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Abu Mohammed al Golani, ¿un islamista radical moderado con el tiempo o un "inteligente oportunista"?

El líder de los rebeldes cuya ofensiva acabó en apenas 15 días con el régimen de Asad fue la cabeza de Al Qaeda en Siria antes de adoptar un papel de estadista cercano a Occidente clave para detener la influencia de Irán en la zona.

Golani en la actualidad y como líder de un grupo de Al Qaeda en Siria.

Golani en la actualidad y como líder de un grupo de Al Qaeda en Siria.AFP

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La cara visible de los rebeldes cuya ofensiva acabó en menos de 15 días con el régimen de Basher Asad es un viejo conocido de Occidente. Abu Mohammed al Golani es el líder de la alianza Hayat Tahrir al-Sham (HTS), cuyas raíces provienen de la rama siria de Al-Qaeda. Sin embargo, sus últimos mensajes, de tono moderado -incluso conciliadores con quienes se rindan-, contrastan vivamente con sus mensajes extremistas del pasado.

Durante años, Golani ha sabido esperar y moverse desde las sombras hasta ser capaz de desatar una ofensiva fulminante 13 años después de la cruel represión desatada por Asad ante la última revuelta de los sirios contra el régimen del partido Baaz. Ahora, Golani está igualmente cómodo bajo todos los focos, concediendo entrevistas a los medios de comunicación internacionales y haciendo declaraciones que tienen a los sirios de todo el mundo pegados a sus teléfonos en busca de pistas sobre lo que puede deparar el futuro.

Cambio radical de apariencia y discurso

No es el único cambio del líder rebelde. Con el paso de los años, ha dejado de llevar el turbante de los yihadistas y ha optado por el uniforme militar. El pasado miércoles, vistió camisa y pantalones caqui para visitar la ciudadela de Alepo, de pie en la puerta de su vehículo blanco mientras saludaba y se movía entre la multitud.

Golani rompió sus lazos con Al Qaeda en 2016, y desde entonces se ha esforzado por presentarse como un líder más moderado. No obstabte, aún no ha logrado acallar las sospechas de analistas y gobiernos occidentales, que siguen considerando a HTS una organización terrorista. "Es un radical pragmático", declaró a la AFP Thomas Pierret, especialista en Islam político.

Según Pierret, el discurso de Golani ha adecuado su radicalismo a sus necesidades. Así en 2014, cuando el liderato de los rebeldes islamistas estaba en disputa entre Al Qaeda y el Estado Islámico, el líder rebelde "estaba en el apogeo de su radicalismo". Sin embargo, "desde entonces, ha moderado su retórica".

Una familia acomodada

Lejos de las leyendas de un hombre surgido desde la nada, Ahmed al Sharaa, su verdadero nombre, nació en 1982 en Arabia Saudí y creció en Mazzeh, un barrio de lujo de Damasco. Su familia disfrutaba de una buena situación socioeconómica y él fue un buen estudiante.

En 2021, declaró a la cadena estadounidense PBS que su nombre de guerra era una referencia a sus raíces familiares en los Altos del Golán, afirmando que su abuelo se había visto obligado a huir tras la anexión de la zona por Israel en 1967 tras su victoria en la Guerra de los Seis Días.

La Segunda Intifada y el 11-S le llevaron a unirse a los yihadistas

La Segunda Intifada de los palestinos y los atentados del 11 de septiembre de 2001 hicieron que Golani se sintiera atraído por primera vez por el pensamiento yihadista. Según el sitio web de noticias Middle East Eye, " raíz de su admiración por los terroristas del 11-S, Golani empezó a sentir los primeros signos de yihadismo, ya que comenzó a asistir a sermones secretos y a mesas redondas en barrios marginales de Damasco".

Tras la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, abandonó Siria para participar en la lucha. Se unió a Al Qaeda en Irak, liderada por Abu Musab al Zarqawi, y posteriormente fue detenido durante cinco años, lo que le impidió ascender en las filas de la organización yihadista.

En marzo de 2011, cuando estalló en Siria la revuelta contra el régimen de Asad, regresó a su país y fundó el Frente al-Nusra, rama siria de Al-Qaeda. En 2013, se negó a jurar lealtad a Abu Bakr al-Baghdadi, que acabaría convirtiéndose en el emir del grupo Estado Islámico, y en su lugar se comprometió con Ayman al-Zawahiri, de Al-Qaeda.

Compromiso de no atacar a Occidente

Realista a los ojos de sus partidarios, oportunista para sus adversarios, Golani declaró en mayo de 2015 que, a diferencia del ISIS, no tenía intención de lanzar ataques contra Occidente. De hecho, rompió con Al Qaeda, "para privar a Occidente de motivos para atacar a su organización". También proclamó que, en caso de derrota de Assad, no habría ataques de venganza contra la minoría alauita de la que procede el clan del presidente.

Según Pierret, desde entonces ha intentado trazar el camino para convertirse en un estadista creíble. En enero de 2017, Golani impuso una fusión con HTS a grupos islamistas rivales en el noroeste de Siria, reclamando así el control de franjas de la provincia de Idlib que habían caído en manos del gobierno. 

Esfuerzo por presentarse como estadista y socio para frenar a Irán en la región

Golani estableció un gobierno semitecnocrático allí y se esforzó en presentarse como como socio fiable y útil en los esfuerzos regionales y occidentales por frenar la influencia de Irán en Oriente Próximo. Llevó a cabo operaciones contra el ISIS, incluido el sonado asesinato en 2023 del líder de este grupo terrorista Abu Hussein Al-Husseini al-Qurashi.

No obstante, no todo era idílico. Golani aplastó a otras facciones rebeldes que se negaron a ponerse bajo su mando durante años. HTS se enfrentó a acusaciones de residentes y grupos de derechos de brutales abusos contra quienes se atrevían a disentir, que la ONU ha calificado de crímenes de guerra.

Golani asegura a los cristianos sirios que no sufrirán ningún daño con él

Tal vez consciente del miedo y el odio que ha suscitado su grupo, Golani se ha dirigido a los habitantes de Alepo, donde vive una importante minoría cristiana, para asegurarles que no sufrirán ningún daño bajo su nuevo régimen. También pidió a sus combatientes que preservaran la seguridad en las zonas que habían "liberado" del dominio de Assad.

"Creo que, ante todo, se trata de buena política", afirmó Aron Lund, miembro del grupo de reflexión Century International. "Cuanto menos pánico local e internacional haya y cuanto más parezca Golani un actor responsable en lugar de un extremista yihadista tóxico, más fácil le resultará el trabajo". ¿Es totalmente sincero? Seguramente no", afirmó. "Pero es lo más inteligente que se puede decir y hacer en este momento".

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