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Trump debe evitar el error de convertir a Mamdani en un mártir

Para la extrema izquierda, que desafortunadamente se ha convertido en la base del Partido Demócrata, el ataque por parte del presidente es una medalla de honor.

Zohran Mamdani antes de un debate en las primarias.

Zohran Mamdani antes de un debate en las primarias.AFP

Zohran Mamdani, quien se coronó en un primer round como el candidato demócrata a las elecciones de alcalde de Nueva York, pasó de ser un completo desconocido a convertirse en una figura política de peso nacional en apenas un semestre. No hay duda de que es talentoso. Sabe hablar, es elocuente, entretiene, es cool y maneja perfectamente las redes sociales. Todo ello, sumado a sus ideas extremista, lo vuelven un cóctel letal.

Por Mamdani no votaron los barrios pobres, de hispanos o negros. Paradójicamente, votó la élite de Nueva York —concentrada en Manhattan o en el occidente de Brooklyn. Fueron los jóvenes blancos, bien educados, probablemente de otros estados del país, que se mudaron a Nueva York a ratificarla como la ciudad más progresista de Estados Unidos.

El triunfo de Mamdani en las primarias demócratas —lo que virtualmente lo vuelve el alcalde de Nueva York al menos que ocurra un milagro— ha aterrado a todo el país. Lo que da más miedo es que Mamdani fue subestimado y muchos pensaron que sus ideas extremistas —como congelar el precio de la renta, crear viviendas sociales y supermercados públicos, emulando lo que Maduro ha hecho en Venezuela o Castro en Cuba— ahuyentaría a la mayoría de los electores. Pero no ocurrió. De hecho, ocurrió lo contrario: Mamdani es un fenómeno en ascenso, que logró la candidatura en el primer round —mientras que el actual alcalde, el moderado Adams, la ganó en el octavo.

El fenómeno de Mamdani, finalmente, atrajo esta semana la atención de Donald Trump. El presidente, luego de conocerse su triunfo en las primarias, lo llamó un "lunático" y "comunista". Y, unos días después, amenazó con detenerlo si Mamdani llegase a, una vez como alcalde de Nueva York, resistir los operativos de ICE en la ciudad —como el mismo candidato sugirió durante la campaña.

Para la extrema izquierda, que desafortunadamente se ha convertido en la base del Partido Demócrata —una reciente encuesta de Reuters así lo demuestra—, el ataque por parte de Trump es una medalla de honor. La base radical del Partido Demócrata, envenenada por la belicosa retórica de las élites, considera a Trump la peor amenaza a Estados Unidos. Si Zohran Mamdani es su gran enemigo, entonces Mamdani es su líder.

En ese sentido, Trump comete el error de apuntar contra Mamdani cuando el candidato ni siquiera ha ganado las elecciones. Los ataques de Trump le dan una relevancia a Mamdani que hasta hace poco no tenía y lo vuelven en un adversario nacional de quien hoy es el líder indiscutible del Partido Republicano y el político más relevante de todo Estados Unidos. Y, peor aún, Trump plantea la posibilidad de volver a Mamdani, con una eventual detención, un mártir.

Para alguien como Mamdani, ignoto, inmigrante y estadounidense desde hace apenas ocho años, un enfrentamiento con el presidente de Estados Unidos es un triunfo. Más aún, si puede transformar ese enfrentamiento en una persecución política para efectos de la opinión pública. Eso lo convertiría en mártir demócrata y catapultaría su popularidad. Es justamente lo que busca con sus alaridos de extrema izquierda. 

Cuando Mamdani hace propuestas tan disparatadas como congelar los precios de la renta y transformar en públicos edificios de la ciudad, su gran propósito es provocar a la derecha y generar reacciones. Mamdani se perfila, sin miedo alguno, como un extremista, porque sabe que esa es la forma de hacerse verdaderamente popular. Decir abiertamente que hay que acabar con los multimillonarios de la ciudad y que el capitalismo es un problema tiene como único objetivo despertar la ira de quienes Mamdani considera como adversarios. Entonces, aparecen propuestas como quitarle la nacionalidad o —en este caso—, mandarlo a prisión, que al final son regalos para Mamdani: es su momento de igualarse con Donald Trump y decir que él es el verdadero perseguido político.

El presidente Trump debe dejar que los influencers, medios, periodistas y políticos de la derecha expongan el peligro que significa Zohran Mamdani para una ciudad tan importante como Nueva York. Pero, al involucrarse él, no solo le está dando una relevancia que no merece sino que además le brinda el argumento necesario para perfilarse como un perseguido político. No hay duda de que la mayor aspiración de Mamdani es convertirse en un mártir frente a la Administración Trump. 

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