Loca Gran Bretaña: la policía investiga a niños de nueve años por 'incidentes de odio no delictivos'
Los principales medios de comunicación británicos han ignorado, durante décadas, mucho: la masiva inmigración musulmana; la violencia y el terrorismo desenfrenados; las bandas musulmanas que violan, torturan, a veces matan, a cientos de miles de niños y mujeres jóvenes, con la complacencia de la Policía.
El sentir mayoritario en Reino Unido podría estar, por fin, despertando al hecho de que eligió a un Gobierno totalitario que cada vez se parece más al Partido Comunista Chino.
Niños de tan sólo nueve años están siendo investigados actualmente por la Policía por incidentes de odio no delictivos. Según el Daily Mail:
"Un niño de nueve años se encuentra entre los jóvenes investigados por la policía por incidentes de odio.... Los agentes registraron incidentes contra el niño, que llamó "retrasado" a un compañero de primaria, y contra dos alumnas que dijeron que otro estudiante olía "a pescado". 'The Times' descubrió, mediante solicitudes de libertad de información a las fuerzas policiales, los múltiples casos de niños registrados como autores de incidentes de odio no delictivos (NCHI, por sus siglas en inglés)".
El odio no delictivo no es precisamente nuevo. En 2014, la policía introdujo las Directrices Operativas sobre Delitos de Odio, que desde entonces han sido actualizadas. De acuerdo con las directrices, cualquier incidente no delictivo que sea percibido, por la víctima o cualquier otra persona, como motivado por una hostilidad o prejuicio basado en la raza, religión, orientación sexual, discapacidad o identidad transexual de una persona debe ser registrado, incluso si no hay pruebas de odio:
"A efectos del registro, la percepción de la víctima, o de cualquier otra persona... es el factor definitorio para determinar si un incidente es un incidente de odio.... La víctima no tiene que justificar o aportar pruebas de su creencia, y los agentes y el personal no deben cuestionar directamente esta percepción. No es necesario aportar pruebas de la hostilidad para que un incidente o delito se registre como delito o incidente de odio".
"En Reino Unido los simpatizantes del terrorismo no tienen que temer consecuencias por sus actos".
Desde 2014, la policía británica ha registrado supuestamente más de 250.000 incidentes de odio no delictivos en Inglaterra y Gales. Los incidentes no delictivos pueden incluso aparecer cuando los empleadores solicitan una copia de los antecedentes penales de un posible empleado.
A finales de junio, un niño judío de 12 años fue interrogado en su casa por la policía antiterrorista por decir que "sólo hay dos géneros" y por afirmar que había que "exterminar" a Hamás.
Su madre dijo que los agentes antiterroristas "plantearon su preocupación por el hecho de que su hijo, que es judío, albergara opiniones extremistas a causa de su respuesta cuando le preguntaron si había algún grupo que no debería existir... su hijo respondió que Hamás (el grupo terrorista con base en Gaza) debería ser exterminado'". También se le acusó de "interés malsano por las armas" por poseer una ballesta de juguete.
Gran Bretaña abre los ojos
La tardía caída en cuenta por parte de la opinión mayoritaria británica de que su país perdió la cordura y la libertad es reciente. Se ha acelerado después de que la periodista del Daily Telegraph Allison Pearson fuera visitada por la Policía a principios de noviembre, informándole de que estaba acusada de un incidente de odio no delictivo. Un tuit que había publicado hace más de un año, le dijeron, estaba "incitando el odio racial". Preguntó quién la acusaba y por qué, pero le respondieron que no podían decirle cuál era el tuit ofensivo ni el nombre de la víctima. Ahora está siendo investigada por difundir material presuntamente "susceptible o destinado a provocar odio racial".
"Esto no es por lo que la gente luchó y murió en la guerra", escribió Pearson en el Telegraph sobre su terrible experiencia, que describió como una prueba de la doble vara del sistema judicial británico.
Hay muchas cosas por las que la gente no luchó ni murió en la guerra, pero que los principales medios de comunicación británicos han ignorado durante décadas: la inmigración masiva procedente del mundo musulmán; la violencia y el terrorismo desenfrenados; las bandas musulmanas que violan, torturan, y a veces matan, a cientos de miles de niños y mujeres jóvenes británicos mientras la Policía encubre sus crímenes.
Una superviviente, Ella Hill, escribió allá por 2018:
"Como superviviente de una banda en Rotherham, quiero que la gente conozca el extremismo religioso que inspiró a mis agresores. Estas pandillas no son como las redes de pedofilia; en cambio, operan casi exactamente como redes terroristas, con todas las mismas estrategias. Cuando era adolescente, me llevaron a varias casas y pisos situados encima de locales de comida a domicilio en el norte de Inglaterra, donde me golpearon, torturaron y violaron más de 100 veces. Me llamaban 'escoria blanca' y 'blanca de mierda' mientras me pegaban".
