Kamala Harris considera postularse para la gobernación de California y para las presidenciales en 2028: "Sigo en la lucha"
La vicepresidente le dio instrucciones a sus asesores políticos para mantener abiertas varias opciones políticas.
Luego de una contundente derrota en las elecciones presidenciales, Kamala Harris, vicepresidente de Estados Unidos, ha optado por mantener un perfil bajo públicamente. Sin embargo, en privado, está tomando pasos estratégicos que reflejan su intención de mantenerse en el escenario político para postularse nuevamente a la presidencia en 2028.
Aunque públicamente ha guardado silencio, Harris ha reiterado en varias ocasiones que no planea retirase de la política. “Sigo en la lucha”, ha dicho en llamadas telefónicas y hasta en su discurso de aceptación de derrota.
"Aunque concedo esta elección, no concedo la lucha que impulsó esta campaña", declaró Harris durante su discurso de concesión en la Universidad Howard, en Washington D.C.
Según un informe de Político, la vicepresidente, quien enfrentó fuertes cuestionamientos por su desempeño tanto en la Casa Blanca como en la campaña electoral, ha dado instrucciones a sus asesores para mantener abiertas varias opciones políticas. Entre ellas, se encuentran una posible candidatura presidencial en 2028 o competir por la gubernatura de California en 2026.
Un liderazgo cuestionado
En el corto plazo, Harris deberá cumplir con su papel de vicepresidente hasta el 20 de enero, cuando certifique los resultados electorales y participe en la toma de posesión de su contrincante, Donald Trump. Mientras tanto, su equipo trabaja para definir el momento adecuado para pronunciarse sobre el papel que desea desempeñar dentro del Partido Demócrata. Sin embargo, entre sus propios aliados existen dudas sobre su capacidad para recuperar el liderazgo perdido.
El dilema de California
Una posible candidatura a la gubernatura de California enfrenta también retos significativos. Aunque Harris podría contar con una ventaja inicial en las encuestas, el cargo requiere una dedicación que podría interferir con cualquier plan para una futura campaña presidencial. Además, los desafíos en el estado, como la crisis de vivienda, la delincuencia y el alto costo de vida, pondrían a prueba su capacidad de gestión.