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En riesgo el imperio inmobiliario de Trump: sus adversarios lo quieren dejar sin dinero y puede que lo logren

Los últimos fallos judiciales amenazan el patrimonio del expresidente, quien tendrá que hacer malabares para conseguir el efectivo necesario para pagar sus multas. Las grandes joyas que posee en Nueva York podrían terminar en manos de la fiscal que lo acusa. Los problemas, en este caso, son serios.

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Donald Trump, antes de ganar la Presidencia en el 2016, era conocido como uno de los magnates más importantes del mundo inmobiliario en Estados Unidos y, sobre todo, en Nueva York. No obstante, hoy su patrimonio está en riesgo, con una serie de asedios legales que amenazan con dejar al expresidente sin capital líquido. Puede que las finanzas de Trump nunca hayan sido tan vulnerables como hoy.

Particularmente, dos fallos judiciales de las últimas semanas ponen a Trump contra las cuerdas. Por el caso de la demanda por difamación de la escritora y periodista E. Jean Carroll, el expresidente debe pagarle $83,3 millones a la demandante. Y, por un caso en Nueva York, donde la fiscal del distrito, Letitia James, acusó al expresidente de fraude y conspiración, el juez Arthur Engoron dictaminó una multa astronómica de $450 millones —que crece en $87.000 cada día que no pague debido a los intereses. Trump, por supuesto, apeló ambos fallos y espera poder negociar, al menos, el caso de Nueva York.

Para la defensa de Trump, la pena impuesta por el juez Engoron no solo es excesiva, sino que está diseñada para quebrar al expresidente.

Christopher M. Kise, uno de los abogados de Trump, dijo al New York Times que la multa es "draconiana e inconstitucional y causará daños irreparables tanto al mercado como al Estado de derecho en este país".

El reconocido abogado y académico Alan Dershowitz, quien fue parte del equipo defensor de Trump en varias ocasiones, escribió en una columna para Voz Media que la penalización de los más de 450 millones es "excesiva" y rompe con el principio constitucional de la Octava Enmienda que establece que "no se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas, ni se infligirán castigos crueles e inusuales".

"La multa es claramente excesiva desde cualquier punto de vista razonable. No refleja los daños reales infligidos a otros. Tampoco refleja razonablemente las ganancias que Trump realmente obtuvo al supuestamente exagerar estos activos", escribió Dershowitz.

Hay que recordar que la fiscal distrital Letitia James acusó a Trump de alterar su patrimonio en Nueva York para obtener beneficios fiscales y manipular el mercado a su favor, luego de que empezara a investigarlo en marzo del 2019.

Un patrimonio incierto

Uno de los misterios en torno al expresidente es cuán grande es realmente su patrimonio. Trump ha dicho en varias ocasiones que es un tipo riquísimo y que el total de sus activos ronda los "$8 o $9 billones" de dólares.

En julio del 2015, justo después de anunciar su primera candidatura a la Presidencia, la campaña de Donald Trump afirmó que el total del patrimonio rondaba los $10 billones.

Unos años después, en 2022, en el marco de las investigaciones de la fiscal James, Trump aseguró que su fortuna era de $8 billones.

No obstante, aunque no existe un número redondo y certificado, medios y organizaciones independientes especializadas asoman un número muy inferior al alardeado por Donald Trump. De acuerdo con el ranking de Bloomberg, el Billionaires Index, para 2018 el patrimonio de Trump era de $2,48 billones.

El mismo ranking ha detallado cómo el patrimonio de Trump ha ido mermando de los $3 billones en 2016 hasta los $2,45 billones en 2021. Los números que arroja Forbes son similares.

En 2015, cuando el expresidente dijo "¡Soy realmente rico!", a partir de un estimado de casi $9 billones de patrimonio, la revista Forbes aseguró que lo dicho por Trump era "una mentira", y calculó el patrimonio del expresidente en $4,1 billones.

