La orden ejecutiva de Trump para reducir los precios de los medicamentos: ¿medida real o simbólica?
Aunque la medida promete una reducción “rápida y significativa” en los precios, persisten dudas sobre su implementación real y los resultados que podría alcanzar.

Donald Trump firmando una orden ejecutiva
Con la promesa de aliviar uno de los gastos más altos del bolsillo de los estadounidenses, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que busca reducir el costo de los medicamentos. Según sus declaraciones, la medida generaría una baja “rápida y significativa” en los precios que pagan millones de consumidores. Pero detrás del anuncio, persisten dudas sobre su aplicación real y los resultados que podría lograr.
La orden otorga a las farmacéuticas un plazo de 30 días para que reduzcan voluntariamente los precios de sus productos. De no hacerlo, podrían enfrentarse a un modelo de "nación más favorecida", en el cual el Gobierno buscaría igualar los precios de ciertos medicamentos con los más bajos pagados por países desarrollados como Alemania o Canadá, donde los tratamientos suelen costar menos.
Este mecanismo, aunque ambicioso en apariencia, no viene acompañado aún de una lista detallada de medicamentos afectados ni de un procedimiento claro para su ejecución. “La orden en sí es tan vaga que es difícil predecir el impacto exacto que puede tener”, comentó Kim Monk, analista de políticas de Capital Alpha.
Un enfoque ya probado que enfrenta nuevos límites
La idea de vincular los precios a los del extranjero no es nueva. Trump propuso algo similar durante su primer mandato, en el contexto del programa Medicare, pero el plan fue frenado por un juez federal tras una demanda de la industria farmacéutica. Esta vez, el camino podría ser aún más complejo.
Un reciente fallo de la Corte Suprema limitó la capacidad de las agencias federales para interpretar y aplicar leyes sin aprobación explícita del Congreso. Esto podría dificultar que la nueva orden se traduzca en cambios sustanciales sin apoyo legislativo.
Aunque Trump aseguró haber conversado con líderes republicanos en el Congreso para buscar apoyo a una legislación que refuerce su iniciativa, las propuestas que implican una negociación directa del Gobierno con las farmacéuticas han enfrentado históricamente resistencia dentro de su propio partido.
Además, la industria farmacéutica ya ha dejado entrever que podría acudir nuevamente a los tribunales si considera que la medida afecta sus intereses. “Si alguien pensó que una universidad tenía poder para resistir una demanda, la industria farmacéutica tiene mucho más”, comentó John Barkett, exasesor de políticas en la Casa Blanca.

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Un sistema que encarece los medicamentos
Según un informe de la Oficina de Contabilidad del Gobierno de 2021, los medicamentos recetados en Estados Unidos son, en promedio, entre dos y cuatro veces más caros que en países como Canadá, Australia o Francia. Esta diferencia no solo genera frustración en millones de consumidores, sino que también ha sido motivo de críticas desde ambos partidos políticos.
¿Qué más podría frenar el plan?
Más allá del poder del lobby farmacéutico, existen otros riesgos. Algunos analistas han advertido que las compañías podrían simplemente retirarse de aquellos países donde hoy venden más barato para evitar que esos precios sirvan de referencia. Además, ciertos investigadores afirman que los modelos de control de precios extranjeros subestiman el valor real de los medicamentos, y que adoptar ese enfoque en EEUU podría reducir la esperanza y calidad de vida a largo plazo.