Bolivia pone fin a dos décadas de subsidios a los combustibles en medio de una grave crisis económica
La decisión marca un giro histórico en la política económica del país andino y se produce en un contexto de profunda crisis fiscal, cambiaria y energética.

(Archivo) Filas para el combustible en Bolivia
El nuevo Gobierno de Bolivia anunció este miércoles el fin de los subsidios a los combustibles, una política que mantuvo congelados los precios de la gasolina y el diésel durante casi 20 años bajo las administraciones de izquierda que precedieron a la actual gestión.
La decisión marca un giro histórico en la política económica del país andino y se produce en un contexto de profunda crisis fiscal, cambiaria y energética.
El presidente Rodrigo Paz, quien asumió el poder el pasado 8 de noviembre, explicó que el esquema de subvenciones se volvió insostenible y fue uno de los principales factores que llevaron a Bolivia a atravesar su peor crisis económica en cuatro décadas. El Estado boliviano centraliza las importaciones de gasolina y diésel, que compra a precios internacionales y revende en el mercado interno a valores muy por debajo del costo, lo que durante años drenó las reservas internacionales de dólares.
"Con la publicación de este decreto se anunciarán los nuevos precios de los hidrocarburos. La quita de subsidios mal diseñados del pasado no significa abandono. Significa orden, justicia y redistribución clara", afirmó Paz en un mensaje televisado, acompañado por los miembros de su gabinete.
El mandatario denunció además que el sistema de subsidios fomentó esquemas multimillonarios de corrupción y contrabando, al incentivar la reventa ilegal de combustibles hacia países vecinos. En ese marco, anunció que el diésel será retirado de la lista de sustancias controladas, con el objetivo de facilitar la importación por parte del sector privado y aliviar la escasez crónica.
"Los subsidios que se usaron para esconder el saqueo no volverán a condenar a Bolivia. La estabilización de los precios permitirá generar recursos fiscales adicionales", subrayó Paz.
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Desabastecimiento y malestar social
Desde 2023, Bolivia ha sufrido recurrentes períodos de desabastecimiento de combustibles. En numerosas ciudades, largas filas de vehículos se han vuelto habituales en las estaciones de servicio, con conductores que esperan horas e incluso días para poder cargar gasolina o diésel, una situación que golpeó con fuerza al transporte, la producción agrícola y la actividad industrial.
En sus primeras semanas de gestión, Paz calificó la herencia recibida como una "emergencia económica, financiera, energética y social", y aseguró que el Estado fue dejado en condiciones críticas tras dos décadas de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), encabezados por los izquierdistas Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025).
"Bolivia no podía seguir funcionando con normas de los últimos 20 años", afirmó el mandatario, quien anunció investigaciones para identificar responsabilidades en presuntos delitos de corrupción. En el marco de estos eventos, el expresidente Arce permanece detenido a espera de imputaciones formales por malversación y otros cargos.
Paquete de reformas económicas
Paz también adelantó que su gobierno exonerará de impuestos la repatriación de capitales que salieron del país durante los gobiernos anteriores. Según cifras oficiales, el impuesto a las grandes fortunas, creado en 2020 y recientemente eliminado, habría provocado la fuga de más de 2.000 millones de dólares.
En el plano social, el Ejecutivo anunció que el salario mínimo aumentará de 395 a 474 dólares a partir de enero de 2026 y prometió incrementos en los bonos asistenciales destinados a los sectores más vulnerables.
Inflación y presión cambiaria
Bolivia enfrenta un fuerte deterioro macroeconómico. La inflación interanual rozó el 20% en noviembre, tras haber alcanzado un pico cercano al 25% en julio, mientras que el dólar sigue siendo escaso y solo se consigue con facilidad en el mercado negro, donde cotiza muy por encima del tipo de cambio oficial.
">Pueblo de Bolivia, hoy hemos dictado un histórico D.S. He decidido declarar la emergencia económica y social que busca el sinceramiento de los precios de los hidrocarburos, una decisión difícil pero necesaria para garantizar el abastecimiento de combustible y dejar de desangrar…
— Rodrigo Paz Pereira (@Rodrigo_PazP) December 18, 2025
El Gobierno aseguró que este conjunto de medidas apunta a reducir el déficit fiscal en un 30%, estabilizar las cuentas públicas y sentar las bases para una recuperación económica, aunque el fin de los subsidios anticipa tensiones sociales en el corto plazo en un país históricamente sensible a los aumentos en los precios de los combustibles.