Estados Unidos advierte al Reino Unido contra la construcción de una fábrica eólica china
La presión estadounidense coincide con una nueva controversia en Londres por presunto espionaje chino en el Parlamento británico.

Keir Starmer visitando un parque eólico en 2022
El senador John Moolenaar, presidente de la Comisión Especial sobre el Partido Comunista Chino, instó al Reino Unido a bloquear la construcción de una fábrica china de turbinas eólicas en Escocia, alegando riesgos a la seguridad nacional.
La compañía china Ming Yang anunció la semana pasada planes para una fábrica en territorio británico. La instalación construiría góndolas y palas para turbinas usadas en molinos de viento. Para avanzar, necesita el permiso de Londres.
"No tendría sentido que las autoridades británicas permitieran a una empresa china construir este proyecto y obtener aún más influencia sobre su país", dijo el senador Moolenaar al medio británico The Telegraph.
"China es un adversario extranjero que ha espiado al Parlamento, ha interferido en las elecciones en Gran Bretaña y el Commonwealth y ha alimentado la guerra de Rusia contra Ucrania", enumero, añadiendo que aprobar el proyecto "crearía una mayor dependencia y vulnerabilidad en la cadena de suministro energético".
La advertencia del aliado de Donald Trump, quien en las últimas horas respaldó su candidatura para la reelección al Senado, no es la primera que llega a Reino Unido desde Estados Unidos. El Gobierno republicano habría transmitido su preocupación al británico hace meses, según reconoció un oficial estadounidense al Financial Times.
Dentro de las fronteras británicas también hay dudas sobre el millonario proyecto chino, que empezaría a producir turbinas a partir de 2028. Claire Coutinho, ministra a cargo de la política energética de la oposición, sostuvo en palabras difundidas por el Telegraph, que "dar a China acceso ilimitado a nuestro suministro energético" era "imprudente e ingenuo".
Controversia por dos presuntos espías chinos
La semana pasada, la Fiscalía General del Estado (CPS) anunció que un caso contra dos presuntos espías chinos había caído antes de llegar a juicio porque el Gobierno de Keir Starmer no había provisto información suficiente para demostrar que China era una amenaza para la seguridad nacional.
Christopher Cash y Christopher Berry, un investigador y un profesor, respectivamente, habían sido acusados de pasar información parlamentaria confidencial al Partido Comunista de China. Ambos rechazaron las acusaciones.
El jefe de la CPS, Stephen Parkinson, dijo que su agencia necesitaba, para proseguir con el proceso, información del Gobierno de que China era una amenaza. "A finales de agosto de 2025 se comprendió que estas pruebas no iban a llegar", sostuvo en una misiva a comités del Parlamento.
Allí acudió justamente este miércoles el primer ministro para hacer frente a las acusaciones. El mandatario laborista prometió hacer públicos los testimonios entregados a la Fiscalía.