Renato Moicano, una rara avis que pelea por la libertad
El peleador brasileño de la UFC se embolsilló a una audiencia en la Acton University que, en un principio, lo veía con escepticismo, pero que terminó maravillada por la elocuencia y la profundidad de un hombre que se vuelve fundamental para la pugna cultural en la que nos encontramos.
Estuve la semana pasada en el ciclo de conferencias organizado por el Acton Institute, la Acton University. Uno de sus momentos más llamativos fue cuando el padre Sirico, brillante fundador del Instituto, se sentó por una hora a hablar con el peleador brasileño de la UFC y estrella en ascenso, Renato Moicano.
¿Por qué Sirico invitó a Moicano a una entrevista en el marco de unas profundas y sensibles conferencias sobre teología y filosofía? El detonante fue un videíto de unos segundos de Moicano que se volvió viral tras triunfar en una pelea: el atleta soltó un puñado de palabras elogiando a Estados Unidos, a la Constitución y a Mises.
"Amo la propiedad privada, y déjenme decirles algo: si les importa su puto país, lean a Ludwig von Mises y las seis lecciones de la Escuela de Economía Austriaca", dijo tras el combate.
">‘I love private property, and let me tell you something, if you care about your fucking country, read Ludwig Von Mises and the 6 lessons of the Austrian Economic School, motherfuckers!’ - @moicanoufc 🔥
— John Vallis (@johnkvallis) April 14, 2024
Best post-fight interview of all time??
Safe to say the Overton window has… pic.twitter.com/xNX7Hv7zG7
¿Son suficientes unos pequeños segundos de lucidez para que el prestigioso Instituto Acton invitara al peleador a una conversación con el padre Sirico, intelectual de nuestros tiempos, y llenara un salón con cientos de personas de decenas de países? Sí, claro.
Los asistentes de la Acton University estaban genuinamente emocionados. La convocatoria fue un éxito, pese a que apenas se anunció unas horas antes. Quizá, más que expectativas intelectuales, había curiosidad. Puede que muchos hayan asistido por mera curiosidad, casi mórbida, suerte de virtue signaling. Pero, sin dudarlo, todos y cada uno fuimos impresionados para bien.
"Yo no soy un modelo como hombre. El único modelo es Jesucristo", dijo. Y cada una de sus afirmaciones fueron sustentadas y contextualizadas. ¿Qué lo llevó a abrazar la economía austríaca? Pues la vida en sí misma. Su apreciación sobre la libertad, el socialismo y la carga del Estado parte de la propia experiencia.
"Yo era socialista, creía que el Estado me lo debía dar todo y que estaban bien las regulaciones y los impuestos, hasta que empecé a trabajar", le dijo a una audiencia que le reía el ingenio y le aplaudía su lucidez.
Con respecto a los impuestos, es claro: altos impuestos conllevan a la ilegalidad, al mercado negro. "La gente siempre encuentra la manera de proteger su dinero", dice. Pone como ejemplo su país, Brasil: "Al imprimir dinero, con los impuestos, están pateando a los inversionistas".
Renato entiende bien que para ser un buen hombre, no basta con ser exitoso y talentoso en su destreza. Tiene que cultivarse. "Tienes que ser inteligente. Tienes que defenderte. Eres libre de hablar, pero lo que dices tiene consecuencia", dice. Entonces, toca pulir las ideas.
El peleador elogia el capitalismo y el derecho a la propiedad. Sabe que sin propiedad, no hay incentivos, no hay voluntad de prosperar. Y si individualmente no prosperamos, las sociedades no prosperan.
No solo en el aspecto económico. Para Renato Moicano es fundamental que el Estado no se involucre en las libertades del individuo. Y una de esas libertades, tan cuestionadas hoy por hoy, es la de educar a tus hijos o, como padres, elegir lo que mejor les convenga.
Renato es peleador, pero es activista. Quiere impulsar las ideas de la libertad, del libre mercado y una sociedad virtuosa en Estados Unidos, por la simple razón de que ahora vive en Estados Unidos "y vine aquí a prosperar".
"Yo creo que Estados Unidos está cambiando. La gente que nació aquí se siente con derecho, cree que el Gobierno les debe", critica Renato Moicano. Para él, la esencia del sueño americano, de luchar por tu prosperidad, de ganarte las cosas, se ha diluido. En cambio, ha sido remplazado por un, como le llama, sense of entitlement.
Es la vida real la que te lleva a abrazar lo que es natural. La economía de mercado, la moral y la disciplina. De lo contrario, te pierdes, dice Renato Moicano. Él habla de estos temas, con riesgo a que lo cancelen, pero sin miedo. Al final, no le importan las consecuencias de su libertad de expresión. Está dispuesto a asumir todos los costos porque, en el fondo, sabe que la mayoría piensa como él.
"99% de las personas son conservadoras, quizá no lo saben. Sus instintos son conservadores. Si te gusta competir, probablemente seas un liberal clásico. Mi opinión es que las personas que tienen que luchar más por su dinero, por su éxito, tienden a ser más conservadoras", dice Moicano.
¿Por qué la conversación de Moicano con Sirico generó, incluso, una ovación de pie por parte de los asistentes a la Acton University? Superficialmente uno podría suponer que la mayoría lo subestimamos y, al ver a un peleador de la UFC, tatuado, con el rostro claramente marcado por los golpes, hilar un par de oraciones elocuentes sobre economía austríaca y capitalismo, uno se sorprende. Pero no es el caso y apreciarlo de esa manera sería demasiado reduccionista.
Renato Moicano no es un peleador promedio. No solo es muy inteligente y elocuente, sino que conjuga una serie de características que lo vuelven una rara avis. Moicano es un peleador exitoso, pero además es activista. Y no solo es activista, sino que tiene las ideas correctas. Y no solo tiene las ideas correctas, sino que las transmite con elocuencia y de forma chistosa. En concreto, no existe otro como él.
En un mundo atestado de atletas convertidos en pseudo activistas de izquierda, es alentador ver a un joven que, a partir de la experiencia, se expresa sin pudor a favor de la libertad y la moral, aún asumiendo el riesgo de que sus palabras le frustren su ascendente carrera. Moicano es uno de esos hombres que ayudará a ganar la pugna cultural en la que al liberalismo clásico y al conservadurismo no les va también.