¿Encubre el Gobierno alemán un atentado islamista?
Berlín tacha de "islamófobo" el último ataque terrorista en un mercado navideño. Las pruebas indican lo contrario.
Magdeburgo inscribió su nombre en la triste historia de ciudades alemanas víctima de atentados terroristas perpetrados por inmigrantes musulmanes. El terrorista saudí Taleb Abdulmohsen se adentró 200 metros en un abarrotado mercado navideño el 20 de diciembre, asesinando a un niño de nueve años y a cuatro mujeres, e hiriendo a más de 200 personas, 40 de ellas de gravedad.
Ha pasado un cuarto de siglo desde que las autoridades identificaron por primera vez una célula terrorista islamista en el país. Esa célula preparaba en el año 2000 un atentado terrorista contra un mercado navideño en Estrasburgo (Francia). Desde entonces, y especialmente tras la política de puertas abiertas de la excanciller Angela Merkel en 2015, el terrorismo islamista ha sido la principal amenaza para la seguridad en Europa Occidental. Especialmente en Alemania, donde los mercadillos navideños han sido un objetivo especialmente codiciado. El autor y periodista Douglas Murray lo llama "una de las tradiciones más nuevas del Continente: el ataque terrorista al mercado navideño". En diciembre de 2016, un islamista también embistió con un vehículo un mercado navideño en Berlín, asesinando a 12 personas e hiriendo a 50.
¿Qué han enseñado 25 años de experiencia en terrorismo a las autoridades alemanas? Al parecer, nada.
Evadiendo las señales
Los gobernantes alemanes, y sus portavoces no oficiales en los principales medios de comunicación, quieren convencer a sus gobernados de que Abdulmohsen era un derechista lleno de odio. Un exmusulmán que odiaba a los seguidores de su supuesta antigua religión. Aunque la investigación de su ataque sigue en curso, la ministra del Interior, Nancy Faeser, dijo a los periodistas: "Sólo podemos decir con certeza que el autor era obviamente islamófobo".
¿"Con certeza"? No importa que Arabia Saudí advirtiera a las autoridades alemanas en repetidas ocasiones de que Abdulmohsen suponía un peligro. No importa que, supuestamente, amenazara con un atentado terrorista hace más de una década, en 2013, refiriéndose al atentado del maratón de Boston. Según The Telegraph:
"Abdulmohsen, enfadado porque una asociación médica alemana le había pedido más papeles antes de permitirle ejercer como psiquiatra, amenazó a la asociación por teléfono con las palabras: '¿Has visto lo que ha pasado en Boston? Aquí también pasará algo parecido'".
Mundo
Israel: advierten que Hamás planea perpetrar atentados terroristas en el exterior
Leandro Fleischer
Realizó una amenaza similar un año después, pero los funcionarios alemanes parecen ni haberse dado cuenta: en 2016 le concedieron asilo.
No importa que una mujer saudí hubiera intentado, en repetidas ocasiones, advertir a las autoridades alemanas de que quería asesinar alemanes al azar. No importa que hiciera publicaciones islamistas en X, afirmando: "Devolveremos Hamás a Gaza y si quiere podemos llevar Hamás a su casa para que lo pruebe". De hecho, Abdulmohsen comentó en un post de Faeser que cometería asesinatos: "Es probable que muera este año para que se haga justicia". Los mandamases germanos, tan celosos en perseguir el "odio" en X que detienen a jubilados, ignoraron por completo una amenaza real.
Taqqiyah
Unos cuantos auténticos exmusulmanes vieron a través de la cortina de humo del atacante, que se hacía pasar por un ateo convencido, fanático del partido Alternativa para Alemania (Afd) y de Elon Musk. Aquellos lo reconocieron como un taqqiyah: un disimulo para avanzar los objetivos del Islam.
"Lo diré una vez más: muchas personas que han tenido contacto con Taleb, como yo, niegan que alguna vez fuera ateo o exmusulmán", escribió Ali Utlu, un alemán que abandonó las creencias islámicas.
"Él mismo afirmaba ser un wahabí. Tenía contactos con gente de Hamás, así como con partidarios del Estado Islámico".
"Amenazó a asociaciones de exmusulmanes y laicos, así como a mujeres que habían huido de Arabia Saudí y renunciado al islam. La asociación y las mujeres se defendieron legalmente. Atacó al Consejo Central de Exmusulmanes y a mí como miembro. Todos los principales críticos del islam bloquearon a Taleb porque recibían mensajes confusos y amenazas".
"Nunca criticó directamente al islam ni a sus asociaciones. Mientras protestábamos frente a las mezquitas, él nos combatía. También defendió repetidamente a Arabia Saudí. ¿Por qué?".
"Decenas de personas están compartiendo capturas de pantalla de conversaciones en las que amenazaba a gente por ser exmusulmanes".
Desinformación gubernamental
Los líderes alemanes, tan desesperados por evitar el "odio" y la "desinformación" que detienen a ciudadanos por inocentes publicaciones en internet (como a un hombre de 64, a quien también le allanaron la casa y le incautaron dispositivos electrónicos, arrestado por llamar "idiota" al vicecanciller Robert Habeck en las redes sociales), decidieron, al parecer, que sería políticamente oportuno amplificar la taqqiyah de Abdulmohsen. Convertirla en un hecho incontrovertible. El Gobierno de Alemania, preocupado por mantener a la AfD fuera del poder, aprovechó la oportunidad para establecer un vínculo entre el terrorista y el partido que está amenazando el control de la izquierda sobre el poder.
La ministra del Interior, aparte de proclamar con "certeza" la identidad islamófoba de Abdulmohsen, parece empeñada en negar que su país pueda tener un problema con el terrorismo islamista -como viene siendo habitual desde la época de Merkel-. Cuando, el verano pasado, tres personas fueron asesinadas con un arma blanca a manos de un sirio en Solingen, la principal preocupación de Faeser fue que el ataque no se utilizara para "sembrar el odio".
"El Gobierno alemán no considera que la desinformación sea un problema, siempre y cuando sea el Gobierno alemán quien la promueva".
"No permitiremos que nos dividan en estos momentos, sino que nos mantendremos unidos y no permitiremos que un ataque tan terrible divida a la sociedad", dijo entonces.
Faeser parece tener un único objetivo en mente: que la izquierda alemana permanezca indefinidamente en el poder. En septiembre de 2023, propuso que los extranjeros e inmigrantes que hayan pasado tan sólo seis meses en Alemania puedan votar en las elecciones locales.
Tildándolo de "islamófobo", la coalición gobernante de partidos socialdemócratas y verdes parece estar encubriendo un ataque terrorista islamista. Quizás esté buscando nuevos votos en las elecciones del mes que viene; quizás esté intentando disimular su propio fracaso a la hora de detener a un terrorista que había encendido tantas alarmas.
El Gobierno alemán, evidentemente, no considera que la desinformación sea un problema, siempre y cuando sea el Gobierno alemán quien la promueva.