Disturbios en Irlanda del Norte tras ataque atribuido a adolescentes migrantes
La tensión sigue aumentando en el condado de Antrim, donde los residentes temen una nueva noche de violencia tras varios días de disturbios que han dejado viviendas quemadas, policías heridos y comunidades fracturadas.

Manifestantes enmascarados avivan una hoguera durante manifestaciones antiinmigración en Ballymena
Los residentes de Ballymena, una ciudad en Irlanda del Norte, se preparan para nuevas noches de disturbios tras un estallido de violencia ligado a tensiones migratorias. El detonante fue la presunta agresión sexual de una menor por parte de dos adolescentes extranjeros, lo que provocó una ola de ataques contra viviendas de inmigrantes en esta pequeña localidad de Irlanda del Norte.
Estallido tras años de advertencias ignoradas
El incidente ocurrido en Clonavon Terrace, donde se reportó la agresión a la colegiala, desató una reacción inmediata por parte de los vecinos. Muchos aseguran que las autoridades han ignorado durante años las tensiones provocadas por la presencia de una comunidad romaní que, según residentes, no se ha integrado y ha generado problemas constantes de convivencia, delincuencia y basura acumulada.
“Fue la gota que colmó el vaso y ni las autoridades, ni el Gobierno ni los tribunales lo tomaron en serio, así que la gente tuvo que tomar cartas en el asunto”, explicó Vladimir, un trabajador eslovaco cuya casa fue atacada mientras su hija de 11 años dormía.
Casas incendiadas y violencia callejera
El lunes por la noche, tras una vigilia en apoyo a la víctima, los disturbios escalaron. Casas fueron incendiadas, vehículos destrozados y la policía se enfrentó a grupos de encapuchados armados con ladrillos, fuegos artificiales y bombas incendiarias. En total, 30 agentes han resultado heridos y cinco personas han sido arrestadas.
El martes, los ataques se extendieron a otras zonas de Ballymena, una ciudad de poco más de 31.000 habitantes. La policía, superada por la magnitud del desorden, pidió apoyo a otras fuerzas del Reino Unido. Utilizaron cañones de agua, perros entrenados y vehículos blindados para tratar de contener la violencia. Algunas familias inmigrantes han comenzado a identificar sus viviendas con banderas o imágenes del rey británico, con la esperanza de evitar ser atacadas.
El temor de una noche decisiva
A pesar de las condenas oficiales, incluida la del primer ministro británico, Keir Starmer, muchos sienten que el Gobierno ha fallado en proteger a las comunidades trabajadoras, ignorando las advertencias.
Ballymena, una ciudad que ha enfrentado altos índices de desempleo y cambios demográficos acelerados, se enfrenta ahora a una crisis social que ha dejado claro que no solo la violencia, sino también el abandono institucional, son las amenazas que podrían destrozar a esta comunidad.