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De Ron DeSantis a John Fetterman y J.D. Vance: los protagonistas de las midterms

No todos los que han vencido o fracasado en las elecciones se han presentado a ellas. Donald Trump o Joe Biden se han jugado mucho.

John Fetterman, Ron DeSantis

Wikimedia Commons - Gage Skidmore/Flickr

Todo recuento de votos termina con un conjunto de nombres protagonistas. Unos porque han triunfado o fracasado en sus objetivos políticos. Pero hay otros protagonistas que se jugaban mucho en estas elecciones, aunque no se presentasen.

Ron DeSantis

El gran protagonista de la noche electoral, y el más claro vencedor, es Ron DeSantis. El gobernador de Florida ha renovado su cargo con una gran ventaja sobre su rival, el demócrata Charlie Crist (ha vencido con el 59,4% de los votos frente al 40,0% de Crist).

Es una victoria aplastante, que se entiende mejor con la reelección de Marco Rubio como senador por Florida (por más de 16 puntos) y con el avance de los republicanos en la Cámara de Representantes (han recuperado 4 asientos que eran de los demócratas, un mejor resultado que en el resto del país).

En definitiva, los republicanos han convertido a un estado “púrpura”, dividido casi a partes iguales entre demócratas y republicanos, en un estado rojo. “Hemos reescrito el mapa político”, ha declarado Ron DeSantis en su discurso de victoria. Y ha sido él quien lo ha hecho, más que Rubio, con un perfil desdibujado. Teñir de rojo el púrpura de Florida supone entregar al GOP sus 19 votos electorales. En las últimas cuatro elecciones, Florida ha entregado sus votos electorales dos veces a un candidato demócrata (a Barack Obama en 2008 y 2012) y dos a un candidato republicano (a Donald Trump en 2016 y 2020).

Ron DeSantis se ha opuesto con firmeza a las medidas de confinamiento, cierre de colegios e imposición del uso de mascarillas. También ha emprendido una cruzada anti woke que le ha llevado más allá de lo que habría asumido un gobernador conservador más clásico; alguna de sus medidas se han revocado por atentar contra la libertad de empresa. Y ha liderado al estado mientras bordeaba la catástrofe con el azote del huracán Ian.

Donald Trump

Y si Ron DeSantis es el vencedor, quien se ve como su principal rival es quien más ha perdido en estas elecciones: el expresidente Donald Trump. Antes del recuento, y cuando todos esperaban una “oleada roja”, Trump adelantó que haría un importante anuncio en martes, 15 de noviembre. Era prácticamente un adelanto de su candidatura para 2024, que todos dan por descontada.

¿Por qué mencionar ese anuncio antes de las elecciones? Para volar con las alas de un Congreso en manos republicanas después de una gran jornada electoral para su partido. Pero, como la canción de Mr. Mister, las alas están rotas. Trump se ha colocado en el centro del escenario electoral, y ahora que ese escenario deja un poso de derrota para el GOP, Trump no puede evitar que le afecte.

Alguien le podría acusar de ventajista después de haber dicho “Bueno, creo que si ganan, debería recibir todo el crédito. Si pierden, no deberían culparme en absoluto”. Pero son unas palabras irónicas, porque adelanta que lo que ocurrirá es precisamente lo contrario.

Anna Paulina Luna

La republicana Anna Paulina Luna es una de las caras de la victoria republicana en Florida. Es una gran defensora de la Segunda Enmienda. De origen mexicano, es una de las “hispanas republicanas” de las que habla la prensa, entre el asombro y la extrañeza. Le ha vencido a Eric Lynn, ex asesor de Obama, en el distrito 13, en la bahía de Tampa. Luna sirvió en el Ejército durante 9 años, de 2009 a 2018, y es la encargada de dirigir el área de participación hispana en política de la organización Turning Point USA.

El apellido referido al satélite no es el suyo original, ni Florida es su estado de nacimiento. Nació en Santa Ana, California, en 1989 como Anna Paulina Mayerhofer, pero cambió su apellido por el de su abuela materna, que era mexicana.

