ANÁLISIS
Sudán: la masacre de El Fasher, anatomía de una catástrofe anunciada
De acuerdo al Sindicato de Médicos de Sudán, "se calcula que unos 2.000 civiles murieron en las primeras horas de la entrada de las milicias en El Fasher. Personas inocentes fueron ejecutadas quemándolas vivas, mientras que 177.000 civiles permanecen atrapados, y se cree que la mayoría han sido objeto de asesinatos en masa".

Una mujer desplazada en Tawila.
El pasado domingo, los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) tomaron la ciudad de El Fasher, capital de Darfur del Norte, tras un asedio de 18 meses, desencadenando la masacre de unos 2.000 civiles, lo que marca un nuevo punto crítico en la guerra civil que azota Sudán desde abril de 2023.
Desde hace más de dos años, el país africano es escenario de una brutal guerra por el poder entre el general Abdel Fatah al Burhan —comandante de las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) y líder de facto del país desde el golpe de Estado de 2021— y Mohamed Dagalo, alias Hemeti, comandante del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Ambas facciones están compuestas mayoritariamente por musulmanes sunitas, pero no actúan como fuerzas religiosas. Su identidad está más ligada a estructuras militares, tribales y políticas que a doctrinas religiosas organizadas.

Las FAR tras la toma de El Fasher
Anatomía de la masacre
El miércoles, el Comité Preliminar del Sindicato de Médicos de Sudán informó de que al menos 2.000 civiles fueron asesinados durante la toma de El Fasher, mientras miles de personas permanecen atrapadas en la ciudad en medio de intensos combates.
"Se calcula que unos 2.000 civiles murieron en las primeras horas de la entrada de las milicias en El Fasher. Personas inocentes fueron ejecutadas quemándolas vivas, mientras que 177.000 civiles permanecen atrapados, y se cree que la mayoría han sido objeto de asesinatos en masa. Los que intentaron huir en coche fueron quemados vivos dentro de sus vehículos", declaró la organización en un comunicado.
Las denuncias fueron confirmadas por un informe del Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale (YSPH). De acuerdo con el reporte, hay pruebas de asesinatos en masa continuados durante las 48 horas posteriores a la toma de la ciudad por parte de los paramilitares.
Asimismo, el YSPH confirmó que los asesinatos en El Fasher continuaron el miércoles en el antiguo Hospital Infantil, controlado por las FAR, el Hospital Saudí y a lo largo de la berma que rodea dichos lugares.
El Fasher fue testigo de la ejecución sumaria de más de 450 pacientes y heridos que se encontraban dentro del Hospital Saudí, junto con alrededor de 1.200 personas, heridos y pacientes que se encontraban en instalaciones médicas de campaña.
De acuerdo con el Sindicato de Médicos, la violencia también desencadenó una nueva oleada de desplazamientos, y se calcula que unas 28.000 personas han huido en solo 48 horas, en medio de ataques a las rutas de escape.
El sindicato también confirmó que más de 1.000 personas heridas y hambrientas han llegado buscando refugio a la cercana zona de Tawila.
El Ejército acusa a Emiratos Árabes Unidos
Las Fuerzas Armadas de Sudán han acusado formalmente a Emiratos Árabes Unidos (EAU) de suministrar armas, drones, financiación y mercenarios (africanos y colombianos) a las FAR, facilitando sus ofensivas más recientes, incluida la toma de El Fasher.
Nathaniel Raymond, director ejecutivo del YSPH de Yale, declaró el miércoles a Fox News Digital que su laboratorio "identificó un dron CH-95", visible en sus imágenes satelitales, y que según sus características "fue proporcionado por Emiratos Árabes Unidos a las FAR".

