Nueva York: la gobernadora Kathy Hochul decide el futuro del suicidio asistido
Defensores y detractores del proyecto de ley apelan a la mandataria demócrata para que se vuelque a su favor. Si decide aprobarlo, su estado se unirá a otros once con legislaciones similares.

Manifestación en contra de la eutanasia
Al suicidio asistido le falta solo la firma de la gobernadora Kathy Hochul para ser ley en Nueva York. La demócrata, de momento, no aclaró si le escribirá su firma.
La Ley de Ayuda Médica al Morir recibió la aprobación del Senado estatal, de mayoría azul. Seis demócratas se unieron a los republicanos para votar en contra, al igual que habían hecho 21 en la Asamblea en abril. Algunos de estos últimos expresaron preocupación porque pacientes pudieran ser coaccionados al suicidio, sobre todo si tienen bajos ingresos.
"Es una estrategia probada para ampliar las opciones al final de la vida y reducir el sufrimiento humano", dijo tras la última votación el senador estatal Brad Hoylman-Sigal, patrocinador de la norma. Envió, también, un recado a Hochul: "Espero con impaciencia que la gobernadora convierta este proyecto en ley". Fue hace tres días.
Quienes promueven el proyecto remarcan que incluye sólo a adultos con enfermedades terminales, cuya expectativa de vida no supera las seis semanas. Además, señalan que requiere del aval de dos médicos, quienes dictaminarán si el paciente se encuentra mentalmente capaz de decidir sobre su propia vida.
Sus críticos, sin embargo, apuntan, entre otros reproches, que el texto legislativo carece de un tiempo obligatorio de "reflexión" entre la solicitud y la entrega de la droga letal. Otros, como el grupo activista Not Dead Yet, advierten que afectará sobre todo a las personas con discapacidades:
"Lo que haga la gobernadora Hochul dirá mucho sobre su sintonía con el movimiento internacional progresista de derechos de las personas con discapacidad", escribió su director ejecutivo interino, Ian McIntosh. "Y, lo que es más importante, [sobre su sintonía] con los neoyorquinos que rechazan la idea de que el suicidio sea razonable sólo porque una persona tiene una discapacidad".
Mensaje similar al de los obispos del estado:
"Lamentablemente, nos enfrentamos a una crisis de suicidios entre los jóvenes de nuestro estado, por la que el gobierno gasta, con razón, grandes sumas de dinero para prevenir estas tragedias y transmitir un mensaje coherente de que merece la pena vivir. Ahora, nuestro estado va a decir a sus ciudadanos que algunas vidas -quizás en las que haya discapacidad o una pérdida de autonomía- no merecen ser vividas".
"Pedimos a la gobernadora Hochul que ejerza su autoridad de veto si el proyecto de ley llega a su mesa".
A nivel nacional, la congresista neoyorquina Elise Stefanik arremetió contra la norma, asegurando que era "un vergonzoso ataque a la santidad de la vida" y una "traición" a los ciudadanos más vulnerables. "Los neoyorquinos se merecen algo mejor que unas políticas de extrema izquierda que erosionan nuestros cimientos morales y empujan a las familias hacia la angustia".
El suicidio asistido en Estados Unidos
Si Hochul rubrica el proyecto, Nueva York se convertirá en el doceavo estado del país en aprobar alguna forma de suicidio asistido. Listado al que se debe sumar el distrito de Washington, según un listado de Compassion&Choices, grupo nacional que apoyó el proyecto Hoylman-Sigal.
Vermont y Oregón, además, lo permiten para no residentes. Datos del Departamento de Salud de Vermont recogidos por CBS News muestran que 26 personas que murieron con recursos públicos entre mayo y junio de 2023 provenían de fuera del estado. Un 25% del total. En Oregón, el número fue 23, poco más que un 6% del total, de acuerdo con las autoridades.
Hay grupos activistas que incluso ofrecen check lists de recomendaciones a tener en cuenta antes de emprender la ruta mortal a Vermont, Oregón o a otros países. También existen asociaciones, como Death With Dignity, que proveen recomendaciones que van desde "crear un testamento y un plan de sucesión" hasta planear detalles del funeral: ¿quién desea que hable? ¿debe haber música?, ¿cuál?
Death With Dignity incluso cuenta con modelos de ley para que legisladores estatales redacten sus propias propuestas. Hoylman-Sigal agradeció específicamente el trabajo de DWD.
A nivel global, 30.000 personas murieron anualmente por suicidio asistido y eutanasia, según un estudio del medio británico The Telegraph.

Sociedad
La maquinaria estatal de la eutanasia: más de 30.000 muertes asistidas en un solo año
Santiago Ospital
¿Eutanasia, suicidio asistido o muerte asistida?
Mientras que todos describen una muerte autorizada y ejecutada por un Estado, en el suicidio asistido el propio paciente consume una dosis letal facilitada por un médico, mientras que en la eutanasia el profesional suministra la droga, por ejemplo mediante una inyección.
Eutanasia, sin embargo, también suele usarse como un término paraguas para ambos casos.
La palabra suicidio suele ser rechazada por los políticos y activistas proeutanasia, que prefieren muerte asistida.