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Los desafíos del próximo presidente de la Cámara: unir al Partido Republicano y lograr resultados legislativos

John Boehner, Paul Ryan y Kevin McCarthy tuvieron problemas para alinear al GOP detrás de su agenda y Jim Jordan espera poder ser la excepción a la regla.

Jim Jordan

Wikimedia Commons

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Kevin McCarthy fue removido como presidente de la Cámara de Representantes a comienzos de octubre, desatando tormentas internas dentro del Partido Republicano, que rápidamente comenzó a moverse para encontrar un sucesor. Tras la caída de Steve Scalise, Jim Jordan espera conseguir los votos para obtener un mazo que llegaría con muchos desafíos por delante.

El congresista de Ohio está luchando por llegar a los 217 votos necesarios, puesto que algunos republicanos entienden que apoyarlo significaría legitimar el triunfo legislativo de Matt Gaetz, responsable de haber impulsado la moción de destitución contra McCarthy porque no estuvo de acuerdo con que se haya evitado el cierre del gobierno.

Precisamente, ese es el primer gran desafío que enfrentará el próximo presidente: unir a la Conferencia Republicana en la Cámara. Aunque la tarea no suena muy compleja, es algo que John Boehner, Paul Ryan y el propio McCarthy, los últimos tres presidentes republicanos, no pudieron lograr. Incluso dos de ellos perdieron sus trabajos por no poder hacerlo.

Unir a la Conferencia Republicana en la Cámara

Para Matthew Green, politólogo de la Universidad Católica de América y estudioso de los liderazgos en el Congreso, el GOP está siendo atravesado por una seria de tendencias políticas, las cuales se combinan con desacuerdos internos para convertir al presidente de la Cámara en “el trabajo más difícil en DC”.

Antes, dígase previo a la creación de C-SPAN, los congresistas eran poderosos según el rol que ocupaban en el liderazgo, ya que este, además de darles soltura dentro de la Cámara, les otorgaba exposición en los medios de comunicación y facilitaban su llegada a los votantes. Esto generaba incentivos para que los jóvenes legisladores buscaran apadrinarse con los líderes y no persiguieran mucha confrontación. C-SPAN democratizó ese poder de llegar a los votantes y les permitió a los otros miembros convertirse en potencias por sí mismos, como fue el caso de Newt Gingrich durante la década de 1980.

La llegada de las redes sociales potenció aún más esa tendencia, por lo que prácticamente todos los miembros del Congreso tienen la capacidad para hacer tambalear a los liderazgos de sus respectivos partidos, en principio retóricamente.

"¿Y qué llama la atención? Ser provocador. No vas a conseguir un millón de seguidores diciendo: 'Me gusta Kevin McCarthy'. Lo que te consigue un millón de seguidores es decir: 'Kevin McCarthy es una criatura del pantano'. Así que eso también fomenta la fractura y la escisión de los partidos en el Congreso”, explicó Green en diálogo con POLITICO.

El GOP se encuentra en una división interna entre los más conservadores y los republicanos más tradicionales. Si bien comparten puntos de vista en la mayoría de los temas, hay algunos detalles en los que no concuerdan, lo que genera choques de mayor o menor intensidad.

Según Green, el próximo portavoz deberá tener la inteligencia suficiente para contentar, en la medida de lo posible, tanto a los conservadores como a los más tradicionales. Por supuesto que esto trae dificultades, como la disyuntiva entre reducir la burocracia de la Cámara y los resultados legislativos.

“Lo que está pasando aquí, sin embargo, es que esos objetivos no se alinean. Los rebeldes quieren un proceso más abierto, pero también quieren resultados legislativos más conservadores, y probablemente no van a conseguir ambas cosas. O se consigue un portavoz muy conservador que imponga las prioridades de la derecha, o se consigue un proceso más abierto. Por eso creo que la lucha va a continuar, porque no veo una mayoría conservadora en la Cámara en este momento”, indicó el analista en su entrevista con POLITICO.

Un liderazgo fuerte

Aunque Boehner, Ryan y McCarthy eran nombres pesados dentro de la Conferencia Republicana, con experiencia legislativa y con los respaldos necesarios para mantenerse en el poder, los tres comenzaron a ver el fin de su ciclo cuando un grupo de legisladores más conservadores se rebeló en su contra.

Muy de la mano con la unión de la Conferencia, Green señala que un liderazgo fuerte puede eclipsar esas divisiones ideológicas puntuales. Puso como ejemplo a los demócratas, que, aún con las diferencias entre los progresistas y los liberales clásicos, supieron unirse bajo la tutela de Nancy Pelosi durante los últimos años.

“Entonces, ¿por qué los demócratas no han tenido este problema? Francamente, han tenido mejores líderes, líderes que han tenido más experiencia en el proceso legislativo y que están más dispuestos y son más capaces de imponer disciplina. Además, en parte se debe al entorno mediático, que ha fomentado esto en ambos partidos, pero no hemos visto el equivalente de Fox News en la izquierda. MSNBC es liberal, pero no tiene el control sobre los votantes de su partido como Fox”, explicó Green.

“Si queremos hablar de disfunción republicana, está asociada a estas fuerzas mayores que están golpeando al Congreso y a ambos partidos. Pero esas fuerzas no son simétricas, y por tanto los retos no son simétricos. Es un interesante experimento mental: ¿Qué pasaría si hubiera un equivalente de Nancy Pelosi en la Conferencia Republicana?”, sumó.

Triunfos legislativos

Durante el liderazgo de Kevin McCarthy, los republicanos establecieron el Comité Selecto del Partido Comunista Chino, evitaron el cierre del gobierno y, entre otras cosas, aprobaron una serie de legislaciones que, si bien no se espera que pasen por el Senado demócrata, sirven para marcar un contraste entre republicanos y demócratas de cara a las próximas elecciones.

Para Green, en pos de conseguir esos triunfos legislativos, el foco debe estar en los próximos comicios. La ajustada mayoría republicana reduce el margen de maniobra a la hora de tratar leyes, por lo que el analista pide paciencia hasta enero del 2025.

No creo que se produzca ninguna reforma importante en la Cámara de Representantes o en la forma de actuar de los republicanos hasta que haya una nueva mayoría considerable. Esa mayoría podría ser republicana si ganan 30 escaños en las próximas elecciones, o podría ser demócrata si ganan 40. Pero ahora, básicamente, tenemos una Cámara empatada sin mayoría operativa. Todo está atascado. No vas a ver una reforma de procedimiento porque ni siquiera vas a ver que se legisle mucho”, finalizó.

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