Un tribunal sentencia a DACA: es ilegal

Un tribunal federal de apelaciones dictaminó que el programa para inmigrantes irregulares de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals, en inglés) es ilegal.

Se trata de un programa creado en 2012 durante la Administración Obama (en la que Joe Biden era vicepresidente), que permitía a todos los inmigrantes ilegales que ingresaron en Estados Unidos cuando eran niños poder trabajar o estudiar sin riesgo a ser deportados.

Ahora la Justicia asesta un golpe a Joe Biden, quien dijo que quería "un camino permanente a la ciudadanía para los beneficiarios de DACA". Pese a que el fallo judicial bloqueó las nuevas solicitudes para el programa, los actuales beneficiarios (alrededor de 594.000 individuos, conocidos como dreamers) no se ven afectados.

Entre las ayudas que reciben los dreamers se encuentran la obtención del número de la Seguridad Social, permisos de trabajo, financiación para la educación y licencias de conducir.

El Partido Demócrata promovió y anunció DACA como una medida clave que permitió a cientos de miles de jóvenes residir legalmente en Estados Unidos sin necesidad de obtener su permiso de residencia por los cauces constitucionales, según señaló el tribunal:

El tribunal dictaminó que "las cuestiones legales que plantea DACA son graves" para todas las partes involucradas. "En nuestra opinión, el programa no demostró que haya una posibilidad de que tenga éxito", concluyó la corte.

¿El fin de DACA?

Uno de los estados con mayores problemas de inmigración ilegal es Texas. En 2018, junto con ocho estados, demandó la ilegalidad de DACA. Tres años después, el juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Texas Andrew Hanen bloqueó las nuevas solicitudes de DACA, aunque mantuvo a los que ya se beneficiaban del programa. Por tal motivo, Joe Biden recurrió al tribunal de apelaciones.

Una de las promesas de Biden cuando alcanzó la presidencia fue encontrar una solución para los dreamers, aunque no consiguió un consenso en materia de inmigración, una de las cuestiones de mayor relevancia en la agenda política de Estados Unidos.