Una llamada de atención para Latinoamérica: el Departamento de Estado pone límites a la presencia de China en la región
Con Marco Rubio a la cabeza y Christopher Landau como subsecretario, Estados Unidos ahora tiene claro lo que ocurre en la región, los países deberían verlo como una oportunidad para salir del peligro que representan las abusivas relaciones comerciales con China.

Secretario de Estado, Marco Rubio / Jim Watson
El Departamento de Estado se está tomando muy en serio la presencia de China en Latinoamérica. Con Marco Rubio a la cabeza y Christopher Landau como subsecretario, esta institución ahora tiene una dirección que realmente sabe lo que ocurre en la región, y desde la primera semana lo dejó claro. Ha cambiado la situación y los países que sigan permitiendo al régimen chino avanzar deberán enfrentar a Estados Unidos, primero fue la advertencia a Panamá, ahora le tocó el turno a Colombia.
"El acercamiento del Presidente Petro con China es una gran oportunidad para las rosas de Ecuador y el café de Centroamérica," dijo Mauricio Claver-Carone, el enviado especial del Departamento de Estado para América Latina, sobre el viaje del presidente colombiano a China y su intención de estrechar relaciones comerciales con ese régimen.
China lleva años avanzando en Latinoamérica
En entrevista con Voz, el secretario Rubio hace unos meses explicó el peligro que significa China para la región. Aseguró que el régimen tiene presencia en muchos países de Latinoamérica en los que a través de negocios dudosos se apodera de recursos naturales para beneficio del Partido Comunista Chino (PCC), también destacó los negocios en materia de telecomunicaciones.
El secretario Rubio además aseguró, en nuestra entrevista del año pasado, antes de que la Administración Trump llegara al poder, que Estados Unidos no había realizado el esfuerzo necesario para dar a los países de Latinoamérica una alternativa y frenar el peligroso avance de China. Ahora que Rubio está a la cabeza en el Departamento de Estado el asunto ha cambiado. Una de sus primeras tareas fue abordar la situación en Panamá, que entre otros aspectos incluía las relaciones de ese país con China. Solo días después de su visita, Panamá anunció que no renovaría el acuerdo de la Ruta de la Seda con China.
China lleva años avanzando en Latinoamérica. Se ha convertido en el segundo socio comercial más importante de la región después de Estados Unidos. Ha invertido fuertemente en proyectos de telecomunicaciones y tecnología, y en varios países ha desplazado a EE.UU. como primer socio comercial.
Huawei, por ejemplo, ha recibido contratos para el suministro de equipos de telecomunicaciones en países como Costa Rica y Bolivia. También China ha establecido acuerdos con varios países para colaborar en temas de ciberseguridad y manejo de datos, lo que dado el historial de China robando información y actuando como enemigo abierto de Estados Unidos, constituye un riesgo para la seguridad de la región y de nuestro país.
China también ha hecho millonarias inversiones en Latinoamérica en infraestructura estratégica asegurando que la intención es facilitar el comercio de la región con el país asiático, pero además de eso son muchas las críticas sobre las condiciones bajo las que se firman esas inversiones, en algunos casos dando demasiado poder a China sobre recursos naturales y operación de la infraestructura. También son ampliamente criticadas las condiciones riesgosas en las que China presta dinero a algunos países de Latinoamérica. Algunos expertos han señalado que más allá de un plan comercial lo que buscan es un plan de control de la región.
¿Colombia quiere retar a EE.UU. en medio de las negociaciones arancelarias?
“Nos alistamos a un viaje a China. Voy como presidente de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe. Ahora soy dos veces presidente, presidente de Colombia y presidente de Latinoamérica y el Caribe”, dijo Gustavo Petro, presidente de Colombia.
Unas declaraciones que suponen una situación aún más complicada, un presidente izquierdista, que en varias ocasiones se ha manifestado abiertamente en contra de Estados Unidos, al parecer liderando mayores acercamientos comerciales de la región con China.
Alrededor del 35 % de las exportaciones de Colombia tienen como destino Estados Unidos, y en un contexto de negociaciones arancelarias, donde la Administración Trump ha dejado claro que está dispuesta a enfrentarse con China con el objetivo de poner nuevas reglas de comercio más justas, no es buena idea que Colombia decida tomar partido por el régimen.
Latinoamérica debe tener claro que este Departamento de Estado conoce muy bien la región. Esta Administración entiende el riesgo que significa que China quiera tomar control de infraestructura y ciberseguridad clave en el vecindario. El camino correcto es el que tomó Panamá, elegir a Estados Unidos por sobre China, no solo porque EE. UU. es el primer socio comercial y es más poderoso, sino porque objetivamente hacer negocios con China es riesgoso. Es un régimen que no tiene escrúpulos y que no se rige por las normas que conocemos en Occidente.