Análisis | La estrategia del dragón: China gana terreno a Rusia en Cuba
Desde que la isla caribeña se unió a la Nueva Ruta de la Seda en 2018, el gigante asiático ha invertido millones de dólares en infraestructura estratégica en ese país, incluyendo transporte, puertos y telecomunicaciones.

China desplaza silenciosamente a Rusia de Cuba
Cuba no puede salvarse sola, y el régimen lo sabe. En medio de la oscuridad energética y económica, la isla ha echado mano a sus históricos socios comerciales para tratar de sortear la peor crisis de su historia, y entre ellos, algunos operan silenciosamente sin que se conozca cómo la dictadura pagará estos favores.
En el vaivén que amenaza con la estocada final a la Revolución, China ha emergido como un actor pragmático y discreto en Cuba, mientras que por otra parte, las promesas rusas -amiga incondicional del castrismo por décadas-, se desvanecen en la inacción. Así lo destacó un reporte de la agencia de noticias Reuters esta semana.
La escasez de alimentos, combustible y medicinas, junto con prolongados apagones, el éxodo masivo, una caída brutal del turismo y otras afectaciones en sectores clave como la producción de tabaco, han dejado al país en situación crítica.
En medio del complejo panorama, mientras muchos proyectos de Rusia se han desvanecido -incluso después de anunciados y glorificados por los medios oficiales-, China ha actuado de forma más silenciosa pero decisiva, impulsando propuestas clave en la isla, subraya el análisis publicado por la agencia.
Desde que Cuba se unió a la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road) en 2018, el Gobierno comunista de Xi Jinping ha invertido en infraestructura estratégica en la isla, incluyendo transporte, puertos y telecomunicaciones. Rusia, por su parte, enfrascada en la guerra en Ucrania y más reticente a asumir riesgos financieros, ha perdido protagonismo, afirma el medio británico.
"Las promesas de Rusia siempre han sido mayores que sus resultados", dijo a Reuters William LeoGrande, profesor de política latinoamericana en la American University. "Si China está aumentando su ayuda dadas las condiciones desesperadas de Cuba, eso podría ser un verdadero salvavidas".
La apuesta solar de China en Cuba
En febrero, se inauguró un parque solar en el municipio habanero del Cotorro, a las afueras de la urbe, en presencia del embajador chino Hua Xin y el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, quien celebró la obra como una "colaboración de nuestra hermana República China".
Desde entonces, se han puesto en marcha al menos ocho parques solares más, que según datos oficiales aportan unos 400 MW, un tercio del déficit energético diurno de la isla. Se espera que los proyectos chinos eleven esa cifra a más de 1.100 MW para fin de año, lo que cubriría casi toda la demanda diurna, permitiendo conservar combustible para la noche, el horario más crítico, donde prácticamente el país se maneja a oscuras.
Recordemos que la red nacional del país colapsó cuatro veces solo en el último año, dejando a millones de personas a oscuras, sin servicios básicos, y cerrando escuelas y negocios. El régimen reconoció semanas atrás que la situación es "grave". Pero la meta con China parece ser aún más ambiciosa: construir 55 parques más en 2025 y otros 37 para 2028, sumando un total de 2.000 MW, lo que representaría dos tercios de la demanda actual.
El régimen cubano ha apostado todo a la energía solar, y la estatal Unión Eléctrica incluye en sus reportes diarios la producción de energía de los parques fotovoltaicos, sin embargo los expertos cuestionan la viabilidad del proyecto sin el respaldo de una infraestructura adecuada, como es el caso.
"La energía solar ayuda, pero no es la solución al problema estructural que tiene Cuba", comentó en mayo pasado a Martí Noticias Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, quien considera que la crisis electroenergética de la isla es "estructural" y que no tiene remedio ni a corto, ni a mediano plazo.
