El Vaticano acelera los preparativos en la Capilla Sixtina para el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco

El Vaticano intensifica las obras de preparación en la Capilla Sixtina para el cónclave que comenzará el próximo miércoles y definirá al sucesor del papa Francisco, fallecido el 21 de abril. 

Según informó la Santa Sede este sábado, los trabajos incluyen la instalación de un suelo elevado, una estufa para quemar los votos secretos y la emblemática chimenea que anunciará con humo blanco la elección del nuevo pontífice.

Un video de casi cinco minutos difundido por el Vaticano muestra a los técnicos trabajando bajo los icónicos frescos de Miguel Ángel. Los preparativos incluyen la colocación de andamios y un falso piso de madera que permitirá instalar grandes mesas para los 133 cardenales electores que participarán en la votación. Dos cardenales, de un total de 135 elegibles, han renunciado por motivos de salud.

La estufa, clave en el ritual del cónclave, ha sido sometida a pruebas discretas. Por primera vez, podrá ser activada electrónicamente, y un técnico permanecerá en una sala cercana con un mando a distancia durante las votaciones, listo para intervenir si es necesario.

En total, cinco electricistas, cinco técnicos y dos floristas trabajarán en el lugar durante el cónclave. Tras prestar juramento, permanecerán en el Vaticano sin contacto con sus familias. Algunos de ellos, veteranos de cónclaves anteriores, están guiando a los más jóvenes para transmitirles la experiencia.

El Vaticano también está acondicionando dos edificios para alojar a los cardenales: la Casa Santa Marta y el Colegio Etíope. Se han preparado unas 200 habitaciones con equipamiento básico, que incluye una cama, una mesita de noche y un armario. Para garantizar la privacidad, se han instalado tabiques, puertas provisionales y se han cerrado temporalmente algunas ventanas.

Además, los técnicos están oscureciendo todas las ventanas del Palacio Vaticano en las áreas destinadas al cónclave y desactivando dispositivos tecnológicos y sensores instalados en la Capilla Sixtina en los últimos años, asegurando que nada interfiera con el secretismo del proceso.

El cónclave, que comenzará el miércoles por la tarde con el encierro de los cardenales en la Capilla Sixtina, se llevará a cabo bajo la solemne mirada del Juicio Final de Miguel Ángel. La estricta confidencialidad es un pilar del proceso, y nada de lo que ocurra en el interior debe trascender. Los 133 cardenales, provenientes de todo el mundo, tendrán la tarea de elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica en un momento de gran expectativa global.

Con estos preparativos, el Vaticano se asegura de que cada detalle esté listo para un cónclave que, como marca la tradición, combinará solemnidad, historia y absoluta discreción.