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La intromisión de Schumer en la política israelí y la fantasiosa solución de dos Estados

El líder de la mayoría en el Senado generó un gran revuelo en Estados Unidos e Israel luego de pedir la destitución de Netanyahu. “Son las FDI, y no Schumer o Biden, las que deben decidir cuándo se termina la operación militar”, sostuvo un analista.

Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado.

(Cordon Press)

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Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, pidió el jueves pasado la destitución del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

Las insólitas declaraciones del funcionario fueron sorpresivas por haberse expresado de semejante manera públicamente, pero en realidad sólo expresan lo que seguramente piensa la mayoría de los demócratas. Pero sí, Schumer pidió abiertamente sustituir al líder de un país en guerra contra una organización terrorista islámica como Hamás en Gaza, y, vale aclarar, contra otra organización terrorista como Hezbolá en el Líbano. Lo hizo, sí, lo hizo.

Según el funcionario estadounidense, Netanyahu “ha perdido el rumbo”, por lo que, dijo el demócrata, Israel necesita un nuevo primer ministro que esté enfocado en pacificar el conflicto entre los israelíes y los palestinos.

Por algún motivo difícil de comprender, Schumer considera que cambiar el liderazgo israelí en plena guerra pacificaría la región. En tal caso, vale preguntarse quién sería ese primer ministro ‘maravilloso’ que puede traer la paz a la región, teniendo en cuenta que Hamás ha reiterado en varias oportunidades que, si pudiera, repetiría varias veces una brutal masacre como la del 7 de octubre.

Schumer no mencionó a ningún candidato, pero sí castigó al Gobierno israelí. "Como partidario de Israel de toda la vida, lo tengo claro: la coalición de Netanyahu ya no se ajusta a las necesidades de Israel después del 7 de octubre. El mundo ha cambiado radicalmente desde entonces, y el pueblo israelí está siendo ahogado en estos momentos por una visión de gobierno anclada en el pasado", sostuvo.

"Netanyahu perdió el rumbo al permitir que primara su supervivencia política. Está en coalición con los extremistas de extrema derecha [Bezalel] Smotrich y [Itamar] Ben-Gvir", añadió.

El demócrata también manifestó que "personas de todos los bandos se están apartando de la solución de los dos Estados, incluido el primer ministro israelí Netanyahu, que rechaza la soberanía y la condición de Estado de Palestina. Como funcionario electo judío de más alto rango en Estados Unidos y defensor acérrimo de Israel, digo que se trata de un grave error. En esta coyuntura crítica, creo que unas nuevas elecciones en Israel son la única forma de permitir un proceso de toma de decisiones sano y abierto sobre el futuro de Israel, en un momento en que tantos israelíes han perdido la confianza en la visión y la dirección de su Gobierno".

Schumer se atrevió a pedir una vez más una “solución de dos Estados” en medio de una guerra comenzada por un grupo terrorista islámico que busca el exterminio de los israelíes, y que cuenta con el apoyo de buena parte de la población de Gaza y la Ribera Occidental, donde los habitantes son adoctrinados en el odio a los judíos desde la infancia y son oprimidos por sus mismos liderazgos. ¿Acaso los palestinos quieren un Estado viviendo en paz y armonía con su vecino?

Schumer, blanco de críticas republicanas y demócratas

Tras las declaraciones de Schumer, el demócrata Dean Phillips, miembro de alto rango del subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes para Medio Oriente, sostuvo que comparte la perspectiva de Schumer. Sin embargo, enfatizó que las declaraciones del líder de la mayoría en el Senado fueron irresponsables.

"Es tan irresponsable que un alto líder del Congreso convoque elecciones en Israel como lo fue que Netanyahu y los republicanos [violen] el protocolo al organizar su discurso de 2015 ante el Congreso sin el consentimiento de la Casa Blanca", afirmó Phillips en una declaraciones recogidas por Axios, aprovechando la ocasión para apuntar también contra el líder israelí y sus rivales políticos en Estados Unidos.

John Fetterman, un férreo defensor de Israel dentro del Partido Demócrata, también rechazó las declaraciones de Schumer, alegando que él mismo "exigiría que no haya influencia extranjera en nuestras elecciones, así que no estoy en eso".

Del lado republicano también llovieron las críticas sobre Schumer, siendo la de Mike Johnson, presidente de la Cámara, una de las más contundentes. "Queremos hablar de forma muy clara y concisa para decir que esto no sólo es muy inapropiado, sino que simplemente está mal que un líder estadounidense desempeñe un papel tan divisivo en la política israelí mientras nuestro aliado más cercano en la región está en una batalla existencial por su supervivencia”, manifestó.

Netanyahu no retrocede

A pesar de los duros cuestionamientos de Schumer, Benjamín Netanyahu parece no estar dispuesto a ceder y sigue firme en su plan de destruir a Hamás. De hecho, el primer ministro israelí dijo que el ejército llevará a cabo una ofensiva en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, lo cual para el mandatario es crucial para acabar con la organización terrorista.

Respecto de la operación en Rafah, Daniel Hagari, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), afirmó que el ejército coordinará con actores internacionales el traslado de alrededor de 1.400.000 de personas a las llamadas ‘islas humanitarias’, lejos de la zona de combate.

