Voz media US Voz.us

Los diputados británicos aprueban la eutanasia

Reino Unido queda a un paso de añadirse a países como Canadá y Países Bajos en la creciente lista de naciones que permiten el suicidio asistido.

Manifestación pro-eutanasia en Londres

Manifestación pro-eutanasia en LondresPA/Cordon Press.

Santiago Ospital
Publicado por

La Cámara de los Comunes aprobó un proyecto del ley para legalizar el suicidio asistido. Con 314 votos contra 291 el proyecto de ley ahora deberá someterse a la Cámara de los Lores, que difícilmente se opondrá al veredicto de su antecesora.

El marcador final se conoce tras meses de acalorado debate dentro y fuera del Parlamento. Dentro del recinto, las líneas partidarias se rompieron y el Gobierno permitió a sus ministros votar según conciencia. 

El primer ministro Keir Starmer votó a favor. Fuera, en las calles, consignas como "no vuelvan a los doctores asesinos" o "mi vida, mi decisión" se volvieron grito de guerra habitual, y ambos bandos intentaron hacer llegar su mensaje dentro organizando campañas para que los ciudadanos mandaran cientos de cartas a sus representantes. 

El proyecto Terminally Ill Adults (End of Life) -literalmente, "Adultos Terminales (Fin de la Vida)"- permite que adultos con una enfermedad terminal y con sólo seis meses de esperanza de vida soliciten al Estado medicamentos para suicidarse. Cada caso debe ser revisado y aprobado por dos médicos y un panel de expertos (un trabajador social, un psiquiatra y un abogado). De recibir los permisos necesarios, un profesional médico entrega una "sustancia aprobada con la que la persona pueda poner fin a su propia vida".

Proceso que los promotores tildan de sólido y suficiente. Pero las críticas al proyecto abundan, incluso entre parlamentarios que dijeron estar a favor de la muerte asistida, como la laborista Diane Abbott: "No pondría mi vida ni la de nadie querido en manos de un panel de funcionarios", dijo durante el debate de este viernes. "Hay demasiados problemas en este texto legislativo".

Otro argumento en contra es el costo al servicio público de Salud, que el propio encargado de la cartera, Wes Streeting, advirtió sumaría un costo inasumible para un sistema en crisis. Una evaluación del Gobierno, publicada el mes pasado, estimó un saldo de hasta 13,6 millones de libras al año (18,36 millones de dólares). El bando contrario asegura que habrá ahorros por la disminución de gastos en cuidados paliativos.  

Uno de los puntos más espinosos es cómo la norma podría afectar a poblaciones vulnerables. Enfermos con menos recursos, expone el argumento, podrán verse empujadas al suicidio por servicios de salud, públicos o privados, para ahorrarse su cuidado. En Canadá, antecesor y modelo del proyecto británico, se denunciaron casos de presiones semejantes

El "vacío de la anorexia", revelado en las últimas semanas, añadió un sector más a la preocupación: quienes sufren desórdenes alimenticios también podrían pedir el suicidio asistido, según denunciaron grupos activistas. Preocupación que se suma a la duda central en cuanto a las afecciones psicológicas: ¿parte del problema no es que empujan al desorden, depresión y deseo de suicidio? 

Pero el grupo que más revuelo ha generado es el de personas con discapacidad, a quienes se refirió la MP Vicky Foxcroft: "La gran mayoría de las personas discapacitadas y sus organizaciones se oponen".

"Mi último deseo..."

Entre las provisiones sopesadas por los parlamentarios este viernes se encontraba una prohibición de hacer publicidad a los servicios de muerte asistida en todo el Reino Unido. Tras contar los votos, quedó aprobada.

La prohibición de publicidad generó más consenso que el suicidio asistido en sí. La promotora del veto, la laborista Kim Leadbeater, afirmó que este demostraba que no habría competencia entre los cuidados paliativos y el suicidio asistido. "Creo firmemente que debemos adoptar un enfoque holístico de la elección y el cuidado de los enfermos terminales", sostuvo en palabras a The Guardian.

Críticos, sin embargo, señalaron que su provisión permitía establecer excepciones en el futuro y apuntaron a la hipocresía de que desde el Estado se considerara correcto proveer un servicio que, sin embargo, no consideraba correcto promover. Es, afirman, hacerlo en la sombra.

En Londres, una campaña publicitaria del activista Dignity in Dying desató la polémica por las publicidades sobre el suicidio asistido, al mostrar gente feliz acompañado con textos como "mi último deseo es que mi familia no me vea sufrir, y que y o no tenga que hacerlo". Mismas vallas publicitarias donde se prohíbe promocionar comida chatarra desde 2019
Manifestación anti-eutanasia

Manifestación anti-eutanasiaPA/Cordon Press.

Tendencia al alza

Un estudio del medio británico The Telegraph cifró el total global de suicidios asistidos y eutanasias en 30.000 personas al año.

Aunque todos los casos contabilizados ocurrieron en países donde se encuentran legalizados, las normativas varían en cada territorio nacional y, en el caso de Estados Unidos, estatal. En algunas naciones, hasta uno de cada 20 fallecimientos fueron por suicidio asistido. 

Los datos del Telegraph evidencian una tendencia al alza, tanto porque nuevos países se suman a la legalización como porque las reglas se vuelven más flexibles. Entre los casos más polémicos, algunas legislaciones permiten a menores de edad y adultos con trastornos mentales.

¿Eutanasia, suicidio... o asesinato asistido?

Aunque los tres términos se utilizan popularmente como sinónimos hay una diferencia médica… y otra discursiva.

Mientras que todos describen una muerte autorizada y ejecutada por un Estado, en el suicidio asistido el propio paciente consume una dosis letal facilitada por un médico, mientras que en la eutanasia el profesional suministra la droga, por ejemplo mediante una inyección.

Eutanasia, sin embargo, también suele usarse como un término paraguas para ambos casos. La palabra suicidio suele ser rechazada por los políticos y activistas proeutanasia, que prefieren muerte asistida.

En el debate del viernes, el parlamentario Tom Tugendhat añadió un una entrada a este diccionario: "asesinato asistido". 

"Muerte asistida", sostuvo, es un "eufemismo", "cálidas palabras". Tugendhat pidió "honestidad" en el debate: "'Muerte asistida' es lo que un hospicio hace ya, hoy, ahora, ayudar a la gente, cuidar a la gente, apoyarla."

"Esto es asesinato asistido o suicidio asistido, dependiendo de la palabra que cada uno elija. Pero la honestidad en el lenguaje es importante. Si ni siquiera estamos dispuestos a ser sinceros con nosotros mismos en esto, ¿cómo demonios podemos esperar que los tribunales, cuando tengan que estudiar los casos, consideren las cuestiones que hemos debatido?".
tracking