Ruby Cramer, en The Washington Post, dice de ella:

Debería conocer el nombre de Anna Paulina Luna. En dos meses, estará grabado fuera de una oficina del Congreso en D.C., un marcador de una generación más joven, más diversa y más en línea del Partido Republicano de Trump. Pronto aparecerá junto a nombres que ya conoces, como Marjorie Taylor Greene (R-Ga.), en las listas del House Freedom Caucus.

Hace dos años perdió en el mismo distrito contra quien en estas elecciones se ha presentado como candidato demócrata a ser gobernador del estado: Charlie Crist.

Beto O'Rourke and John Fetterman

El nombre de Crist se perderá en los anales de la política americana como lágrimas en la lluvia. Pero Beto O’Rourke, que perdió las elecciones a gobernador de Texas frente a Greg Abbott, merece un lugar más destacado. Es uno de los perdedores más memorables de la reciente política nacional: Perdió contra Ted Cruz en las elecciones de 2018 al Senado por Texas. En 2019 anunció que quería ser el candidato demócrata para enfrentarse a Donald Trump en 2020, pero sus escasas posibilidades le aconsejaron abandonar la carrera antes incluso de que comenzaran las primarias. Y ahora ve el cargo de gobernador de Texas a 11 puntos porcentuales de distancia. Según National Review, se ha gastado en estas tres carreras 164 millones de dólares.

El contrapunto, dentro de los demócratas, es uno de los pocos vencedores claros que ha tenido el partido: John Fetterman. Es el vicegobernador de Pennsylvania, y optaba a arrebatarle al partido Republicano el puesto de Senador, que ostenta hasta el relevo Pat Toomey. Para ello, tenía que enfrentarse a dos obstáculos: el candidato republicano Mehmet Oz, y el ictus que sufrió el pasado mes de mayo.

Aunque Oz es un candidato competente, un médico con miles de horas de experiencia ante las cámaras, lo que más le ha costado es sobreponerse a las consecuencias de su dolencia. Durante la campaña ha dicho cosas que seguramente no quería haber dicho. La última es “celebro la desaparición de Roe vs. Wade”. Se resistió a participar en un debate con su rival, y cuando lo hizo finalmente, fracasó.

Pero si hubiera estado en perfectas condiciones, también tenía que haberse sobrepuesto a varias dificultades. La primera de ellas es su registro “blando” en materia de lucha contra la criminalidad, que él ha querido disimular a última hora. Ya no tendrá que hacerlo, ahora que es senador. Como tampoco tendrá que esconder que es un partidario de la agenda woke, al menos en los momentos en que mantiene la lucidez.

Joe Biden y Kamala Harris

Ya hay quien dice que uno de los vencedores de estas elecciones es quien estaba destinado a perderlas: el presidente Joe Biden. Es pronto para valorarlo, cuando el lento recuento de votos arroja que los republicanos están a 16 escaños, de 48 que quedan por asignar, de tener la mayoría en la Cámara de Representantes. Y cuando tendremos que esperar al 6 de diciembre, en la segunda vuelta en Georgia, para conocer el reparto definitivo del Senado.

Pero hay ciertas cosas que podemos adelantar. Con una Cámara de Representantes en manos republicanas, podemos esperar un frenazo a la política de gasto de la Administración Biden. Pero hay más: el Congreso investigará las corruptelas de su hijo Hunter, y entrará en el FBI como si llevara un lanzallamas entre las manos. De la mayoría del Senado, y de la buena salud o la voluntad de seguir de los jueces, depende que pueda nombrar un nuevo miembro del Tribunal Supremo.

Una palabra se pronuncia cada vez que un presidente tiene un Congreso desfavorable: impeachment. La congresista Marjorie Taylor Greene ya ha depositado los artículos de destitución. Pero puede que a lo que tenga que enfrentarse Joe Biden sea a un tipo diferente de impeachment.

