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Juegos Olímpicos París 2024: polémica mundial por la ceremonia de apertura 'woke' y su burla al cristianismo

Francia mostró su lado más disruptivo y presuntuoso, sacrificando aspectos básicos de inauguraciones pasadas mientras provocaba a los cristianos de todo el planeta.

Varios artistas y modelos 'drag queens' haciendo una recreación de la Última Cena en la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024

Varios 'drag queens' hacen una recreación de la Última Cena en la inauguración de los JJOOCaptura / Claro Sports

Oficialmente, la llama olímpica está encendida, marcando el inicio de los Juegos Olímpicos París 2024. Sin embargo, la fuerza simbólica de una competición que representa el espíritu de superación, la unidad, la historia y la tradición, hoy no se está llevando los focos. A nivel global, hay indignación por una polémica de ceremonia de más de cuatro horas marcada por la burla al cristianismo, la oda a la cultura ‘woke’ y lo lejos que quedaron los atletas que fueron paseados por el río Sena en la primera vez que una inauguración se lleva al aire libre fuera de los estadios olímpicos.

La organización francesa, que no escatimó en cuanto a recursos, quiso hacer algo disruptivo, presuntuoso y distinto. Por momentos, definitivamente lo logró, pues fueron horas de gran espectáculo, con Lady Gaga protagonizando el primer número musical y la icónica Céline Dion deslumbrando la noche parisina en un cierre que sí se llevó todos los aplausos del mundo. Pero para llegar al magnifico cierre, la ceremonia de apertura antes tuvo que sacrificar detalles tradicionales que gustan a los amantes del deporte mientras, además, provocaba a los cristianos mofándose de uno de sus eventos sagrados.

Un detalle no menor es que la ceremonia de apertura se llevó adelante fuera de cualquier villa olímpica. Las 206 delegaciones que compiten en esta edición, y que solían ser protagonistas absolutas de las inauguraciones con tomas en primer plano y minidesfiles donde se suele transmitir la cultura de cada país por algunos minutos, hoy quedaron absolutamente relegadas. Todas las delegaciones olímpicas, sin falta, recorrieron a bordo de 94 barcazas el río Sena y flamearon las banderas de sus países mientras las cámaras las enfocaban a decenas de metros de distancia. Solamente con grandes y prominentes zoom se pudo apreciar a los principales deportistas del mundo izando las banderas de sus países. Una imagen normalmente poderosa en este tipo de ceremonias que hoy no se apreciaron durante la transmisión en vivo.

Sin embargo, más allá de sacar la inauguración fuera de la villa olímpica, cargándose el protagonismo de los atletas, un enorme trecho de la inauguración se utilizó para hacer una oda de la cultura ‘woke’; con varios artistas y modelos 'drag queens' haciendo una recreación de la Última Cena que causó controversia a nivel global. También hubo mucha crítica porque, durante el baile drag, hubo niños presentes en el escenario principal. Una situación que para muchos resultó desagradable. 

Marion Maréchal, miembro del Parlamento europeo y familiar de la líder conservadora francesa Marine Le Pen, abordó en redes sociales la polémica y pidió disculpas al mundo cristiano por la ceremonia inaugural en su país: “A todos los cristianos del mundo que están viendo la ceremonia de #Paris2024 y se sintieron insultados por esta parodia de la Última Cena con drag queens, sepan que no es Francia quien habla, sino una minoría de izquierda dispuesta a cualquier provocación”.

La Última Cena es uno de los eventos centrales en la tradición cristiana y representa a la última comida que Jesucristo compartió con sus doce apóstoles antes de la eventual crucifixión. Por lo general, este hecho histórico se conmemora todos los años en la celebración del Jueves Santo durante la Semana Santa.

En Estados Unidos y el resto del mundo también hubo críticas severas contra la ceremonia de inauguración olímpica.

“Los Juegos Olímpicos se abren con una burla demoníaca de la fe cristiana”, escribió el presentador del Daily Wire Matt Walsh.

Robby Starbuck, productor cubanoamericano, también se refirió al respecto y señaló que en Francia nunca se burlarían del islam: “He terminado. No apoyaré los Juegos Olímpicos de ninguna forma. Piensan que está bien burlarse del cristianismo. Nunca le harían esto al islam. Como cristianos debemos trazar un límite estricto: no apoyaremos nada que se burle y sexualice nuestra fe. Los atletas cristianos deberían hablar ahora”.

Niall Boylan, un presentador irlandés, también se quejó en una publicación viral: “No soy religioso, pero la representación francesa de la Última Cena es una flagrante falta de respeto y una incitación. Jesús es retratado como una mujer y los discípulos como travestis. Me pregunto por qué no se burlaron del islam de manera similar. En realidad, no respondas porque sé por qué”.

En otra publicación en X, el magnate estadounidense Elon Musk, dueño de la plataforma, señaló que el “cristianismo se ha vuelto desdentado” en respuesta a un post donde se afirmó que los fanáticos religiosos del islam responden con violencia a las burlas.

Otros medios cristianos, como Catholic Arena, remarcaron un hecho desafortunado por parte de la inauguración: hace ocho años, el 26 de julio de 2016, el sacerdote francés Jacques Hamel fue decapitado en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, en Normandía, Francia, por dos terroristas vinculados al Estado islámico. Justamente hoy, cuando se cumplen ocho años de su asesinato, en la ceremonia se mostraron imágenes de decapitaciones violentas que hicieron referencia a la Revolución Francesa (1789-1799), como la de la reina María Antonieta, mientras la banda Gojira hacía uno de los tantos números musicales del evento.

En definitiva, donde si no hubo polémica fue cuando grandes figuras del deporte, como Zinedine Zidane, se encargaron de transportar la llama olímpica. El icónico futbolista francés pasó el fuego al histórico tenista español Rafael Nadal, quien fue uno de los relevistas de la antorcha junto con grandes figuras de la talla de Serena Williams, Carl Lewis, Amélie Mauresmo, Tony Parker y otros.

El evento cerró por todo lo alto, con la atleta Marie-José Perec y el judoka Teddy Riner, ambos franceses, encendiendo el pebetero de manera conjunta. 

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