El Ayuntamiento de Nueva York revoca el veto de Eric Adams a una ley progresista sobre la Policía municipal
Los agentes protestan contra una norma que aumenta la carga administrativa para documentar la raza, sexo o edad "aparentes" de cada testigo de cualquier interacción pública que realicen y alertan de que compromete la seguridad de los ciudadanos.
Los concejales de Nueva York, mayoritariamente demócratas progresistas, votaron abrumadoramente (42-9) para anular el veto del alcalde Eric Adams a una controvertida ley de corte woke que obliga a la Policía de la Gran Manzana a documentar detalladamente hasta la más mínima interacción pública que realicen. El regidor y los agentes del cuerpo se oponen a la medida señalando que ralentizará las investigaciones mientras entierra a los agentes bajo montañas de papeleo, aumentará el tiempo de respuesta a las emergencias y romperá la confianza entre los uniformados y los ciudadanos. Además, los concejales también tumbaron el veto de Adams a la ley que prohibía el aislamiento de presos en las cárceles neoyorquinas.
Una ley para frenar las "identificaciones ilegales"
La controvertida norma, rechazada por la mayoría de los agentes y que ha provocado críticas de muchos ciudadanos, persigue "aumentar la transparencia" y el control sobre las acciones de los policías, así como acabar con las "identificaciones ilegales a ciudadanos" y sacar a la luz si hay una tendencia racista en el cuerpo. El proyecto de ley contempla que los agentes tendrán la obligación de dejar constancia por escrito de la raza, el sexo y la edad "aparentes" de prácticamente todas las personas a las que interroguen, incluyendo a posibles testigos de un delito, una infracción, u otros encuentros de nivel más bajo.
En un duro comunicado, Adams criticó de nuevo la norma, subrayando que "compromete la seguridad pública y la justicia para las víctimas de violencia". En el texto, el alcalde acusa directamente a los concejales progresistas de su partido de "socavar todo el progreso" en seguridad ciudadana que Nueva York venía experimentando en los últimos años y que contrasta con lo que sucede en otras grandes urbes gobernadas por demócratas.
Unas normas que "harán que los neoyorquinos estén menos seguros en las calles"
Según apunta el regidor, "Nueva York sigue siendo la gran ciudad más segura de Estados Unidos, y cada vez lo es más. En 2023, los asesinatos se redujeron un 12% y los tiroteos un 25%. El Informe Preliminar de Gestión de la Alcaldía mostrará hoy que la delincuencia se redujo un 3% en las siete categorías principales durante los cuatro primeros meses de este año fiscal, y que hemos mantenido esa tendencia en el primer mes natural de este año".
El alcalde apuntó además que los demócratas han antepuesto su agenda ideológica a las necesidades y deseos de los neoyorquinos: "Desde nuestros agentes del orden y fiscales de distrito hasta nuestros líderes religiosos, desde la comunidad empresarial hasta los consejos editoriales, y desde el Monitor Federal hasta padres como Yanely Henríquez -que perdió a su hija Angellyh a causa de la violencia armada hace casi dos años-, los neoyorquinos han dejado claro que quieren que sus agentes en las calles y su personal penitenciario vuelvan a casa con sus familias por la noche".
Críticas de la Policía
La revocación del veto tampoco fue bien recibida por las fuerzas del orden, que acusaron a los concejales de buscar en realidad "destruir el mejor departamento de policía del mundo" en palabras de Paul DiGiacomo, presidente de la Asociación para la Dotación de Detectives de la Policía de Nueva York. Otra consecuencia de las nuevas normas, que entrarán en vigor en junio, será que "aumentará la división entre la policía y los ciudadanos. Y también lo harán las jubilaciones de nuestros mejores y más experimentados detectives. Desgarrador".
Un apunte al que se sumó el Jefe de Patrulla de la Policía de la Gran Manzana John Chell, en declaraciones la radio 77 WABC, recogidas por The New York Post- destacando que esta norma provocará que las relaciones entre la comunidad y la policía "se deterioren". "Nos va a pasar factura [en] nuestro tiempo de respuesta a las llamadas de servicio... Ahora nos preocupan las horas extraordinarias", añadió.