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Trump aparta a Grenell de Venezuela: no más esfuerzos diplomáticos para tratar con Maduro

La decisión de Trump se tomó durante una reunión el pasado jueves con altos mandos militares.

El enviado especial Ric Grenell en una imagen de archivo

El enviado especial Ric Grenell en una imagen de archivoAFP

Emmanuel Alejandro Rondón

Tras anunciar el fin de semana el inicio de la ‘Fase II’ en la guerra contra el narcoterrorismo, el presidente Donald Trump decidió poner fin a los contactos diplomáticos con el régimen de Nicolás Maduro, marcando el cierre definitivo de los esfuerzos de diálogo entre Washington y Caracas.

De acuerdo con un informe del New York Times, la medida abre la puerta a una posible escalada militar en el Caribe, en el marco de la ofensiva antinarcóticos que Estados Unidos mantiene contra cárteles y grupos criminales vinculados al chavismo.

“Fuentes estadounidenses confirmaron que la administración Trump tiene listos varios planes militares para una posible escalada, incluidos escenarios diseñados para forzar la salida de Maduro del poder”, se lee en el diario neoyorquino.

De acuerdo con el reporte, el mandatario ordenó personalmente al enviado especial Richard Grenell —quien lideró por meses las conversaciones con altos funcionarios del régimen chavista— suspender todas las gestiones diplomáticas.

La decisión de Trump se tomó durante una reunión el pasado jueves con altos mandos militares en la que el presidente expresó su frustración con el dictador Maduro, quien, a pesar de las demandas de Washington, ha decidido no abandonar el poder y negar cualquier relación con el narcotráfico.

Ese día, Trump levantó el teléfono y llamó personalmente a Grenell para dar la orden.

La ruptura diplomática total, en una relación que ya venía muy deteriorada, se produce en un momento en que Washington ha intensificado su ofensiva militar en el Mar Caribe, donde las fuerzas estadounidenses han hundido al menos cuatro embarcaciones cargadas de droga, tres de ellas vinculadas directamente por las autoridades estadounidenses al Cártel de los Soles y al Tren de Aragua, estructuras criminales que Estados Unidos asocia directamente con el régimen venezolano.

En esas operaciones, que ya dejaron al menos 21 presuntos narcotraficantes muertos, EEUU usó apenas parte de su arsenal desplegado en el Mar Caribe, donde actualmente hay buques de guerra, cazas F-35, submarinos nucleares y hasta tropas.

Durante la ceremonia por el 250.º aniversario de la Armada, Trump confirmó una nueva operación frente a las costas venezolanas y advirtió que el Ejército “ya no busca solo en el mar”, sino también objetivos terrestres, pues los narcotraficantes ya no están usando las rutas marítimas.

Según el New York Times, la Casa Blanca había permitido que Grenell negociara con Maduro durante varios meses, presuntamente con el objetivo de reducir tensiones y lograr la liberación de rehenes estadounidenses secuestrados en el país, este último completado con éxito. Sin embargo, tanto el secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, Marco Rubio, como otros miembros del gabinete, consideraron que los esfuerzos de Grenell tras la liberación de rehenes eran “inútiles” y generaban confusión dentro de la Administración.

Tanto Rubio como otros altos funcionarios de la Casa Blanca han descrito reiteradamente a Maduro como un “fugitivo de la justicia estadounidense”, recordando que enfrenta cargos por narcotráfico y una recompensa de $50 millones por información que conlleve a su captura. La cifra de recompensa es la más alta en la historia del país.

Fuentes citadas por el NYT también señalaron que la Administración Trump tiene listos varios planes militares que podrían incluir ataques selectivos en territorio venezolano. La suspensión del canal diplomático con el régimen chavista y la reciente declaración del Departamento de Guerra de que Estados Unidos mantiene un “conflicto armado” con los cárteles refuerzan esa posibilidad.

La decisión también demuestra el fracaso estrepitoso de los intentos del régimen de Maduro por acercarse a Washington. Apenas semanas atrás, Maduro había enviado una carta denigrante a “su excelencia, Donald Trump”, negando que su régimen traficara drogas y proponiendo continuar el diálogo a través de Grenell, a quien el dictador catalogó como un buen nexo. La misiva no sirvió y la Casa Blanca solo ha endurecido su postura desde entonces

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