Otros movimientos de China para 'salvar' al régimen caribeño
Por otro lado, los envíos chinos al puerto de El Mariel -la principal zona de reactivación económica y capital extranjero del país-, según datos de navegación revisados por Reuters, han crecido desde agosto de 2024. Los barcos llegan con paneles solares, herramientas, acero y combustible para su transporte. Esta presencia ya es visible en los caminos del interior cubano, donde camiones con marcas chinas desandan las maltratadas carreteras hasta zonas remotas de la isla para instalar sus prometedores "parques solares".
Aunque las inversiones chinas son un alivio, no son la solución total, advirtió el exfuncionario de inteligencia de EEUU Fulton Armstrong: "La Habana no puede contar ni con Rusia ni con China como salvadores mágicos. Solo un volumen masivo de comercio y asistencia china podría sacar a la isla adelante, y eso no parece plausible", dijo al medio británico.
Desde 2024 otras empresas y grupos de inversión chinas también se han visto merodeando Cuba: Haitech y el Grupo Huaxing Internacional son algunas de ellas.
Las promesas incumplidas de un Kremlin en guerra
En mayo de 2023, Rusia también parecía lista para ayudar, tal y como lo hizo en los años 70 y 80. El viceprimer ministro Dmitry Chernyshenko participó en la reapertura del mayor molino de acero del país, gracias a un financiamiento ruso de 100 millones de dólares. Se prometieron 62.000 toneladas de producción para 2024. La realidad: apenas se produjeron 4.200 toneladas, según la oficina nacional de estadísticas cubana (ONEI).
Actualmente, la planta está inactiva, de acuerdo a testimonios de vecinos de la zona obtenidos por el medio de comunicación. No es el único proyecto que ha quedado en el aire en los últimos años.
Los anuncios de 2023 de cooperación entre Moscú y La Habana incluyeron acuerdos para suministro de trigo, apertura de mercados rusos, restauración de edificios históricos y hasta la renovación de la comunidad playera de Tarará, al este de la capital.
Hace dos años, una empresa rusa, Progress Agro, anunció que importaría maquinaria, fertilizantes y conocimientos técnicos para revitalizar un decrépito ingenio azucarero de Jatibonico, en el centro del país y en su día el más grande de la isla, que en el pasado empleaba a 2.000 personas. Todo sigue igual en la zona, pero a menos de dos kilómetros del viejo central azucarero, China prepara actualmente el terreno para plantar uno de sus vanagloriados parques fotovoltaicos.
Hoy la mayoría de los proyectos rusos permanecen estancados o abandonados. Sobre muchos, como el de la molienda de caña para azúcar, cayó una piedra de silencio y China, como lo ha venido haciendo en la región, no pierde oportunidad para plantar bandera y tender una mano amiga a su colega comunista que da patadas de ahogado en el medio del Caribe.
Por otra parte, el reporte de Reuters señala que alguna ayuda rusa -disminuida potencialmente desde que Moscú atacó a Kiev en 2022-, sí ha llegado a Cuba, incluidos suministros alimenticios, petróleo, y el arribo de turistas, que al parecer va en descenso.
Cuba pierde la mitad de turismo ruso en lo que va de año
En 2024, Rusia alcanzó un récord histórico en viajes turísticos a Cuba, con 185.800 visitantes, lo que demuestra la importancia de este mercado para la industria turística cubana.
Sin embargo, en los primeros meses de 2025 se ha observado una caída significativa en el número de turistas rusos, con una disminución del 49% en comparación con el mismo período del año anterior, según datos preliminares del Ministerio de Turismo.
En mayo de 2025, Chernyshenko también anunció un nuevo plan para subsidiar inversiones en la isla manejada por el régimen por hasta mil millones de dólares. "Avanzaremos poco a poco. No se puede lograr todo como por arte de magia", dijo el funcionario del Kremlin desde Moscú, con las ansias de animar a sus postores. Pocos han levantado la mano para entrar a Cuba, al menos oficialmente.
China amplía sus operaciones en Cuba: de la energía solar al espionaje
A la par que se fortalece la alianza de Beijing y La Habana en materias de energía, salud y tecnología, crecen los cuestionamientos sobre la influencia negativa que pueda ejercer el gigante asiático desde Cuba hacia el hemisferio.
