China prohíbe importar armamento de Lockheed Martin y Raytheon
El régimen comunista sancionó a los dos principales contratistas militares por el apoyo del Gobierno de EEUU a Taiwán.
El Misterio de Comercio de China anunció que prohibirá las importaciones y las exportaciones de Lockheed Martin y Raytheon, dos de los grandes fabricantes y contratistas de material militar estadounidenses. Esta medida llega por el apoyo del Gobierno de EEUU a Taiwán, abasteciéndole de equipamiento de defensa.
El principal motivo por el que el régimen comunista de Xi Jinping sanciona a Lockheed Martin y Raytheon es para impedir que estas firmas utilicen componentes chinos en la fabricación de armamento que luego es comercializado por todo el mundo. Así Pekín bloquearía que se fabricasen vehículos militares o armas con componentes chinos que puedan emplearse contra ellos.
Pero no es la única medida dentro del paquete de sanciones de China a Lockheed Martin y Raytheon. Varios altos ejecutivos de ambas compañías tendrán prohibido entrar en su territorio. Entre estos directivos se encuentran el consejero delegado, James Taiclet; el director de operaciones, Frank St. John; y el director financiero, Jesús Malave, de Lockheed Martin. Además son sancionados el responsable de Misiles y Defensa de Raytheon, Wesley Kremer y los vicepresidentes Agnes Soeder y Chander Nijhon.
China dio un paso más y añadió que sus empresas deben "verificar la información de las transacciones", al mismo tiempo que fuerza a las compañías a que se abstengan de realizar negocios con las dos contratistas militares estadounidenses.
Años suministrando armamento a Taiwán
En los últimos años, Lockheed Martin suministró a Taiwán armamento como aviones de combate F-16, además de radares o misiles antiaéreos. Por su parte, Raytheon le concedió también misiles, radares y otro material de defensa más ligero. Ambas compañías produjeron el misil antitanques Javelin, que Taipéi adquirió en alguna ocasión.
Estas prohibiciones guardan una relación directa con la crisis entre China y Estados Unidos por Taiwán, que se acentuó a comienzos de agosto con la visita de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taipéi.