La tasa de homicidios en la población negra supera los niveles de los años 90
El 85,8% de los muertos por arma de fuego desde 1990 son hombres. La población blanca es la que más incidencia tiene de suicidios.
La Asociación Médica Americana ha publicado un informe sobre la evolución de las muertes causadas con armas de fuego desde el año 1990, y los resultados son preocupantes. En este período de 32 años, que va de 1990 a 2021 ambos incluidos, se han utilizado las armas de fuego en más de 1,1 millones de muertes en los Estados Unidos. Según el estudio, la incidencia de las muertes con armas de fuego fue decreciendo de forma paulatina hasta alcanzar un mínimo en 2004, y desde entonces ha aumentado un 45,5%.
Este aumento de las muertes con arma de fuego corre parejo al aumento de la criminalidad en el país. Y lleva a que el número de muertes causadas con este tipo de armas alcance un máximo en 28 años. El estudio no se basa en una muestra, sino en el recuento de todas las muertes producidas en este tiempo.
El 86% de las muertes son hombres
Una de las conclusiones del estudio es que el 85,8% de los 1.110.421 muertos en este tiempo con armas de fuego son hombres. En concreto, son 952.984. El 14,2% restante, 157.165, son mujeres. Por otro lado:
Este resumen de las conclusiones indica ya cuáles son algunos de los problemas de violencia con armas de fuego que se viven en el país. Para permitir una mejor comprensión intuitiva de los datos, los redactores del informe han creado una escala de colores, de más fríos a más cálidos, con el azul indicando una tasa cero y el rojo más intenso el máximo. De ese modo, los gráficos muestran un mapa de calor en el que de un vistazo se puede apreciar la incidencia por edades de los homicidios o de los suicidios, y su evolución en el tiempo.
Homicidios: Vuelta a los 90
Por lo que se refiere a los homicidios, la tasa máxima es de 21 muertes por cada 100.000 habitantes. El primer gráfico muestra la incidencia del homicidio en el total de la población, y luego las de la población de hombres, y la de mujeres. En la población total se aprecia cómo la incidencia de los homicidios es mayor en los años 90, especialmente en la primera mitad, y cómo va disminuyendo hasta los últimos años, en que vuelve a aumentar. También se aprecia que la incidencia es mayor entre los jóvenes.
Por último, hay una gran diferencia ente los hombres y las mujeres como víctimas de homicidios. En el gráfico de los hombres hay una gran mancha roja en la franja de edad entre los 18 y los 38 años, y en el caso de las mujeres sólo se alcanza un tenue amarillo azulado al comienzo y al final de la serie.
Más homicidios a los negros que en los 90
El estudio también segrega los datos en función de la raza o, en el caso de los hispanos, de la etnia. Lo primero que se aprecia es que la incidencia de los homicidios es baja en la población blanca, pero alta entre los hispanos y los negros. El caso de los hispanos es interesante: en los años 90 eran víctima de una oleada de homicidios, pero ha ido descendiendo con el tiempo. Y, aunque ha aumentado en los últimos años y especialmente en 2021, queda muy lejos que la incidencia de los años 90.
Esto no ocurre con la población negra. Una de las principales conclusiones del estudio es que la incidencia de los homicidios entre la población negra es hoy mayor que en los años 90.
Suicidios
Por lo que se refiere a los suicidios, hay un patrón que cambia y otro que no. El que no cambia es que los hombres son más víctimas que las mujeres. En las muertes por suicidio, se observa que el gráfico de las mujeres es todo azul, con algunos recuadros de edad y año en amarillo azulado. Mientras que en el caso de los hombres, para la población por encima de los 19 años, ya hay recuadros en rojo. Otra cuestión que no cambia es que en los años del cambio de siglo, la incidencia de la violencia, también contra uno mismo, se redujo.
Lo que sí cambia es el patrón de edad. Las víctimas ya no están sobre todo entre los 18 y 38 años, sino a partir de los 60, en el caso de los hombres, y en la mediana edad en el caso de las mujeres.
El gráfico que distingue a las víctimas de suicidio por raza o etnia también muestra un patrón distinto al de los homicidios. Proporcionalmente, los blancos son mucho más proclives a terminar con su vida que la población negra o hispana.
Análisis geográfico
Un resultado interesante del informe es que ha habido un fuerte incremento del número de homicidios en las áreas metropolitanas en las edades más jóvenes, y la incidencia es mayor que nunca en estos 32 años.
Si nos fijamos en la incidencia por condados, el área en que se concentran los de color rojo es sobre todo donde está la población negra. Más allá de ello, también hay condados en rojo en Alaska, entre otras áreas.
Y por lo que se refiere a los suicidios, hay más casos en las áreas no metropolitanas.
Y en el mapa de condados, la distribución es más homogénea, aunque alta en estados como Alaska o Nevada.