Humo tras ataque en El Fasher
The Wall Street Journal ya había informado el martes de que las evaluaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses confirmaron que Emiratos Árabes Unidos ha aumentado las transferencias de armas a las FAR, incluidos los drones identificados por los investigadores de Yale.
En marzo, la junta militar sudanesa presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia, acusando a EAU de violar la Convención sobre el Genocidio por su presunto papel en el conflicto. Abu Dabi, por su parte, ha negado rotundamente las acusaciones.
Dos meses después, Sudán rompió relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos, declarándolo “enemigo nacional” por su apoyo a las FAR.
Dagalo admite la masacre en El Fasher
El comandante Mohamed Hamdan Dagalo reconoció públicamente que sus tropas "cometieron abusos" durante la reciente toma de la capital de Darfur del Norte.
En un discurso difundido el miércoles por redes sociales, Dagalo anunció la creación inmediata de comités militares y legales para investigar los crímenes, prometiendo juicios públicos y rápidos contra los responsables.
La admisión de Dagalo se produce tras las acusaciones de que las FAR cometieron atrocidades en El Fasher, incluidos asesinatos masivos y la destrucción de infraestructuras como hospitales y mercados.
Una vez asegurada la ciudad, explicó en sus declaraciones, una fuerza de "Policía Federal" asumirá la responsabilidad exclusiva de la seguridad interna, mientras que las tropas militares permanecerán fuera de la ciudad.
La Policía Federal es un cuerpo de seguridad creado por el comandante adjunto de las FAR, Abdel Rahim Dagalo, a partir de antiguos elementos policiales, y está activa en otras ciudades controladas por los paramilitares.
Mundo
Entre el Ejército y los paramilitares: ¿en qué punto se encuentra la guerra de Sudán?
Carlos Dominguez
En su comunicado, el líder de las FAR también reiteró su visión del futuro de Sudán, afirmando que sus demandas incluyen una plena transición democrática y el establecimiento de un "nuevo Ejército" bajo un presidente civil. La misión de este nuevo Ejército, dijo, sería "proteger las fronteras del país, no la Constitución, para evitar futuros golpes militares".
En 2024, tras la toma de Al Jazirah, el líder paramilitar hizo un anuncio similar, con promesas que no se tradujeron en mejoras concretas. La situación humanitaria en esa región se deterioró progresivamente hasta que las Fuerzas Armadas retomaron el control a principios de 2025.
La paz en Sudán, una misión para Trump
El presidente Donald Trump activó los esfuerzos de paz para Sudán en julio, que incluyeron una reunión a nivel ministerial con lo que se llama el Cuarteto de Sudán, una alianza diplomática formada por Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Egipto y Estados Unidos, cuyo objetivo es promover la paz, la seguridad y la transición política en Sudán.
El plan se presentó como parte de un giro estratégico de EEUU hacia Sudán, en medio del estancamiento de otros conflictos como los de Ucrania y Gaza. Sin embargo, la ausencia de actores clave en las negociaciones y las acusaciones contra Emiratos Árabes Unidos debilitaron la legitimidad del proceso.
"Es hora de que Trump aproveche el legado de liderazgo republicano en Darfur y llame a Mohamed bin Zayed Al Nahyan a Abu Dhabi y le diga que se detenga", dijo Nathaniel Raymond, de Yale, a Fox News Digital el miércoles.
"El presidente Trump tiene una influencia única para detener la matanza ahora llamando a los Emiratos Árabes Unidos y presionándolos para que hagan lo que la Administración Biden se negó a hacer para dejar de armar a las FAR", añadió.
Una guerra en fase crítica
Al mismo tiempo, los combates entre las FAS y las FAR se han intensificado en las regiones occidentales de Darfur y Kordofán, y en lo que va de año más de 5.300 civiles han muerto, muchos de ellos por bombardeos y ejecuciones sumarias.
El Ejército controla el norte, el este y el centro del país, incluyendo la capital Jartum, y Puerto Sudán, un puerto estratégico a orillas del mar Rojo. Es allí en donde se encuentra el Gobierno de transición formado bajo la autoridad del general Abdel Fattah al Burhan.
Por otra parte, los paramilitares de las FAR, bajo el mando de Hemeti, dominan el sur del país y casi toda la región de Darfur, en el oeste, donde formaron una Administración paralela en la ciudad de Nyala.
Según analistas, el gran riesgo de esta fractura territorial se encuentra en que si se estabilizan las actuales divisiones territoriales, el país puede quedar fragmentado de manera permanente, con Administraciones rivales controlando cada zona, como sucede hoy en día en Libia.