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La turbulenta relación entre Donald Trump y Mike Pence

El exvicepresidente registró su campaña ante la Comisión Federal de Elecciones y está listo para unirse al abanico de candidatos republicanos, entre los que destaca su exjefe.

Trump-Pence/Wikimedia Commons

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Cuando Ted Cruz y John Kasich abandonaron las primarias republicanas el 16 de mayo del 2016, el camino de Donald Trump hacia la nominación quedó formalmente despejado, aunque ahora tenía una difícil elección que tomar, su compañero de fórmula. El magnate tenía un poco menos de dos meses para elegir a esa persona y rápidamente empezó el revoleo de nombres dentro de la campaña.

Para mediados de ese mismo mes, Jeff Sessions, Bob Corker, John Kasich, Mary Fallin, Richard Burr, Tom Cotton, Chris Christie, Joni Ernst, Mike Pence y Newt Gingrich habían comenzado a ser examinados por la campaña de Trump, proceso que estuvo dirigido por Arthur B. Culvahouse, Jr.

A comienzos de julio, ya con el reloj corriendo, la terna final estaba integrada por Christie, Pence y Gingrich. El primero comenzó como el favorito del candidato, el segundo era el predilecto de la campaña y el tercero la opción ideal para la familia Trump.

La decisión debía tomarse más pronto que tarde, puesto que Pence debía presentar los papeles para volver a postularse a la gobernación de Indiana el 15 de julio, caso contrario se quedaría sin trabajo si finalmente no era el elegido.

“La noche en que un neumático pinchado cambió el curso de la historia de EE.UU.”

El libro Piety & Power: Mike Pence and the Taking of the White House de Tom LoBianco relata la interesante y accidentada historia de cómo se alinearon los planetas para que la fórmula republicana del 2016 terminase siendo Trump-Pence.

Mike Pence

Trump realizó un acto de campaña en Indianápolis el día 12 de julio para 25 donantes importantes, lo que incluía una posterior reunión con Pence, todavía gobernador de Indiana en funciones. Cuando los asistentes estaban tomándose fotos con el candidato, llegó el turno de Jeff Carwell, asesor y amigo de potencial compañero de fórmula. “Ustedes dos serían la mejor asociación público-privada de la historia”, le dijo Cardwell, lo que provocó una sonrisa de parte Trump, quien le confesó que su elección final pasaría por Gingrich y el local.

El avión del magnate tuvo un pequeño accidente al aterrizar en la ciudad, provocando que un neumático se pinchara. Esta situación fortuita hizo que Trump tenga que quedarse una noche más en Indiana. Sin embargo, algunos alegan que nunca existió tal pinchazo y que se trató de una jugada de Paul Mananfort, jefe de campaña, para que el candidato pudiera charlar más con Pence y así torcer la balanza a su favor.

Esa noche, Trump cenó con Pence, con su esposa Karen y con su hijo Eric en Capital Grille, un asador elegante en el hotel The Conrad. Según Marty Obst, ayudante del entonces gobernador, esa noche le dio la “ventaja de la cancha local”. La comida salió tan bien que se decidió que Ivanka y Jared Kushner, quienes debían entrevistar a Pence en la Torre Trump de Nueva York al día siguiente, viajen a Indianápolis para desayunar con él.

Según el libro, los Pence pasaron la noche recogiendo flores del jardín a luz de linternas para poner de centro de mesa. Se levantaron muy temprano y fueron a buscar el desayuno a una pastelería local. Para agregarle un toque mágico a la historia, todo se desarrolló en el barrio Broad Ripple, el mismo vecindario donde ella y Pence se conocieron por primera vez en la iglesia Santo Thomas Aquino y donde vivieron tras contraer matrimonio.

Tras el desayuno llegó lo interesante. Trump separó a Pence y se reunieron en el sótano amueblado de la mansión del gobernador. El magnate tenía varias llamadas perdidas de Christie. “Me llama sin parar por este trabajo. Me llama cada 10 segundos; haría cualquier cosa por su trabajo. Se muere por ser vicepresidente. Y a ti, es como si no te importara". Reiteró: "¡Necesito asesinos! ¿Quieres esto o no?".

Pence descartó ser este tipo de hombre, pero le dejó en claro que sería capaz de ayudarlo a pasar leyes en el Congreso, administrar la Casa Blanca y a construir relaciones con donantes tradicionales del GOP. "Así que, si quieres que lo haga, voy a decir: 'Sí'. Si no quieres que lo haga, voy a trabajar muy duro para ti y para el otro tipo. Da igual. Realmente no importa", agregó según Obst.

"Bueno, ¿entonces por qué estás pasando por este proceso?", retrucó Trump, sorprendido por la actitud desganada de Pence. "Bueno, estás en mi casa, dímelo tú. Toda tu familia ha venido a verme. Obviamente, el sentimiento es mutuo, ¿no?", remató el gobernador de Indiana.

Trump partió para ver a Gingrich, mientras Eric Trump habló por teléfono con Christie y calmar su ansiedad. Tarde en la noche, Nick Ayers, otro ayudante de Pence, recibió una llamada del entorno de Trump diciéndole que esperen un llamado dentro de 30 minutos. La comunicación se materializó minutos después y el magnate les confirmó que era el elegido.

Sin embargo, Trump todavía no perdía la fe en Christie, con quien se comunicó en la mañana siguiente para tantearlo. Con el reloj corriendo hacia la fecha límite para que Pence debiera declinar o no su candidatura a gobernador, Ayers y Obst decidieron hacerse cargo del asunto.

