El 7 de mayo iniciará el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco
La fecha fue determinada luego de una quinta congregación de cardenales en la que participaron más de 180 purpurados.

El portavoz de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni
Los cardenales de la Iglesia Católica comenzarán el cónclave para elegir a un nuevo papa el próximo 7 de mayo, informó este lunes el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. La decisión se da tras el funeral de Francisco, quien falleció hace una semana, el lunes de Pascua, a los 88 años, después de una prolongada enfermedad.
Definido tras una serie de reuniones
La fecha fue determinada luego de una quinta congregación de cardenales celebrada la mañana de este lunes, en la que participaron más de 180 purpurados. De ellos, poco más de 100 tienen derecho a voto, ya que el reglamento impide votar a quienes superan los 80 años.
Durante las sesiones previas, varios cardenales abordaron los principales retos que enfrenta la Iglesia en la actualidad y el perfil que debería tener el próximo pontífice. Bruni indicó que se espera una misa especial el mismo 7 de mayo, seguida de la primera votación por la tarde, hora local. También advirtió que algunos cardenales podrían incorporarse con retraso debido a problemas de salud.

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Un proceso con siglos de historia
Aunque la tradición establece que el cónclave se celebre entre 15 y 20 días después del fallecimiento del papa, el Vaticano no había precisado hasta ahora los detalles. Bruni explicó que se optó por no anticipar la reunión para garantizar el tiempo necesario de preparación.
El término “cónclave”, que significa “bajo llave” en latín, nació en 1268 durante una elección papal particularmente prolongada en Viterbo, Italia. Desde entonces, el procedimiento ha evolucionado y se ha hecho más ágil: tanto Francisco como su predecesor, Benedicto XVI, fueron elegidos en apenas dos días.
¿Cómo funciona el cónclave?
El cónclave se lleva a cabo en la Capilla Sixtina. Los cardenales ingresan solemnemente, prestan juramento de secreto absoluto y quedan completamente incomunicados, sin acceso a teléfonos, medios de comunicación ni contacto exterior.
Cada cardenal escribe en una papeleta el nombre de su candidato, realiza un juramento y deposita su voto en una urna. Tras el recuento, los votos son quemados: el humo negro indica que aún no hay decisión; el humo blanco, que un nuevo papa ha sido elegido. Para ser proclamado, un candidato debe alcanzar una mayoría de dos tercios.
El cardenal camarlengo supervisa el cumplimiento de las normas y resguarda la confidencialidad del proceso. Aunque lo habitual es que el Papa sea elegido entre los cardenales presentes, las normas permiten en teoría elegir a cualquier varón bautizado, que sería ordenado obispo inmediatamente si no lo fuera ya.
Con el paso de los siglos, se han introducido medidas adicionales para garantizar la claridad en los resultados, como el uso de humo coloreado y el repique de campanas al anunciar la elección.