La elección entre Trump y Harris hace que los grandes inversionistas de Silicon Valley se fracturen

Las próximas elecciones presidenciales están generando una profunda división en Silicon Valley, donde algunos líderes tecnológicos e inversionistas, que históricamente han apoyado a candidatos demócratas, ahora se están inclinando por el candidato republicano: el expresidente Donald Trump.

Solamente hay que mirar hacia Tesla o SpaceX, con el hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien no solo anunció que respaldará a Trump, sino que está haciendo campaña activa en X (antes Twitter) mientras cuestiona las políticas de la Administración Biden-Harris.

En reiteradas ocasiones, Musk explicó que respaldará en estas elecciones el expresidente republicano a pesar de considerarse un “liberal” clásico y votar por candidatos demócratas en el pasado. En particular, el magnate cuestionó al “virus de la mente woke”, las políticas fronterizas de Biden, los problemas de inflación y también a los medios de comunicación con tendencia hacia la izquierda y los demócratas.

El respaldo de Musk, sin dudas, es un acontecimiento histórico, especialmente considerando que los grandes multimillonarios estadounidenses, como Jeff Bezos, Michael Bloomberg o Reid Hoffman normalmente han respaldado públicamente a candidatos demócratas. Pero en esta ocasión, Trump rompió levemente con esta tendencia histórica.

Por ejemplo, David Sacks, exdirector de inversiones de PayPal y socio general de Craft Ventures, es uno de los grandes simpatizantes de Trump en el mundo tecnológico. En junio pasado explicó por qué respaldo al expresidente, citando la economía, la guerra jurídica, la guerra en Ucrania y la frontera como los temas principales que lo llevaron a respaldar al expresidente.

Pero Sacks y Musk, quizás los dos simpatizantes de Trump más conocidos, no son los únicos.

Peter Thiel, inversionista y cofundador de PayPal; Ben Horowitz, cofundador de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz; Shaun Maguire, socio de Sequoia Capital; Joe Lonsdale, cofundador de Palantir; Doug Leone, multimillonario capitalista de riesgo; John Hering, cofundador Lookout y los gemelos Winklevoss son algunos de los grandes inversionistas del mundo tecnológico que están respaldando al expresidente Trump.

Otro multimillonario que anunció su respaldo a Trump es el multimillonario y ejecutivo de fondos de cobertura Bill Ackman, quien según Forbes cuenta con un patrimonio neto de poco más de $4.000 millones y ha sido muy crítico con la Administración Biden-Harris públicamente.

Sin embargo, aunque varias figuras prominentes de Silicon Valley y del mundo tecnológico han respaldado a Trump, la realidad es que, tras la renuncia de Biden y el ascenso de Kamala Harris como candidata oficial, los demócratas han recuperado terreno significativo en este sector.

De acuerdo con un extenso reporte de Politico, desde que Harris reemplazó a Biden la duda entre los gigantes tecnológicos del sector sobre su candidato presidencial se “desvaneció”.

“Como candidata demócrata, el mundo tecnológico de California está volviendo al lado de Kamala Harris, si puede formar una plataforma lo suficientemente fuerte que hable de sus principales preocupaciones”, se lee en el medio. “La campaña presidencial de Kamala Harris se nutre de una reserva de sus antiguos donantes de grandes cantidades de dinero que no habían donado cuando el presidente Joe Biden encabezaba la lista. Y representan a los principales actores de una industria local clave para la nativa de California: la tecnología”.

De acuerdo con un análisis de Politico, desde que Biden se retiró el 21 de julio, Harris recaudó más de $59 millones de personas a nivel nacional durante el resto de julio. De ese número total, un 20% de las donaciones, es decir $12,5 millones, provinieron de California, estado natal de Harris.

En particular, la industria tecnológica desempeñó un papel importante en el apoyo a Harris desde California.

Por ejemplo, los empleados de Google y su empresa matriz, Alphabet, donaron $262.000; los empleados de Apple dieron $170.000 y los trabajadores de Meta pusieron $81.000 a la causa de la candidata demócrata.

Pero los empleados de las grandes empresas tecnológicas no son los únicos que están poniendo dinero a la caja chica de Harris.

Aaron Levie, director ejecutivo de Box; y Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn; son dos de los nombres importantes que respaldan a Harris, quien ya ha recibido elogios de grandes magnates como Bill Gates.

Josh Felser, inversionista en tecnología climática; Waseem Daher, fundador de un startup con sede en San Francisco y Garry Tan, jefe de la aceleradora de startups Y Combinator; son otros nombres que han respaldado a la candidata demócrata.

Sin embargo, a pesar de que ir recabando apoyos importantes, varias trabajadoras de tecnología han comenzado grupos como Tech4Kamala, VCs for Kamala y Founders for Kamala para movilizar apoyo para Harris, según reportó el Wall Street Journal.

Una de esas personas que inició con las gestiones para buscar apoyo a Harris admitió que hay mucha polarización en el sector.

“Estamos presenciando una polarización sin precedentes”, dijo Edda Collins Coleman, cofundadora de Tech4Kamala.

Esta situación ha provocado insultos e, incluso, problemas en las relaciones comerciales de inversores y líderes tecnológicos que apoyan a Harris y Trump respectivamente.

Por ejemplo, Aaron Levie, de Box, sugirió que el inversionista David Sacks estaba bajo los efectos de un jarabe para la tos por apoyar a Trump.

En esa ocasión, Sacks una vez publicó en X una foto de Robert F. Kennedy Jr. y Trump dándose la mano y escribió: “Equipo de ensueño”.

“Uno de esos sueños fue cuando tomaste NyQuil”, respondió Levie.

“Te desmayaste porque un nominado que nunca obtuvo un solo voto y no hará una entrevista leyó la palabra ‘fundador’ de un teleprompter. Siéntate”, atizó Sacks.

Asimismo, según el WSJ, diversos inversionistas en tecnología verde que admiraban a Musk “lo están llamando traidor a la causa por ponerse del lado de Trump”.

Esta polarización en Silicon Valley podría profundizarse aún más a medida que se acercan las elecciones presidenciales, el próximo 5 de noviembre.