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Análisis

La Administración Trump rechaza el acuerdo ambiental de Emisiones Cero que depende de la ONU

"No toleraremos ninguna acción que aumente los costos para nuestros ciudadanos, proveedores de energía, navieras y turistas", afirmó la Administración en un comunicado del Departamento de Estado.

El secretario de Estado, Marco Rubio

El secretario de Estado, Marco RubioAssociated Press/LaPresse / Cordon Press

Agustina Blanco
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La Administración Trump ha intensificado su oposición al "Marco Net-Zero" propuesto por la Organización Marítima Internacional (OMI), que depende de la ONU, calificándolo como un "impuesto global al carbono" que perjudicaría a los consumidores y la industria estadounidenses. 

Esta postura, articulada por el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Comercio Howard Lutnick, el secretario de Energía Chris Wright y el secretario de Transporte Sean Duffy, pone en jaque las regulaciones de descarbonización del transporte marítimo global antes de la reunión de la OMI en octubre de este año, donde se espera la adopción formal del marco.

El Marco Net-Zero, aprobado en abril por el Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 83), busca establecer el primer mecanismo global que combine límites obligatorios de emisiones con precios de gases de efecto invernadero para el sector marítimo. 

En esa línea, a partir de 2027, los buques transoceánicos de más de 5.000 toneladas brutas, responsables del 85% de las emisiones de CO2 del transporte marítimo internacional, deberán cumplir estándares de intensidad de gases de efecto invernadero y adquirir unidades correctivas si exceden los umbrales de emisiones. Además, el marco crearía un Fondo de Cero Emisiones Netas para financiar buques de bajas emisiones, apoyar la innovación y mitigar impactos en países vulnerables.

Sin embargo, la Administración Trump argumenta que estas medidas encarecerían los costos de energía, transporte y cruceros para los estadounidenses, al imponer cargos a buques que no cumplan con los estándares de combustible propuestos. Según el comunicado oficial publicado por el Departamento de Estado, el marco favorece a China al exigir combustibles costosos no disponibles a escala global, mientras restringe tecnologías como el gas natural licuado (GNL) y los biocombustibles, en las que Estados Unidos lidera. 

"No toleraremos ninguna acción que aumente los costos para nuestros ciudadanos, proveedores de energía, navieras y turistas", afirmó la Administración, advirtiendo a otros miembros de la OMI que buscará apoyo contra la propuesta y considerará "represalias" si no se logra.

En esa línea, en un mensaje en X, el secretario Rubio reiteró esta posición: "Estados Unidos no aceptará ningún acuerdo ambiental que perjudique los intereses del pueblo estadounidense. La propuesta de la OMI es un impuesto a los estadounidenses, impuesto por una organización de la ONU que no rinde cuentas". Además, Rubio señaló que la decisión también fue respaldada por los secretarios Duffy, Wright y Lutnick y sus respectivas secretarías.

Críticas a la medida de la Administración Republicana

La oposición de Trump se produce en un contexto de críticas a sus políticas arancelarias, que, según Jonathan Gold de la Federación Nacional de Minoristas, están elevando los precios al consumidor y afectando a las pequeñas empresas. 

Por su parte, la Cámara Naviera Internacional (ICS), que representa al 80% de la flota mercante mundial, apoya el marco, pero urge claridad en los incentivos para combustibles limpios. "La OMI debe adoptar este marco en octubre para enviar una señal clara a la industria", señaló Thomas A. Kazakos, secretario general de la ICS.

Los acuerdos ambientales en la Administración Trump: EEUU primero

Ya en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva titulada "Poniendo a EEUU primero en acuerdos ambientales internacionales", que retira a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, cumpliendo una promesa de campaña. La orden, además, instruye al Embajador de EEUU ante la ONU a notificar inmediatamente la retirada del Acuerdo y de cualquier compromiso similar bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, considerando la salida efectiva al momento de la notificación. Además, se revocan todos los compromisos financieros relacionados con el cambio climático, incluyendo el Plan Internacional de Financiamiento Climático de EEUU y se ordena a varias agencias gubernamentales cesar las políticas que lo implementaban. La orden refleja la política de priorizar los intereses económicos de EEUU, argumentando que acuerdos como el de París desvían fondos de los contribuyentes hacia países que no los necesitan y restringen el desarrollo económico estadounidense. Trump justificó la decisión, destacando que el Acuerdo de París impone cargas injustas, favorece a países como China e India y no refleja los valores ni las contribuciones de EEUU en materia económica y ambiental. También se ordena a las agencias priorizar la eficiencia económica y la prosperidad en futuros acuerdos energéticos internacionales, promoviendo combustibles fósiles y declarando una "emergencia energética nacional" para impulsar la producción de petróleo y gas.
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