"Desde 1982, Forbes lleva haciendo un seguimiento detallado del patrimonio neto de Trump. Son más de treinta años. Durante esas décadas, hemos trabajado tanto con él como con expertos externos que pueden ayudarnos a llegar a una valoración de mercado justa de sus activos. Cada año, Trump comparte mucha información con nosotros que nos ayuda a llegar a la cifra que publicamos. Pero también insiste constantemente en que su patrimonio neto es mayor, sobre todo cuando se trata del valor de su marca personal", se lee en el artículo publicado entonces por Forbes.

"No hay duda de que Trump es un billonario y un negociador astuto. Transformó la compañía de construcción de su padre en el inmenso imperio que es hoy. También es un sobreviviente, al haber estado en la bancarrota", continúa Forbes, que aclara porqué hay una diferencia tan grande entre los números de Trump y los considerados por la revista especializada: "La gran diferencia: su marca. Trump asegura que su marta y los acuerdos relacionados a su marca valen $3,300 millones. Nosotros en cambio valoramos su marca en $125 millones".

El patrimonio de Trump se vino abajo desde que se involucró en la política en el 2015, detalla Forbes. Para la revista, la fortuna del magnate se redujo un 31% y para 2019 el patrimonio era de $3,1 billones.

Para el 2020, Forbes estimó la riqueza del expresidente en $2,6 billones. Ese año quedó por fuera, por primera vez, de la lista anual de los 400 más ricos de Estados Unidos.

La última cifra según Forbes, para marzo de este año, es de $2,6 billones, lo que hace a Trump la persona 1.217 más rica del mundo. Bloomberg coincide con el estimado.

Sin efectivo y aislado

El problema con el que se enfrenta hoy Trump es que, por más grande que sea su patrimonio, tiene un plazo de apenas días para desembolsar una cantidad enorme de dinero con el que, al parecer, no cuenta.

En abril del 2023, durante una declaración para el caso de Nueva York, Trump dijo: "Tenemos mucho dinero en efectivo. Creo que tenemos bastante más de $400 millones, que es mucho para un promotor. Los promotores no suelen tener efectivo. Tienen activos, no efectivo. Tenemos, yo creo, más de $400 millones y está creciendo sustancialmente cada mes".

Si bien cuando lo dijo lo hizo sonar como mucho dinero, hoy, aunque aún mantenga la misma cantidad, no le alcanzaría para pagar las multas impuestas en los dos casos legales donde ha sido enjuiciado. Trump necesita, en efectivo, más de $540 millones para poder quitarse las multas encima y, por lo visto, no los tiene.

En febrero de este año, luego de conocerse el fallo del juez Engoron en el caso de Nueva York, Trump apeló a la Corte y pidió que le redujeran la multa de más de $400 millones a $100 millones. De lo contrario, arguyó, tendría que vender varias propiedades. La corte rechazó la propuesta.

En estos casos, normalmente quien debe pagar la multa, si es millonario y cuenta con un patrimonio considerable, puede pedir ayuda a una compañía de fianzas. De ocurrir, es la compañía la que responde ante la corte y ofrece garantía de que el acusado puede y va a pagar la multa.

Pero parece que Trump no ha conseguido quien le asista en este caso. El periodista David Graham escribe en The Atlantic que "las empresas de fianzas pueden dudar en trabajar con Trump por varias razones. Primero, la multa es considerable". Además, dice Graham, Trump tiene mala reputación frente a proveedores; y la posibilidad de que el expresidente vuelva a la Casa Blanca no genera confianza, porque podría aprovechar el rol para aplazar el pago.

Además de la multa, el juez Engoron le prohibió a Trump solicitar préstamos de bancos en Nueva York. Es conocido que muchas entidades bancarias importantes, con las que ha trabajado el expresidente, han terminado sus relaciones debido a las polémicas en torno a Trump.

El dictamen, sin embargo, le permite al expresidente buscar préstamos en bancos fuera de la ciudad o el país; pero el mismo caso de fraude en Nueva York deja claro que Trump ha agotado prácticamente cualquier alternativa de préstamo. Le quedaba el Deutsche Bank, que es reconocido por cierta laxitud y por su relación de años con el magnate.

"Por los últimos 10 años, el Deutsche Bank ha sido el mejor amigo bancario de Donald Trump, prestándole más de $400 millones mientras construía un complejo de golf en Miami, una torre en Chicago y un hotel de lujo en el corazón de Washington DC", se lee en Business Insider.