"Dejaron claro que, como no era musulmana, no era virgen y no vestía 'modestamente', creían que merecía ser 'castigada'. Dijeron que tenía que 'obedecer' o me pegarían".
Cientos de personas fueron condenadas a penas de prisión de hasta varios años por publicaciones en redes sociales sobre el brutal asesinato de tres niñas en Southport este verano. Fueron encarcelados por criticar la inmigración masiva y la islamización, el Gobierno dijo que estaban incitando al odio racial. Ahora, resulta que el asesino de las tres niñas, que aún no ha sido juzgado, era en realidad un terrorista islamista, un hecho que el gobierno de Starmer encubrió y sobre el que mintió.
"Las turbas pro-Hamás que apoyan el terrorismo en Londres siguen disfrutando de la protección de la policía".
¿Harán campaña ahora los principales medios de comunicación británicos para que los encarcelados por decir lo que pensaban sobre estos asesinatos sean liberados?
Tommy Robinson fue duramente castigado por las autoridades británicas por denunciar y realizar documentales sobre los escándalos de las grooming gangs. Hace unas semanas, fue encarcelado, de nuevo, por negarse a ser silenciado, y trasladado a una de las prisiones más notorias de Gran Bretaña, que alberga a algunos de los terroristas islamistas más asesinos. Nadie en la prensa británica convencional parece preocuparse en lo más mínimo por su seguridad.
Los delincuentes reales campan a sus anchas
Mientras tanto, los delitos reales en el Reino Unido siguen aumentando: "Según las últimas cifras, el número de delitos relacionados con cuchillos en Inglaterra y Gales aumentó a 49.489 en 2023, por encima de los 46.153 de 2022"; los robos con cuchillos aumentaron un 20%. Las fuerzas del orden ni siquiera se molestan en investigar adecuadamente los crímenes, como los robos -entre 2015 y 2021, "la policía no pudo resolver un millón de ellos"-, mientras que el único tuit de Allison Pearson, que no es un delito, está siendo investigado por tres de los mayores cuerpos policiales británicos.
El sistema judicial británico es gravemente disfuncional, y las víctimas de violaciones y agresiones sexuales esperan hasta más de cinco años para que sus casos lleguen a los tribunales. Según la Asociación de Abogados Penalistas, "la acumulación de casos penales va camino de alcanzar los 80.000 en marzo de 2025". Una superviviente de violación, Emmy Hemmins, esperó cinco años y 11 meses para que su caso llegara a juicio. Se aplazó ocho veces, y mientras tanto ella se traumatizó aún más por la espera excesiva y sufrió ataques de ansiedad. El tribunal declaró inocente a su violador.
Scotland Yard también pasó 15 meses investigando a Maya Forstater, directora ejecutiva de Sex Matters, que hace campaña por "la claridad sobre el sexo en la legislación, la política y el lenguaje", tras una denuncia de que un post suyo sobre un médico transexual era una "comunicación maliciosa". A ella tampoco se le dijo qué tuit estaba siendo investigada ni quién había presentado la denuncia hasta que accedió a entrevistarse con los agentes.
"El islam parece gozar de un estatus especial de protección en el Reino Unido".
Señoras de mediana edad y jubilados recibieron penas de prisión en juicios rápidos por publicaciones en redes sociales que borraron y por la que habían pedido disculpas. Mientras tanto, la TikToker Fiona Ryan, que celebró el 7 de Octubre, comparó a los judíos asquenazíes con los nazis, hizo chistes sobre el Holocausto, afirmó que médicos judíos realizaban procedimientos de cambio de sexo en niños y, según el tribunal, "apoyaba a Hamás en Internet", sólo fue condenada a 20 semanas de prisión en suspenso. Evitó la cárcel por completo.
En Reino Unido, evidentemente, los partidarios de los terroristas no tienen que temer ninguna consecuencia por sus actos.
Las turbas pro-Hamás en Londres siguen disfrutando de la protección de la policía, mientras que quienes se les oponen son reprimidos. Niyak Ghorbani, un podcaster iraní, fue pateado por la policía simplemente por filmar una protesta en favor del grupo yihadista palestino. Ghorbani probablemente ha sido detenido más veces por denunciar el terrorismo en territorio británico que por protestar contra el régimen islámico cuando aún vivía en Irán.
Mientras que el islam parece gozar de un estatus especial de protección en el Reino Unido -sus fieles son libres de transmitir sus oraciones para que las oiga todo el mundo-, los predicadores callejeros cristianos llevan años siendo arrestados por predicar el evangelio en público. No importa siquiera si son pensionistas.
En un caso reciente, la policía informó a un hombre, predicador callejero, de que decir "Dios te bendiga" es un delito si causa "angustia" a alguien con creencias diferentes, como los musulmanes.