La prostitución acude a Davos
Una prostituta alemana corroboró una investigación de 'The Times' que detallaba que más de un centenar de trabajadoras sexuales acudían a la ciudad suiza durante la celebración del Foro Económico Mundial.
Desde este lunes hasta el viernes, importantes empresarios y destacados políticos se reúnen en el Foro Económico Mundial (WEF) en la localidad de Davos (Suiza), para exponer los temas de mayor relevancia que se están produciendo en el mundo. Pero no sólo acuden los líderes mundiales. Una investigación de The Times reveló que, al menos, 100 prostitutas viajaban a la ciudad alpina durante la celebración de la asamblea.
Una de las trabajadoras sexuales que estuvo en Davos durante la celebración del WEF varios años es Salomé Balthus. A través de su cuenta de Twitter, Balthus, de origen alemán, describió cómo era su experiencia durante sus viajes a la localidad suiza:
Los clientes no son los políticos
Tras publicar cómo es cada cita en Davos, Balthus no entró más en detalle. Por supuesto, no especificó quienes son los clientes: "no querrá entrar en litigio con ellos". Aunque sí que aclaró que los políticos no solicitan los servicios de las trabajadoras sexuales:
A lo que sí se refirió Balthus fue a lo lucrativas que eran las citas, sin dar cifras.
El trabajo sexual es legal en Suiza
En Davos, como en el resto del país, la prostitución está legalizada y regulada desde 1940. Eso sí, cada una de ellas debe tener seguro médico y su trabajo solo lo podrá ejercer en lugares habilitados como burdeles. Aparte, hay unas determinadas zonas en las ciudades llamadas Strassenstriche (líneas de la calle) donde las trabajadoras sexuales podrán situarse para que los clientes las recojan, dentro de unos horarios fijados.
En las principales ciudades del país, como Zúrich, Berna o Ginebra, están habilitados los sex boxes, unas cabinas donde aguardan las prostitutas y cuya instalación tuvo como objetivo la protección de las trabajadoras. Como sucede en Ámsterdam (Países Bajos), en estas ciudades también existen los barrios rojos, donde ellas pueden ejercer su labor.
Las prostitutas están reguladas fiscalmente, pagan sus impuestos. Y, sobre todo, cada una de ellas deben declarar que se dedican voluntariamente a su oficio y no son objeto de la trata de blancas. Con estos argumentos, el gobierno suizo sabe que tiene un meticuloso control sobre la prostitución.