A principios de junio, expertos y activistas alertaron en una conferencia de prensa en Miami que la isla se ha convertido en un "portaaviones de espionaje" al servicio del Partido Comunista chino a solo 90 millas de EEUU.
Las preocupaciones vienen, fundamentalmente, por los al menos 12 sitios de inteligencia de señales (SIGINT) activos en el territorio cubano, incluyendo bases en Bejucal, Calabazar, La Habana, Santiago de Cuba, Mariel, Matanzas, Cienfuegos e Isla de la Juventud, que serían operados por China. Ambos regímenes comunistas han negado la presencia de bases de operaciones militares y de monitoreo en el país caribeño.
Estos sitios tendrían la capacidad de interceptar telecomunicaciones, realizar vigilancia cibernética, espionaje industrial y militar, y hasta operar ataques de pulso electromagnético, según la evaluación de un panel de expertos presentada en mayo ante el Congreso estadounidense.
La creciente influencia de China en LATAM y el Caribe
El comercio bilateral tuvo un crecimiento significativo, pasando de los 261.288 millones de dólares en 2012 a los 489.047 millones de dólares en 2023. Durante los tres primeros trimestres de 2024, el volumen del comercio bilateral alcanzó a los 427.400 millones de dólares, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La potencia y entrada de China en las economías de la región, se multiplicó en 35 veces desde el 2000, dice un informe de la Comisión.
El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes identificó así mismo grandes proyectos chinos en la región que asentarían su dominio y presencia en puntos estratégicos. Entre ellos destacan el desarrollo de un puerto de aguas profundas de 3.000 millones de dólares en Gran Bahama, a solo 88 kilómetros de Estados Unidos continental, y una inversión de 600 millones de dólares para mejorar la red eléctrica de la República Dominicana.
Según Forbes, China financia proyectos por valor de 2.100 millones de dólares en Jamaica y 773 millones de dólares en Surinam.
En 2022, diez países caribeños se habían unido a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de Pekín, un importante programa económico chino que los críticos han calificado como un "caballo de Troya" para sus ambiciones geopolíticas: Cuba, Surinam, Guyana, Trinidad y Tobago, Granada, Barbados, Dominica, Antigua y Barbuda, República Dominicana y Jamaica.
¿Cómo Cuba paga la deuda millonaria que tiene con China?
Cuba debe más de 4.600 millones de dólares a China por concepto de ayuda al desarrollo, una modalidad de financiamiento que aplica el país asiático para las naciones del Tercer Mundo, asegura una investigación del College of William & Mary (CWM).
Aunque las cifras que destina Pekín para ayuda al desarrollo permanecen en secreto, la investigación de CWM reconstruyó el monto aproximado a través del examen de 13.427 proyectos en 165 países durante 18 años, cuyo valor asciende a 843.000 millones de dólares.
Años atrás ya China condonó parte de una deuda mayor que existía desde la isla, sin embargo, la cifra sigue siendo astronómica. Pese a ello, el régimen comunista chino continúa enviando apoyo a sus aliados.
Así mismo da soporte a los programas de informatización de la sociedad en Cuba, donaciones de alimentos y paliativos para otras necesidades de primer orden que solicita y siempre agradecen los altos cargos del régimen.
Pekín y La Habana durante años han presentados acuerdos de ciberseguridad, y en las últimas dos décadas los grupos chinos Huawei, TP-Link y ZTE han instalado cables de fibra óptica, puntos de acceso WiFi y otras infraestructuras digitales en toda la isla.
En abril pasado se celebró una feria empresarial y cita científica entre ambos países donde se firmaron 15 contratos entre agencias chinas y la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos para promover el turismo de salud. Se le suman donaciones masivas de arroz del dragón al caimán caribeño y otros "intercambios en temas de minería y geología".
Cuba, por su parte, todavía exporta mínimas cantidades de níquel, zinc, crustáceos y cigarros de lujo a China, coopera en biotecnología y presta su patio para preparar proyectos de expansión asiática. ¿Será suficiente para condonar una deuda de esas categorías?