En un artículo titulado El dinero detrás del dinero de Trump, el periodista David Enrich explica detalladamente en el New York Times la relación de Trump con el Deutsche Bank y cómo ha sido siempre su gran comodín. Sin embargo, gracias a la acusación de Letitia James descubrimos que el banco se apartó en el 2020.

"Cuando el Deutsche Bank se enteró en el 2020 de las alegaciones de la fiscal general (...) pidió a la Organización Trump que respondiera una serie de preguntas sobre las afirmaciones. La Organización Trump se negó a responder. Como consecuencia, el Deutsche Bank decidió salirse de la relación con la compañía", se lee en uno de los documentos del caso, publicado en octubre del 2022.

Sin el banco que siempre le asistió dispuesto y sin una compañía de fianzas que lo apoye, a Trump se le acaban las opciones para poder financiar el pago de las multas. Es por ello que vuelve a la mesa la posibilidad de que Trump termine vendiendo algunos de sus valiosos activos para poder obtener dinero en efectivo —lo que significaría un golpe durísimo a la épica del expresidente como un gran magnate inmobiliario.

Aunque probablemente Trump no se declare en quiebra, la sanción de Engoron —que le impide al expresidente hacer negocios en su ciudad natal, Nueva York, lo que de por sí lo expulsa de la plaza donde se coronó hace años—, más la venta de algunas propiedades de gran peso menguan, sin duda, el halo de emperador inmobiliario que construyó por décadas.

Michael Cohen, quien fue abogado de Trump y una pieza clave de la Organización, cree que el expresidente va a terminar vendiendo algunas propiedades. "Van a tener que empezar a liquidar activos", dijo Cohen en una entrevista con MSNBC. "Trump no tiene esa cantidad de dinero. No tiene $400 millones a la mano", agregó Cohen, quien se enemistó del expresidente hace varios años.

Vender propiedades, no obstante, no es cosa de la noche a la mañana. En The Atlantic, Graham escribe que "es un momento terrible para vender inmuebles. Los alquileres de oficinas en Nueva York se han hundido y todo el mundo sabe que Trump es un vendedor desesperado, por lo que, independientemente del valor que Trump atribuya a sus propiedades, probablemente tendría que aceptar un precio de ganga".

Graham recuerda que Trump podría declararse en quiebra, pero lo descarta porque ello, en víspera de elecciones, sería un reconocimiento vergonzoso del fracaso que neutraliza la propia personalidad y espíritu del expresidente.

Por último, si las apelaciones del expresidente fallan y no puede pagar la multa, entonces la fiscal general Letitia James podría empezar a confiscar propiedades a su criterio. De hecho, en una muestra particular de sus pretensiones, James dijo: "Estamos preparados para asegurarnos de que los neoyorquinos reciban el pago de la sentencia. Y sí, miro todos los días el 40 de Wall Street", haciendo referencia a la Torre Trump en Lower Manhattan, una de las joyas y grandes símbolos inmobiliarios del imperio del expresidente.

"En caso de embargo, los sheriffs se harían cargo del edificio y se subastaría; los ingresos, menos el coste de cualquier gravamen sobre la propiedad, se destinarían a pagar la deuda de Trump", se lee en The Atlantic.

En contraste, mientras su imperio tiembla, su carrera por la Presidencia se mantiene intacta y con buen viento. Paradójicamente, los embates judiciales parecen haber impulsado la popularidad del expresidente, quien se ha crecido en denunciar los fallos en su contra como una cacería de brujas. Si bien el futuro financiero del expresidente es incierto; hoy, si damos por ciertas las encuestas, parece que su llegada a la Casa Blanca no lo es.

En la más reciente encuesta publicada por el New York Times, el expesidente no solo supera a Joe Biden; sino que guarda una brecha de más de 4 puntos. Y la tendencia es la misma en el resto de sondeos. Aunque Letitia James llegó al cargo prometiendo someter a Trump a la justicia, parece que no evitará que vuelva a la Presidencia. Sin la riqueza de antes, pero con mucho poder.

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