Trump Pence

Tras una conversación subida de tono con Mananfort, Trump los llamó de madrugada e intentó calmarlos. “Chicos, ¿qué necesitan que haga?”, les dijo. El reclamo era claro, debían anunciar a Pence lo antes o posible o ellos rechazarían la oferta.

Cuando faltaba una hora para llegar a la fecha límite, Trump tomó su teléfono y escribió esto en Twitter: “Me complace anunciar que he elegido al gobernador Mike Pence como mi compañero de fórmula para la vicepresidencia. Conferencia de prensa mañana a las 11 am”.

¿Por qué Trump eligió a Pence?

Según los analistas políticos de la época, el gobernador de Indiana aportaba todo lo que Trump no tenía en ese momento: experiencia ejecutiva, experiencia en el Congreso, donde había integrado el Comité de Relaciones Exteriores, además de un atractivo electoral puertas adentro.

Además, era una garantía para todos aquellos republicanos que no veían en Trump un conservador en quien pudieran confiar. “Sus credenciales a los ojos de los conservadores y evangélicos de base se acercan a lo intachable, mientras que los partidarios del té y la derecha religiosa siguen viendo a Trump con considerable recelo. Su mantra en el Capitolio era que era "cristiano, conservador y republicano, en ese orden", escribió el analista David Hawkins en ese entonces.

Cuando Pence casi reemplaza a Trump en la fórmula

El 7 de octubre de 2016, menos de un mes antes de la elección, se conoció una cinta de Access Hollywood en la que Trump alegaba que las mujeres le dejaban hacer cualquier cosa porque era famosa.

Según el libro de Bob Woordward, Fear: Trump in the White House, Reince Priebus le dijo a Trump que debía abandonar la campaña, cediendo su lugar a Pence, quien tendría como compañera de fórmula a Condoleezza Rice, exsecretaria de Estado.

A pesar del escándalo generado por la “sorpresa de octubre”, el dúo se las arregló para ganar las elecciones presidenciales, derrotando a Hillary Clinton y a Tim Kaine en el proceso.

Mike Pence

Vicepresidencia

Pence fue un aliado de Trump en el Congreso, generalmente manteniendo reuniones con congresistas y senadores para asegurar los votos necesarios para aprobar leyes, jueces e incluso miembros del gabinete.

De hecho, fue el vicepresidente que más desempates tuvo que realizar en los últimos años. Debió presentarse a votar en 13 oportunidades, más que sus cuatro predecesores anteriores, Joe Biden, Dick Cheney, Al Gore y Dan Quayle.

Pence viajó por todo el mundo, fortaleciendo las relaciones bilaterales y acompañando la agenda del presidente Trump, quien valoraba su opinión a la hora de tomar decisiones.

6 de enero

La relación entre ambos llegaría a un punto de inflexión el 6 de enero del 2021, cuando Pence debía validar los resultados de las elecciones presidenciales del 2020, en las que tanto él como Trump habían caído frente a la fórmula Biden-Harris.

Mientras el vicepresidente se escondió junto al servicio secreto de quienes irrumpieron el en Capitolio, Trump posteó un tuit que sería el principio del fin en la relación. “Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho para proteger a nuestro país y nuestra Constitución, dando a los Estados la oportunidad de certificar un conjunto de hechos corregidos, no los fraudulentos o inexactos que se les pidió que certificaran previamente. ¡Estados Unidos exige la verdad!”, escribió.

Según el Washington Post, el entonces presidente no se molestó en llamarlo después de lo sucedido, ni siquiera en los días posteriores. Según reveló el mismo Pence, la siguiente vez que se encontraron fue en la Casa Blanca y lo primero que hizo Trump fue preguntarle por su esposa e hija.

Twitter

Acto seguido, el todavía vicepresidente le hizo saber que estaba bastante enojado con lo sucedido. Sin dar más detalles, contó que hablaron por más de una hora y media, en la que percibió que “el presidente estaba profundamente arrepentido”. La conversación finalizó con Pence incitando a Trump a rezar y ambos se despidieron lo más “amistosamente” posible tras lo sucedido.

Dos años después, su relación no ha hecho más que enfriarse. ¿Por qué? “Después de verle volver a ese tipo de retórica en la primavera de 2021, hemos seguido caminos separados”, contestó Pence en la mencionada entrevista.

“Sé que cumplimos con nuestro deber ese día. Sé que el presidente sigue teniendo una fuerte diferencia de opinión sobre mis responsabilidades ese día… Todos nos enfrentamos al juicio de la historia y creo que, en la plenitud del tiempo, la historia hará que Donald Trump rinda cuentas por los acontecimientos del 6 de enero”, agregó.

Ambos se enfrentaron indirectamente en las elecciones de medio término de 2022 en las primarias republicanas de Georgia, Arizona y Wisconsin, y volverán a hacerlo en las elecciones presidenciales de 2024, pero esta vez directamente.

Pence presentó el papeleo necesario para presentarse a presidente ante la Comisión Federal Electoral (FEC) y efectivizará sus intenciones en un futuro cercano. Será la primera vez que un expresidente se enfrente a su exvicepresidente en unas primarias una vez concluido su mandato. Franklin D. Roosevelt enfrentó el desafío de John Garner en las primarias demócratas de 1940, cuando ambos todavía eran presidente y vicepresidente.

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