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El costo de ignorar al sector ganadero: el precio de la carne en EEUU alcanza niveles históricos

Décadas de malas políticas en el sector primario y una creciente dependencia de productos importados pone patas arriba el mercado vacuno. Ahora, la Administración Trump afirma querer blindar la soberanía alimentaria para ayudar a agricultores y ganaderos. 

Carne de vacuno

Carne de vacunoJIM WATSON / AFP

Verónica Silveri Pazos

La libra de carne molida alcanzó un promedio de $6,12 en junio, marcando un aumento interanual de casi el 12%, según el índice del Departamento de Agricultura. Asimismo, los cortes para grill como el ribeye o el sirloin subieron más del 8 %, superando los $11,49 por libra.

Esta subida no es algo que sucedió de la noche a la mañana. Desde hace más de dos décadas, el precio de la carne experimenta un constante ascenso. Pero el problema de fondo es aún más preocupante: el país está perdiendo su capacidad de producir carne a gran escala.

La caída en la producción de la carne

A inicios de 2025, EEUU contaba con 86,7 millones de cabezas de ganado, la cifra más baja desde 1951, según el último informe del USDA. La caída se explica en parte por la sequía prolongada en el Oeste, que redujo los pastos disponibles y encareció los insumos. Pero también hay que reparar en las políticas que se implementaron en los últimos decenios:

- Sequía y gestión del agua: entre las principales razones del aumento están las grandes sequías. Debido a esta condición climatológica, entre 2021 y 2024 se redujeron las tierras aptas para esta labor y se elevaron los costos del alimento para ganado. Esta situación llevó a muchos productores a reducir sus rebaños.

Asimismo, las políticas federales sobre manejo del agua -como las restricciones al riego en zonas afectadas por sequías- agravaron la situación. En octubre de 2024, el 62% del ganado vacuno se encontraba en regiones afectadas por sequía (esto fue lo que llevo a la cifra a 86,7 millones de cabezas de ganado en 2025).

- Mandatos sobre el etanol: la implementación del Estándar de Combustibles Renovables (iniciado en 2005 y ampliado en 2007) incentivó el uso de maíz para producir etanol, reduciendo la cantidad de maiz disponible para alimentar al ganado. Esto elevó los costos del alimento para el ganado (presionando los márgenes de ganancia y provocando reducciones en los rebaños).

- Respuesta al covid-19 (2020): durante la pandemia, las regulaciones de seguridad laboral obligaron al cierre temporal de plantas procesadoras de carne, lo que redujo la capacidad de procesamiento. Esto generó un cuello de botella en la oferta y provocó un aumento de los precios minoristas: la carne en general subió un 6,9% en 2020, y la carne de res, un 8,9%. 

- Altas tasas de interés: El alza de las tasas de interés desde 2022 ha dificultado el financiamiento para expandir el hato ganadero. 

A esto se sumó otra nueva amenaza: la reaparición del gusano barrenador (New World screwworm) en México, un parásito que devora tejido vivo y que ya causó la suspensión de importaciones de ganado desde el país vecino.

Trump apuesta por el producto nacional

La Casa Blanca de Donald Trump parece decidida a impulsar medidas para blindar la soberanía alimentaria. Entre ellas se cuentan los aranceles de hasta el 50% a la carne brasileña, que representa una parte clave de las importaciones magras que se usan para mezclar con la carne local.

Gran parte de las empresas dependen de los cortes magros del extranjero para producir hamburguesas y carne molida adaptadas al gusto del consumidor nacional. En ese punto, Trump se ha mostrado tajante: "Primero el productor estadounidense", incluso si eso significa que el precio suba a corto plazo. "No se trata de [tener] carne barata hoy. Se trata de tener carne propia mañana", dijo recientemente en un mitin en Kansas.

Posibles demandas del sector

Se sabe que las condiciones climáticas mejoraron y los precios del maíz bajaron (lo que podría abaratar la alimentación del ganado). Sin embargo, la recuperación del sector ganadero sigue siendo lenta. Criar una vaca lleva varios años, y reponer un rebaño requiere una inversión significativa que muchos jóvenes ganaderos no pueden afrontar. Según estimaciones de la American Farm Bureau, formar un rebaño mínimo cuesta más de $100.000, sin contar tierra ni infraestructura (AP News).

A pesar de este escenario, -y aunque los ganaderos no han presentado solicitudes formales de asistencia- algunas voces dentro del sector piden medidas que faciliten la expansión de la industria, como un mayor acceso a alimento asequible y estímulos financieros para conservar a las terneras como futuras reproductoras en lugar de enviarlas al matadero. Sin embargo, los elevados costos de producción, el aumento del precio del crédito y las condiciones climáticas aún inestables siguen obstaculizando estos esfuerzos.

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