“Israel no es una república bananera”

En Israel, el gobernante partido Likud, al cual pertenece Netanyahu, emitió un comunicado instando a Schumer a abstenerse de "socavar" la coalición israelí, señalando que "Israel no es una república bananera, sino una democracia independiente y orgullosa. Contrariamente a las palabras de Schumer, el público israelí apoya una victoria completa sobre Hamás, rechaza cualquier compromiso internacional que llame a establecer un Estado terrorista palestino y se opone al regreso de la Autoridad Palestina a Gaza", señaló.

Benny Gantz, cuyo partido Unión Nacional se unió al Gabinete de Guerra de Netanyahu tras la masacre de Hamás del 7 de octubre, calificó las declaraciones del legislador estadounidense como "contraproducentes e inaceptables”. No obstante, aclaró que “Chuck Schumer es amigo de Israel, y aunque se equivocó en sus comentarios, juega un papel importante en la asistencia al Estado de Israel, incluso durante estos tiempos difíciles".

“Son las FDI, y no Schumer o Biden, las que deben decidir cuándo se termina la operación militar”

En declaraciones exclusivas para Voz Media, el analista internacional Luciano Mondino, dijo que las expresiones de Schumer representan “una intromisión a la política interna de Israel que guarda un aspecto de segundo orden respecto de lo que el Estado judío necesita y busca en la guerra contra Hamás en Gaza, que sigue teniendo dos objetivos principales: liberar a los 134 rehenes y terminar con el poder militar, político y gubernamental de la organización terrorista en toda la Franja”. Y señaló que el demócrata se equivoca, como muchos otros, al “dar como verídicas las cifras que Hamás brinda casi como una puesta en escena diaria solo para escalar en la guerra comunicacional”. “Ninguna cifra que brinde Hamás puede ser dada como infalible”, agregó.

Mondino señaló que “serán los israelíes quienes deberán decidir sobre su propio Gobierno. Pero los tiempos en Gaza los marcan las FDI: son ellas, y no Schumer o Biden, las que deben decir cuándo se termina la operación militar dentro de la Franja de Gaza”.

El analista sostuvo que “el Partido Demócrata hace muchos años que viene siendo fagocitado por el ala más izquierdista. Recordemos que dentro de esa facción está Bernie Sanders, que es un confeso antisemita que ha pedido bloquear a Israel a pesar de conocer que existen todavía ciudadanos israelíes secuestrados por Hamás. Él y los grupos de extrema izquierda no piden su liberación”.

“Por otro lado”, prosiguió Mondino, “Joe Biden está encarando un proceso electoral que lo encuentra en un contexto internacional verdaderamente complejo y, en el caso de Estados Unidos y su rol en la política internacional, tiene un impacto importante en la política doméstica. Los intereses del Gobierno de Washington y el de Jerusalén no están alineados como muchos piensan y creo que el terreno donde esto se ve más claro es en el de la guerra contra Irán, que es quien financia a Hamás: para el Partido Demócrata, Teherán no representa ningún peligro próximo, mientras que para Israel y para muchos estados árabes sunitas representa una amenaza existencial”.

Mondino también se refirió a la forma en que ha actuado la Administración Biden desde el 7 de octubre. “Israel y Estados Unidos comparten intereses estratégicos y de seguridad en Oriente Próximo y el compromiso de Washington con el derecho a la existencia y defensa del único Estado judío es irrenunciable a pesar de los Gobiernos que ocupen la Casa Blanca”, afirmó. Y añadió: “Existen puntos donde ambos disienten, y las últimas visitas de Antony Blinken han reforzado estos posibles puntos de desencuentro: insisten en presentar la creación de un Estado palestino para terminar con la guerra en Gaza y ponen mucha cautela a apoyar el ingreso de las tropas israelíes a Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Respecto al primer asunto, crear un Estado palestino sería dar un premio a los terroristas de Hamás que el 7 de octubre masacraron a más de 1200 personas, violaron mujeres antes y después de asesinarlas y secuestraron a más de 240 personas, entre las que se encontraba el bebé Kfir, de menos de un año. Respecto a la entrada en Rafah, el peso del ala izquierda del Partido Demócrata inclina la decisión de Biden, y podemos ver herida la confianza de Jerusalén hacia Estados Unidos y Occidente”.

“La guerra de Gaza, que es una guerra existencial para Israel, tiene claves que son incomprendidas en las capitales occidentales, que son fuertemente influenciables por la propaganda árabe y la presencia de organismos internacionales que se demostraron como cómplices del accionar de Hamás en los últimos años”, subrayó el analista.

En cuánto a las consecuencias políticas en Israel para el día después de la guerra, Mondino sostuvo que “cuando las FDI cumplan sus objetivos dentro de Gaza, habrá probablemente un cambio de rumbo en Israel y se producirá un llamado a elecciones que enfatizará que Israel es una democracia única en una región acostumbrada o a los totalitarios o a los proyectos islamistas”.

“Cualquier análisis político sobre la política israelí no habilita a decir que Netanyahu es igual a Hamás, la organización que perpetró la masacre del 7 de octubre, o que es igual a la Autoridad Palestina cuyo líder Mahmud Abás es un reconocido negacionista del Holocausto. No todo es lo mismo. Un posible mal gobierno en democracia puede ser sustituido mientras que para Hamás solo resta una aniquilación absoluta: militar, política y también ideológica”, concluyó el analista.

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