Atentado en Washington: ¡cuidado! El ‘yihadismo izquierdista’ no apunta solo contra los judíos
El ‘yihadismo izquierdista’, alimentado por la retórica antisemita y los intereses de actores externos, debe ser enfrentado con determinación para que no se siga expandiendo.

Protesta pro-Hamás en la Universidad de Columbia
El atentado terrorista perpetrado este miércoles en Washington, D.C., donde un activista de extrema izquierda asesinó a dos empleados de la embajada israelí, no es un hecho aislado. Es la culminación de una escalada de violencia, incitación y odio que se ha gestado desde la masacre del 7 de octubre de 2023 en Israel. Este ataque no sólo refleja el creciente antisemitismo disfrazado de antisionismo, sino también una peligrosa alianza entre la izquierda radical, los islamistas y los intereses de actores externos como Qatar, que buscan desestabilizar Occidente.
Desde octubre de 2023, hemos sido testigos de un aumento alarmante en las protestas violentas lideradas por organizaciones estudiantiles y no estudiantiles de izquierda, junto con grupos islamistas, en las calles y campus universitarios de Estados Unidos. Estas manifestaciones, lejos de ser pacíficas, han acosado y agredido a estudiantes y manifestantes judíos y pro-israelíes, con el respaldo implícito o explícito de políticos de izquierda y una prensa local e internacional que, en muchos casos, actúa como vocera de Hamás. Las mentiras cómodas, amplificadas por medios sesgados, han alimentado un clima de odio que desembocó en el cobarde ataque en Washington.
La intervención de elementos desestabilizadores externos
La intervención de Qatar, uno de los principales financistas del terrorismo global y aliado de la Hermandad Musulmana —un movimiento radical prohibido incluso en varios países árabes—, ha jugado un papel clave. Su financiación de universidades estadounidenses ha abierto la puerta a la radicalización, promoviendo narrativas que justifican la violencia bajo el pretexto de la causa palestina. Esta causa, históricamente, no ha sido más que una excusa para buscar la destrucción de Israel y de los judíos. Hoy, la bandera palestina se ondea como un símbolo de odio, no de justicia, mientras consignas genocidas contra los judíos resuenan en estas protestas.
La izquierda radical, que se alía con islamistas, ignora que su estilo de vida y valores chocarían frontalmente con el régimen opresivo de Hamás en Gaza o de la Autoridad Palestina en la Ribera Occidental. Sin embargo, su odio compartido hacia los judíos y Occidente los une en una alianza perversa. Estos activistas, muchos de ellos resentidos y manipulados por narrativas de culpa occidental, se convierten en peones de potencias como Qatar, China o Rusia, que buscan desestabilizar nuestras democracias.
La peligrosa justificación del terrorismo
El asesinato de los empleados de la embajada israelí ha sido justificado por los radicales como un ataque contra "sionistas" que apoyan un supuesto "genocidio" en Gaza. Esta retórica no es nueva: al etiquetar a los judíos como "sionistas", pretenden legitimar su antisemitismo y justificar cualquier acto de violencia.

JNS
Netanyahu: el mundo difunde la mentira de "niños palestinos hambrientos"
JNS (Jewish News Syndicate)

Hoy, portar una bandera israelí o símbolos judíos como la Estrella de David es suficiente para convertirse en un blanco. Mañana, lo será cualquiera que defienda a un sionista o los valores occidentales en general. Así como los islamistas radicales aspiran a imponer un califato, estos yihadistas izquierdistas buscan su propio califato de izquierda, utilizando a los palestinos como una mera excusa.
La hipocresía de estos grupos es evidente. Callan ante el genocidio perpetrado por Hamás el 7 de Octubre, pero alzan la voz cuando Israel se defiende. Se dicen escépticos de la prensa, pero consumen sin cuestionar las falsedades de medios que sirven de altavoz al terrorismo palestino. Ignoran conflictos globales con millones de víctimas porque no involucran a judíos, dejando claro que su agenda no es la justicia, sino el odio selectivo.
Es hora de actuar
A pesar de esto, existe una mayoría silenciosa que repudia estas acciones y apoya a Israel en su lucha contra el terrorismo. Esta mayoría valora la libertad, comprende su costo y reconoce lo que está en juego. Sin embargo, el atentado en Washington debe ser un punto de inflexión. Subestimar la peligrosidad de estos grupos ha sido un error. El yihadismo izquierdista, alimentado por la retórica antisemita y los intereses de actores externos, debe ser enfrentado con determinación.
Es hora de actuar. Las autoridades deben incrementar y acelerar sus esfuerzos en cortar de raíz esta ola de radicalización, revisando la financiación extranjera en universidades, fortaleciendo la seguridad de comunidades vulnerables y seguir condenando sin ambigüedades el antisemitismo disfrazado de antisionismo.
La libertad, nuestras vidas y los valores de Occidente están en juego; no podemos permitir que el terrorismo triunfe.