El Gobierno español crea una crisis internacional con Argentina para proteger el caso de corrupción de la esposa de Pedro Sánchez
Los negocios oscuros con dinero público de Begoña Gómez salieron a la luz en la visita de Javier Milei a España. El Gobierno socialista lanza toda su artillería contra el presidente argentino.
El Gobierno español continúa con la puesta en escena iniciada el fin de semana tras la retirada sine die de la embajadora de España en Buenos Aires. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, convocó este lunes al embajador argentino en Madrid, Roberto S. Bosch, para exigirle disculpas públicas después de que el presidente argentino, Javier Milei, recordase los casos de corrupción en los que está inmersa la familia del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
El propio presidente del Gobierno español echó más leña al fuego en las últimas horas y acusó este lunes al presidente argentino Javier Milei de no estar "a la altura" de "los lazos de hermandad" hispano-argentinos.
De este modo, la Administración española insiste en ahondar en la búsqueda de una crisis diplomática con Argentina que arrancó hace semanas. Y lo hace con su habitual coreografía y puesta en escena; aferrándose al victimismo y aglutinando todos los poderes del Estado para atacar, en este caso, a un país hermano como es el caso de Argentina.
Los hechos son los siguientes: desde hace unas semanas, cuando Javier Milei anunció que visitaría España para participar como invitado en el encuentro Europa Viva 24, varios miembros del Ejecutivo español fueron sucediéndose a la hora de insultar al presidente argentino. El ministro de Transportes, Óscar Puente, habló de las "sustancias" que teóricamente consumiría Milei -insinuando que éste consume algún tipo de estupefaciente-; mientras que la ministra española de Ciencia, Diana Morant, calificó de "fascista" al presidente. Son tan sólo dos ejemplos del recibimiento del Gobierno español al Jefe del Estado argentino.
Después del calentamiento, llegó la visita de Javier Milei a España y su discurso en el encuentro conservador organizado en Madrid por el partido opositor VOX. Durante sus palabras, el presidente se refirió a Begoña Gómez como "corrupta". Lo cierto es que, aunque no identificó a Sánchez o a su esposa por su nombre, la alusión de Milei al periodo de reflexión que el presidente español se tomó hace semanas para decidir si dimitía -en otra clásica sobreactuación del presidente socialista- permitió identificar a su pareja, que se encuentra envuelta en un escándalo de corrupción por la presunta obtención de dinero público utilizando su estatus como esposa de Pedro Sánchez. Estas fueron las palabras de Milei:
Tras estas palabras, llegó la crisis. Un escándalo forzado y sobreactuado no sólo por el Gobierno socialista, sino también por sus terminales mediáticas e incluso por otros partidos del parlamento español, que hace años abandonaron su labor de oposición y fiscalización del Ejecutivo para pasar a convertirse en altavoces de sus soflamas. Tampoco el Partido Socialista dudó en utilizar a sus miembros en la Unión Europea para difundir su mensaje anti-Milei. No podemos pasar por alto que incluso el principal partido de la oposición, el Partido Popular, se ha sumado a esta caza de brujas que puede derivar en crisis diplomática.
Una vez más, surge el doble discurso. Por un lado señalan que la esposa de Pedro Sánchez no es un asunto de Estado y, por otro, intentan dar a Begoña Gómez un estatus de primera dama -que en España ni siquiera existe- tratando de crear una crisis internacional por el hecho de que un líder internacional haya sacado a la luz sus escándalos de presunta corrupción.
Por su parte, el Gobierno argentino estimó que es Pedro Sánchez y su Gobierno quien debía disculparse. Guillermo Francos, ministro argentino del Interior, fue tajante en este asunto en declaraciones al canal TN: