La computadora de Hunter no era "desinformación rusa" y ahora es pieza clave en el juicio contra el hijo del presidente
Trump tenía la razón cuando antes de las elecciones del 2020 alertaba sobre los negocios de la familia Biden.
Cuando en el último debate presidencial del 2020 Donald Trump mencionó la información que se había obtenido de la computadora de Hunter Biden, el candidato demócrata Joe Biden tildó el asunto de desinformación rusa y de "montón de basura". Los demócratas y la Administración Biden durante años negaron que esa información fuera cierta. Esta semana, la computadora de Hunter fue presentada por la Fiscalía como una de las principales pruebas del juicio contra el hijo del presidente. Biden y los demócratas mintieron para ganar las elecciones.
Hace cuatro años la historia de la llamada "computadora del infierno" de Hunter Biden salió a la luz. El New York Post dio la exclusiva publicando decenas de correos, mensajes y fotos que dejaban en evidencia no solo las adicciones del hijo de Joe Biden, que para ese momento era el candidato demócrata, sino también un posible esquema gigante de tráfico de influencias que involucra a varios miembros de la familia Biden, incluyendo al presidente.
Hunter dejó olvidada la computadora en una tienda de reparaciones y, luego, parte de la información guardada en ella fue publicada por el Post. Los demócratas no solo insistieron en que era desinformación rusa, sino que además, según han probado investigaciones de los republicanos de la Cámara, la campaña de Biden jugó un papel decisivo en el documento publicado, unas semanas antes de las elecciones, por 51 exfuncionarios de inteligencia en el que afirmaban que la información de la computadora podría ser de origen ruso y tener el objetivo de influir en las elecciones.
En realidad quienes estaban influyendo en las elecciones eran los demócratas, suprimiendo y censurando la información de la computadora unas semanas antes de las votaciones. De acuerdo a una encuesta del Technometrica Institute of Policy and Politics de Nueva Jersey, 79% de los americanos cree que Trump hubiera ganado las elecciones si se hubiera conocido la verdad sobre la computadora de Hunter a tiempo. Y el 74% dijo que creía que el FBI mintió a los votantes cuando habló de desinformación recién salió la noticia de la computadora.
Esta semana vimos al Departamento de Justicia presentar como prueba clave en el caso contra Hunter la computadora que el presidente y los demócratas tildaron durante años de desinformación rusa. Erika Jensen, agente del FBI, testificó que la computadora sí pertenecía a Hunter y que no había ninguna prueba de que haya sido intervenida o manipulada de alguna forma.
La computadora es prueba clave en el juicio que se está llevando contra el hijo del presidente por presuntamente haber mentido para comprar un arma de fuego y haberla mantenido mientras estaba bajo el consumo de drogas. La Fiscalía ha presentado como prueba fotos y mensajes que se obtuvieron de la computadora en los que se ve a Hunter Biden consumiendo crack o afirmando que está buscando drogas.
La publicación del New York Post, basada en la información de la computadora, reveló hace cuatro años negocios de Hunter con socios en Ucrania y en China, que indican que el hijo del presidente habría estado recibiendo millonarias sumas de dinero a cambio de la influencia que tenía su padre, quien para el momento en el que se realizaron las negociaciones se desempeñaba como vicepresidente. Las investigaciones lideradas por diferentes Comités de la Cámara de Representantes apuntan a que Hunter y varios miembros de la familia habrían creado todo un esquema de tráfico de influencias.
Hace cuatro años el mainstream media se apresuró a mover activamente la carta de los 51 expertos que catalogaba la computadora como desinformación rusa, mientras ignoraban todas las fotos, mensajes y documentos publicados en primicia por el Post. Hoy parecen ignorar por completo el hecho de que el aparato ha sido presentado por el Departamento de Justicia como prueba contra el mismo Hunter, confirmando que Trump tenía toda la razón y que los demócratas mintieron.
Tal vez ahora, como en el 2020, no les conviene que esta historia salga a la luz.