Visto lo delicado de su salud, una posibilidad es que su destitución proceda del lado demócrata. Kamala Harris podría invocar ante el Congreso el artículo 25 de la Constitución, lo que le permitiría destituir a Joe Biden y convertirse en presidenta de los Estados Unidos. Es más, dado que sería en los dos últimos años de su mandato, podría presentarse en dos ocasiones a las elecciones presidenciales: 2024 y 2028, y ser presidenta hasta 2032, si los americanos lo quieren.

J.D. Vance

Uno de los nuevos rostros en el Senado es el de J. D. Vance, conocido por ser el autor de Hillbily Elegy; unas memorias en las que cuenta su vida en Middletown, Ohio. Una historia de trabajos poco cualificados y sueldos bajos, valores tradicionales y apego a la tierra. En frente están quienes se amoldan al sistema viviendo de las ayudas y subvenciones, y esperan salir adelante en función de lo que hagan otros, típicamente en el gobierno, más que en el propio esfuerzo. Es la historia de cómo se puede sobrevivir en una selva urbana, en la que las amenazas vienen de la drogadicción, el alcohol, la violencia y el Estado de Bienestar.

El libro se convirtió en todo un fenómeno en 2016, tras una entrevista de The American Conservative con J. D. Vance, y muchos analistas lo vieron como el canto literario a una parte de América que había conducido a Donald Trump a la presidencia. El libro se llevó al cine en una notable película protagonizada por Glenn Close, que volvió a demostrar lo gran actriz que es, y Amy Adams.

Vance ha vencido al candidato demócrata, Tim Ryan, con un 53,28% frente al 46,72%. Será senador por su estado natal, Ohio. Como candidato, Vance se ha permitido ser crítico con Donald Trump. Y aunque el expresidente no se siente cómodo con las críticas, no ha dejado de apoyarle.

James Moylan

La Comisión Electoral de Guam le ha concedido al republicano James Moylan la victoria frente a la candidata demócrata Judith Won Pat, con una diferencia de cinco puntos. Este resultado le convierte en el primer delegado republicano de Guam en 30 años; el último fue en 1992. Su temprana elección parecía presagiar una oleada roja que, finalmente, no llegó. Su predecesor, Michael San Nicolas (D), está siendo investigado por corrupción.

JamesMoylan

Moylan se graduó en Ciencias en el Instituto John F. Kennedy de Tumon, Guam, y se licenció en Derecho Criminal por la Universidad de Guam. Entre otros trabajos, Moylan ha sido funcionario del Ejército de los Estados Unidos, y agente de libertad condicional de Guam. Es agente de seguros, y ha servido en el Parlamento de su país desde 2018.

Brian Kemp

Aunque no está en su mejor momento, Donald Trump ha demostrado en estas elecciones tener una gran fuerza dentro del Partido Republicano. Ha barrido a los 10 del impeachment, menos a Dan Newhouse, que ha ganado en su distrito, y al indultado David Valadao, que podría ganar el distrito 22 de California. Por otro lado, Trump ha colocado al 92% de sus candidatos en las primarias.

Pero tiene un rival que parece tener otra categoría, y que ha obtenido una resonante victoria en estas elecciones: Brian Kemp. Ha ganado a Stacey Abrams en la elección a gobernador de Georgia con un 53,4% de los votos por el 45,8% de la demócrata. Abrams ha liderado una plataforma muy extremista, incluso para el Partido Demócrata, y es la segunda vez que pierde ante Kemp.

Brian Kemp ha seguido el camino de muchos otros: da el salto a la política después de una exitosa carrera de empresario. Como gobernador de Georgia, se ha opuesto a los confinamientos y a la obligación de llevar mascarillas, y en nombre de la libertad prohibió que los condados impusieran medidas restrictivas. Su victoria la debe en gran parte a su defensa de la libertad en esas circunstancias, como Ron DeSantis.

Pero Kemp se enfrentó en 2020 a Donald Trump. El candidato a la reelección presidencial dijo que había habido casos de fraude en Georgia, entre otros estados, y criticó a Kemp cuando éste certificó los resultados. Trump mandó a uno de sus hombres a desbancar a Kemp de la candidatura republicana en Georgia, pero el gobernador ganó con autoridad.

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