dejado claro, según un informe, que "el pueblo palestino... no permitirá ninguna tutela ni la imposición de ninguna solución o ecuación externa".

"Por otra parte, los Comités de Resistencia Popular (CRP), grupo aliado de Hamás, afirman que consideran 'una agresión' cualquier intento de desplegar fuerzas internacionales o de otro tipo en Gaza y que se enfrentarán a ello como fuerzas de ocupación".

Aunque varios países de mayoría musulmana, entre ellos Indonesia, Azerbaiyán y Egipto, han manifestado su disposición a apoyar la misión, se muestran cautelosos a la hora de comprometerse plenamente. Muchos de sus líderes han expresado interés en emprender una misión de mantenimiento de la paz, pero se muestran menos entusiastas a la hora de implicarse en una guerra en toda regla con Hamás.

Si aquello ocurriera, los intentos de Trump de poner fin al conflicto de Gaza simplemente habrán conseguido lanzar una nueva fase de combates en la zona devastada por la guerra.

¿Una tarea... imposible?

Es probable, por tanto, que la Administración Trump se enfrente a importantes dificultades en sus esfuerzos por establecer las ISF. Varios de los aliados de Washington, como Emiratos Árabes Unidos y Jordania, ya se han declinado a contribuir militarmente hasta que no haya claridad sobre la naturaleza precisa de la misión.

Turquía, por su parte, se mostró dispuesta a implicarse en Gaza, pero ha sido rechazada por sus simpatías pro-Hamás.

Es una medida de la creciente desesperación de la Administración Trump por pasar a la siguiente fase de su plan de paz para Gaza que incluso se ha acercado al Gobierno legítimo de Yemen, devastado por la guerra, para desplegar tropas, a pesar de que ha demostrado ser totalmente incapaz de defender su propio país de los rebeldes hutíes respaldados por Irán.

Aunque Trump pueda estar celebrando la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de respaldar su plan de paz para Gaza, puede que pronto descubra que es imposible llevarlo a cabo si los terroristas de Hamás siguen en la Franja.

Con Coughlin es redactor de Defensa y Asuntos Exteriores del Telegraph y Distinguished Senior Fellow del Gatestone Institute.

© Gatestone Institute

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