Acusan a dos hombres, entre ellos un ciudadano estadounidense, por un ataque que mató a tres soldados de EEUU en Jordania

Dos hombres, entre ellos un ciudadano estadounidense-iraní, fueron acusados de conspirar para exportar tecnología a Irán que fue utilizada para perpetrar un ataque con un dron en un destacamento de las fuerzas de Estados Unidos en Jordania que mató a tres soldados en enero de 2024, señaló este lunes el Departamento de Justicia del país norteamericano. 

Washington ha responsabilizado por el ataque a la Resistencia Islámica en Irak, un grupo paraguas de milicias terroristas respaldadas por Irán.

Los acusados son Mahdi Mohammad Sadeghi, un empleado estadounidense-iraní de una empresa de semiconductores con sede en Massachusetts, y Mohammad Abedininajafabadi, quien tiene una fábrica de sistemas de navegación en Irán y según los fiscales mantiene profundas relaciones con el Gobierno de la República Islámica.

Abedininajafabadi fue arrestado en Italia y se estima que será extraditado pronto a Massachusetts.

El complejo entramado de los acusados para hacer llegar la tecnología a los terroristas

Los fiscales del caso afirmaron que ambos fueron arrestados después de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) analizaran el dron usado en el ataque y descubrieran que su sistema de navegación había sido fabricado por la compañía de Abedininajafabadi, que dependía de piezas y tecnología enviadas a Irán por Sadeghi.

Además, los fiscales señalaron que la compañía de Abedininajafabadi fabrica sistemas de navegación para el programa de drones militares de la Guardia Revolucionaria iraní y que conspiró con Sadeghi para eludir las leyes de control de exportaciones estadounidenses. Para ello, entre otras cosas, crearon una empresa fantasma en Suiza.

Ambos enfrentan cargos de violaciones al control de exportaciones. No obstante, Abedininajafabadi también está acusado de conspiración para proporcionar apoyo material a Irán.

Los soldados estadounidenses que perdieron la vida en el ataque

Los soldados que murieron en el ataque fueron el sargento William Jerome Rivers, la sargento Breonna Moffett y el sargento Kennedy Sanders.

Después del ataque, Estados Unidos lanzó una contraofensiva en Irak y Siria contra más de 80 puestos usados por la Guardia Revolucionaria iraní y el grupo terrorista respaldado por Teherán.