La política migratoria tumba el Gobierno de los Países Bajos
La coalición que gobernaba el país europeo se rompe por "diferencias insalvables" sobre la reagrupación familiar de los refugiados.
El Gobierno de los Países de los Países Bajos saltó por los aires tras el órdago que el primer ministro del país, Mark Rutte lanzó a sus compañeros de coalición sobre las políticas migratorias. El líder del partido liberal VDD propuso unos límites draconianos para la reagrupación familiar de refugiados de guerra, que fueron tajantemente rechazados por los progresistas V66 y, sobre todo, por Unión Cristiana, que lo consideró un ataque frontal a la familia. Rutte presentó su dimisión al rey y expresó dudas sobre si volverá a presentarse en las próximas elecciones, previstas para otoño.
"Tiempo para pensar con calma"
Los desacuerdos sobre cómo afrontar la llegada de refugiados eran una constante entre los cuatro partidos que formaban el Ejecutivo, y la última propuesta de Rutte dio el golpe de gracia a la coalición. El propio primer ministro saliente lo reconoció en la rueda de prensa en la que anunció el fin del Gobierno: "No es ningún secreto que los socios de la coalición tienen puntos de vista muy diferentes sobre la política migratoria. Y hoy, desgraciadamente, tenemos que llegar a la conclusión de que esas diferencias son insalvables. Por eso he presentado la dimisión de todo el gabinete al Rey".
Horas después de su dimisión, Rutte afirmó que tiene "la energía para continuar como líder del partido", aunque pidió "tiempo para pensar con calma si volverá a ser la cabeza de cartel de la formación liberal en las próximas elecciones, previstas inicialmente para el otoño, según el Consejo Electoral. Se trata de la tercera legislatura que Rutte se ve obligado a finalizar antes de tiempo. En esta ocasión, la coalición ha durado apenas algo más un año y medio (tomó posesión el 10 de enero de 2022).
Límites para la reagrupación familiar de los refugiados de guerra
La propuesta que hizo saltar por los aires el Ejecutivo fue la intención de los miembros del VDD de establecer una distinción entre refugiados personal y permanentemente amenazados (por motivos políticos, religiosos o de orientación sexual) y quienes se ven obligados a salir de su país por un conflicto armado "temporal", sobre los que anticipan que tratará de regresar a su tierra de origen cuando acabe la guerra en su país.
Precisamente son las condiciones que proponían Rutte y los suyos para este segundo grupo fueron el punto de no retorno para progresistas y democristianos. Quienes se encontraran en esta situación tendrían mayores dificultades para reagrupar a su familia porque la iniciativa contempla sólo 200 familiares directos reagrupados al mes y un periodo de espera de dos años antes de éstos puedan viajar a los Países Bajos.
Fuerte presión migratoria en los Países Bajos
A pesar de que las políticas de migración neerlandesas son de las más duras de la Unión Europea, las solicitudes de asilo para entrar en el país crecieron un 33% el año pasado, superando las 46.000. Las previsiones del Ejecutivo para este año es que podrían superar las 70.000, batiendo el récord absoluto nacional de 2015.