Occidente da la espalda a los cristianos perseguidos y abraza a los musulmanes radicales
Las autoridades occidentales parecen empeñadas en discriminar a los solicitantes de asilo cristianos, mientras acogen a los musulmanes.
Las autoridades occidentales parecen empeñadas en discriminar a los solicitantes de asilo cristianos, mientras acogen a los musulmanes.
Recientemente, Alemania –que ha acogido a millones de refugiados del mundo musulmán, entre ellos muchos, no verificados, de Afganistán– negó el refugio a un iraní converso al cristianismo identificado con las iniciales "H.H." y cuyo cuñado había sido encarcelado, torturado y asesinado tras convertirse en su Irán natal. Según un informe del 2 de agosto,
Al hablar del caso de H.H., una responsable jurídica de ADF International (Alliance Defending Freedom), Lidia Rieder, afirmó:
Alemania y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no son los únicos que niegan refugio o discriminan a cristianos perseguidos. A lo largo de los años, muchas otras entidades occidentales han tenido un comportamiento similar.
Durante la presidencia de Barack Obama, en el marco de la crisis de refugiados provocada por el auge del Estado Islámico (ISIS), la Casa Blanca y Departamento de Estado fueron acusados de todo tipo de medidas discriminatorias contra los cristianos; hasta el punto de que un tribunal federal de apelación presentó un demanda contra el Departamento de Seguridad Nacional a finales de 2016. En ella, el juez Daniel Manion expresó su "preocupación ante la aparente ausencia de cristianos entre los inmigrantes de ese país [Siria]":
Más desconcertante era esta otra discrepancia: aunque la Administración estadounidense había reconocido que el ISIS estaba cometiendo un genocidio contra los cristianos en Siria debido a la identidad religiosa de estos últimos, sólo acogió a quienes, por definición, no eran en modo alguno objetivo del ISIS: los musulmanes suníes, con los que el ISIS, una organización suní, se identifica y a los que no ataca. A pesar de que los suníes constituían aproximadamente el 75% de la población de Siria, y los cristianos el 10%, el 99% de los individuos a los que se trajo a Estados Unidos eran musulmanes suníes, y menos del 0,5% eran cristianos.
Como señaló CNS News en 2016: "La cifra récord de 499 refugiados sirios admitidos en EEUU en lo que va de mayo no incluye a ningún cristiano". En otras palabras, incluso si se partiera de la base de que debería haberse puesto a disposición de todos los sirios el estatus de refugiado, independientemente de su religión, entre los que consiguieron el reconocimiento durante el mandato de Obama debería haber habido veinte veces más cristianos y aproximadamente una cuarta parte menos de suníes.
En el Reino Unido se daba una situación prácticamente idéntica. En 2019, The Times afirmaba que el país no daba "refugio a los cristianos" y parecía "discriminar a favor de los musulmanes". Una vez más, las estadísticas confirman la acusación:
Lord David Alton de Liverpool, miembro vitalicio de la Cámara de los Lores, escribió a Sayid Yavid, el musulmán que entonces dirigía el Ministerio del Interior británico:
Al igual que en Estados Unidos, la discriminación llegó a ser tan flagrante que lord George Carey demandó al Ministerio del Interior por ser "institucionalmente parcial " contra los refugiados cristianos y, por tanto, cómplice de lo que denominó "la constante crucifixión de los cristianos de Oriente Medio".
La discriminación a la que se enfrentan las minorías cristianas perseguidas comienza mucho antes de que lleguen a las naciones occidentales. Como informó CBN News en 2019,
Según Timothy, un musulmán jordano converso al cristianismo, "los funcionarios de las Naciones Unidas [aparentemente, en Jordania], la mayoría de ellos, el 99%, son musulmanes, y los trataban como a enemigos".
Paul Diamond, abogado británico especializado en derechos humanos, abundó al respecto:
El mismo escarnio sufren a menudo los cristianos que llegan a Occidente. El Ministerio del Interior británico ofrece múltiples ejemplos. En uno de ellos, ridiculizó a una solicitante de asilo iraní en la propia carta de rechazo:
Más tarde, la mujer declaró que, cada vez que respondía, su entrevistador del Ministerio del Interior "se reía o tal vez se burlaba (...) Me preguntaba por qué Jesús no me ayudaba frente al régimen o las autoridades iraníes". "En mi país", añadió, "si alguien se convierte al cristianismo, el castigo es la muerte o la ejecución".
