Desde que los Centros de Control y Prevención de Enfermedad (CDC) informaron que la malaria volvió al país, los números de casos han ido en aumento. Este martes, el Departamento de Salud de Florida reveló que en la localidad ya se han registrado siete infecciones.

El último caso se encontró la semana pasada en el condado de Sarasota, mismo lugar en el que se han identificado los otros seis casos de Florida, y aunque podrían parecer pocos, la enfermedad es considerada grave. Además, ya se reveló que hubo otra infección adquirida localmente en Texas durante el mes de junio, por lo que la cifra total ahora se eleva a ocho a nivel nacional.

“Cualquier caso de malaria es grave y puede progresar hasta la muerte”, advirtió la Dra. Monica Parise, directora de la División de Enfermedades Parasitarias y Malaria de los CDC. La experta resaltó que es sumamente importante hacer un diagnóstico rápido para empezar con los tratamientos correctos y así evitar el empeoramiento de la enfermedad.

Algunos de los pacientes de Florida ya han requerido hospitalizaciones que se han prolongado más de lo usual debido a las complicaciones de la malaria.

“Algunos de ellos están deshidratados, tienen recuentos sanguíneos bajos, especialmente plaquetas, lo que los pone en riesgo de sangrado. Algunos de ellos han tenido insuficiencia renal”, informó el Dr. Manuel Gordillo, especialista en enfermedades infecciosas del Sarasota Memorial Hospital, un centro de salud que ha recibido a varios de los pacientes infectados con malaria.

La enfermedad volvió tras 20 años

Aunque antes de 1947 la malaria era una enfermedad relativamente común en el país, luego de una campaña de fumigación y otras medidas, las infecciones bajaron. De hecho, antes de esta nueva oleada de casos, la última vez que se reportaron enfermos por malaria fue en el año 2003.