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El cardenal estadounidense Raymond Burke condena la inauguración de los JJOO 2024 tachándola como “el teatro de Satanás”

“El pasado viernes, fuimos testigos de una manifestación increíble de la oscuridad y el pecado en nuestro mundo”, afirmó el importante representante católico.

Varios artistas y modelos 'drag queens' haciendo una recreación de la Última Cena en la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024

Varios 'drag queens' hacen una recreación de la Última Cena en la inauguración de los JJOO París 2024Captura de pantalla / Claro Sports

El cardenal estadounidense Raymond Burke condenó contundentemente la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 por parodiar, según los críticos, la fe cristiana con una actuación que ridiculizó la pintura de Leonardo da Vinci de Jesús y sus discípulos durante La Última Cena.

De acuerdo con CatholicVote, el cardenal Burke mencionó la controvertida escena en su homilía de una Misa para celebrar el 16º aniversario de la dedicación de la iglesia en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse, Wisconsin, el 31 de julio.

“El pasado viernes, fuimos testigos de una manifestación increíble de la oscuridad y el pecado en nuestro mundo: la abominable burla de la Sagrada Eucaristía en su Institución para la apertura de los Juegos Olímpicos de Verano en París”, dijo el cardenal Burke. "Es difícil imaginar algo más degradado y blasfemo".

"El hecho de que un evento así pudiera tener lugar nos muestra, de la manera más dolorosa, cómo lo que una vez fue una cultura cristiana se ha convertido en el teatro de Satanás y de aquellos que cooperan con sus planes completamente malvados, los planes de 'un asesino desde el principio' que 'no tiene nada que ver con la verdad', los planes de 'un mentiroso y el padre de la mentira'".

Según las declaraciones recogidas por el medio, el cardenal, para culminar con la polémica, declaró que la actuación es una prueba de cómo en el mundo se libra una batalla constante entre lo sagrado y lo blasfemo.

“Nuestro disgusto y enojo por lo que sucedió en los Juegos Olímpicos de verano despierta de nuevo nuestra conciencia de tantas otras manifestaciones de la rebelión abierta contra Dios y su plan para nuestra salvación en el mundo en el que vivimos: ataques a la vida humana y su cuna en la familia creada por el matrimonio de un hombre y una mujer, y ataques a la religión misma y su libre ejercicio”.

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