En otra carta de rechazo, a otro musulmán converso al cristianismo se le dijo que varios pasajes bíblicos eran "inconsistentes" con su afirmación de que se convirtió al cristianismo porque había descubierto que era se trataba de un credo "pacífico". En la misiva incluso se citaban pasajes bíblicos –del Éxodo, el Levítico, Mateo y el Apocalipsis– para argumentar que la Biblia es violenta, y se concluía:
El Ministerio del Interior británico no sólo denegó la entrada a tres líderes cristianos –arzobispos admirados por sus heroicos esfuerzos en la ayuda a los cristianos perseguidos en Siria e Irak, y que habían sido invitados a asistir a la consagración de la primera catedral siria del Reino Unido, acontecimiento al que asistió el entonces príncipe Carlos–, sino que se burló de ellos diciéndoles: "No hay sitio en la posada".
Incluso en el caso más reciente de H.H. –el iraní al que se le denegó el asilo en Alemania–, la ridiculez era evidente en la conclusión de las autoridades: debía estar mintiendo, razonaron, porque por lo visto ninguna persona en su sano juicio seguiría siendo cristiana o se convertiría tras ver asesinar a un pariente por converso.
Mientras que los pocos cristianos que solicitan asilo son sometidos a un gran escrutinio y se les ponen trabas, millones de solicitantes musulmanes son acogidos en Occidente sin ninguna dificultad, y la mayoría sin ser siquiera investigados (v. aquí y aquí).
La misma Alemania que denegó la entrada a H.H. y lo devolvió a Irán, a una posible tortura y muerte, en 2015 acogió más de un millón de inmigrantes musulmanes y, en 2021, después de la solicitud de H.H., a diez mil afganos no investigados –aunque Afganistán es posiblemente la nación más hostil a los cristianos.
De nuevo, se trata de personas que, por definición, no podrían haber sufrido persecución religiosa en su país, por ser musulmanas, por no mencionar que muchas de ellas comparten la inclinación de los talibanes por la violencia y el extremismo.
Bajo la Administración Biden –que además ha sido acusada de impedir deliberadamente que las minorías cristianas escapen de Afganistán–, en 2022 se ha concedido asilo en Estados Unidos a más de 74.000 afganos no investigados, y muchos de ellos parecen haber traído consigo actitudes de las que supuestamente huyen.
En el Reino Unido, a Ahmed Hasán se le concedió el asilo dos años antes de que perpetrara un ataque terrorista en una estación de tren de Londres (septiembre de 2017) en el que resultaron heridas 30 personas, a pesar de no tener papeles y de decirle al Ministerio del Interior que "había sido adiestrado como soldado del ISIS". El Ministerio del Interior británico también permitió a un clérigo musulmán extranjero ingresar al país y dar una conferencia en la capital, pese a que abogaba por decapitar, quemar y despeñar a los homosexuales. Según otro informe,
El caso de Asia Bibi –esposa y madre cristiana de cinco hijos que pasó una década en el corredor de la muerte en Pakistán por desafiar la autoridad de Mahoma– es quizá el que más luz arroja sobre la situación de la inmigración en el Reino Unido. Aunque finalmente fue absuelta en noviembre de 2018, cuando los paquistaníes residentes en Gran Bretaña se enteraron de que el Reino Unido iba a ofrecerle asilo, se amotinaron en masa.
Como consecuencia, la entonces primera ministra Theresa May bloqueó personalmente la solicitud de asilo de Bibi, "a pesar de que el Reino Unido acogió a secuestradores, extremistas y violadores [musulmanes] ", según se leyó en un titular de prensa. En otras palabras, el Reino Unido estaba permitiendo abiertamente que "la política de asilo fuera dictada por una turba paquistaní", informó The Guardian, "después de que se confirmara que se instó al Ministerio del Interior a no conceder a Asia Bibi asilo político".
Ahora bien, el Ministerio del Interior permitió que un clérigo paquistaní que celebró la matanza de un político por haber defendido a Bibi –un clérigo tan extremista que fue proscrito en su propio país– acudiera al Reino Unido y dictara conferencias en mezquitas.
Al hablar de cómo "se concedieron visados [por parte del Ministerio del Interior] en julio [de 2016] a dos líderes islámicos paquistaníes que han llamado el asesinato de los cristianos acusados de blasfemia", un activista de derechos humanos, el Dr. Martin Parsons, expresó su frustración:
En Occidente, a los cristianos perseguidos no se les permite solicitar asilo, mientras que los musulmanes extremistas son recibidos con los brazos abiertos.