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 EL TIEMPO QUE LLEVA KAMALA HARRIS SIN COMPARECER EN UNA CONFERENCIA DE PRENSA

Barack Obama cierra la segunda noche de la DNC atacando a Trump y apelando a la unidad

Michelle Obama, la esposa del expresidente, también enfocó su discurso hacia el candidato republicano, pero avivando las tensiones raciales.

El expresidente Obama sube al escenario de la DNC 2024Charly Triballeau / AFP

Barack Obama y su esposa, Michelle, subieron últimos al escenario para cerrar la segunda jornada de una Convención Nacional Demócrata llena de discursos contra el expresidente Donald Trump.

De hecho, el matrimonio Obama no se guardó nada y, además de respaldar a la vicepresidente Kamala Harris y apelar a la unidad nacional, también aprovecharon sus esperados minutos como oradores para atacar a Trump, quien está siendo el centro de atención de los demócratas durante el evento.

“Durante años, Donald Trump hizo todo lo que estuvo en su mano para intentar que la gente nos temiera. Verán, su visión limitada y estrecha del mundo le hizo sentirse amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, altamente educadas y exitosas que resultaron ser negras”, dijo Michelle Obama a la audiencia, antes de darle paso a su esposo.

“Quiero saber... ¿quién va a decirle que el trabajo que está buscando actualmente podría ser uno de esos trabajos de negros?”, afirmó mientras el público estalló en aplausos. Con su frase, Michelle Obama hizo referencia al debate de junio de Trump contra el presidente Joe Biden, donde el expresidente republicano afirmó que los inmigrantes están “quitando empleos a los negros”.

Luego, Michelle cedió el escenario a su esposo, que, aunque no dejó los ataques de lado, apeló a un discurso mucho más unificador.

“Es más fácil jugar con los miedos y el cinismo de la gente”, dijo Obama, haciendo referencia a los republicanos que critican al Gobierno y los políticos de Washington DC. “Ese es el camino fácil. Nosotros tenemos una tarea diferente. Nuestro trabajo es convencer a la gente de que la democracia realmente puede cumplir”.

Durante gran parte de su alocución, Obama quiso desmarcarse de la retórica racial de los demócratas, incluyendo la de su esposa, que intentó avivar las tensiones entre las razas. El expresidente, de hecho, dijo que los demócratas deben seguir "un nuevo camino hacia adelante" para lograr alcanzar una sociedad moderna, en contraste con la estrategia “divisiva” que supuestamente ofrece Trump.

En esa senda, Obama advirtió sobre los peligros de la polarización política, recordando que el país está profundamente dividido y que hace falta escuchar al ciudadano que piensa distinto.

"Buscamos la aprobación de extraños en nuestros teléfonos; construimos todo tipo de muros y cercas a nuestro alrededor y luego nos preguntamos por qué nos sentimos tan solos", dijo Obama. “No confiamos tanto en los demás porque no nos tomamos el tiempo para conocernos, y en ese espacio entre nosotros, los políticos y los algoritmos nos enseñan a caricaturizarnos, trolearnos y temernos unos a otros”.

De hecho, a diferencia de otros oradores, los ataque de Obama contra Trump fueron mucho más implícitos, cuestionando su “culto a la personalidad” mientras elogiaba a Biden o su "obsesión con el tamaño de las multitudes".

“En un momento en que millones de nuestros conciudadanos estaban enfermos y moribundos, necesitábamos un líder con el carácter necesario para dejar a un lado la política y hacer lo correcto”, dijo Obama. “En un momento en que nuestra economía se tambaleaba, necesitábamos un líder con la determinación de impulsar lo que se convirtió en la recuperación más sólida del mundo: 15 millones de empleos, salarios más altos y menores costes sanitarios”.

Posteriormente, cargó contra Trump:

“En un momento en que el otro partido se había convertido en un culto a la personalidad, necesitábamos un líder que fuera firme, y uniera a la gente, y fuera lo suficientemente desinteresado como para hacer lo más raro que hay en política: dejar de lado su propia ambición por el bien del país”.

Finalmente, Obama pidió a los presentes que se pusieran manos a la obra para ganar en noviembre.

“De eso se trata esta elección (…) Y creo que, por eso, si cada uno de nosotros hace su parte en los próximos 77 días —si tocamos puertas, hacemos llamadas telefónicas, hablamos con nuestros amigos y escuchamos a nuestros vecinos—, si trabajamos como nunca antes, elegiremos a Kamala Harris como la próxima presidenta de los Estados Unidos y a Tim Walz como el próximo vicepresidente de los Estados Unidos”.

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