Turquía: Ekrem Imamoglu, el hombre que ha puesto en jaque a Erdogan y su radicalización islamista
El arresto del líder opositor ha levantado a gran parte de los ciudadanos contra lo que denominan como un "golpe de Estado" y una decisión propia de una "dictadura".

Ekrem Imamoglu
Un acontecimiento concreto ha hecho que Turquía haya acaparado la atención mundial. El protagonista es Ekrem Imamoglu, alcalde de la ciudad más grande del país y una de las más pobladas del mundo, con más de 15 millones de habitantes censados. Visto como un potencial próximo presidente turco, las autoridades irrumpieron hace unos días en su residencia y le arrestaron, acusándolo de "corrupción" y "terrorismo", entre otros cargos.
Sin evidencias que, por el momento, ratifiquen su culpabilidad, lo que sí es irrebatible es que se ha ganado ser considerado como el máximo rival político de Recep Tayyip Erdogan, quien lleva casi 11 años presidiendo Turquía y quien, anteriormente, ostentó el cargo de primer ministro durante otros 11 años. Es decir, más de dos décadas dirigiendo a su antojo el país y llevándolo hacia una radicalización islamista.
Desde Estambul, Imamoglu -alcalde de la ciudad desde 2019- ha reunido gran parte de sus esfuerzos en hacer una oposición frontal al Gobierno de Erdogan, con un programa aperturista y descentralizando el islam, algo que al presidente turco le descoloca absolutamente.
Curiosamente, Imamoglu fue arrestado -junto con seis de sus colaboradores más cercanos- pocos días antes de que fuese designado como candidato de su partido, el CHP (RPP en inglés), para las próximas elecciones presidenciales, que se celebrarán en 2028.
"Cientos de policías llegaron a mi puerta. Confío en mi nación", dijo Imamoglu en un video publicado antes de su arresto. "Hago un llamado a las decenas de miles de fiscales y jueces honorables y morales. Deben levantarse y actuar contra esos colegas que están arruinando la Justicia. No deben y no pueden permanecer en silencio".
A pesar de estar encarcelado y suspendido de sus funciones, el CHP ha tomado la decisión de nombrarlo oficialmente -mediante la celebración de unas primarias- como aspirante a ser el próximo presidente de Turquía.
El hecho de estar entre rejas no le ha silenciado. Es más, ha logrado amplificar su discurso y convencer a más turcos de que la era Erdogan ha de acabar.
Cientos de miles de simpatizantes llevan saliendo a las calles de las principales ciudades -en especial, en Estambul, como es lógico- desde que se produjo su arresto, calificándolo de "golpe de Estado contra la oposición" y de tratarse de una decisión propia de "una dictadura".
La respuesta del Gobierno de Erdogan contra los simpatizantes de Imamoglu ha sido, en vez de democrática, tiránica: las autoridades ya han arrestado a más de 1.100 personas, incluidos periodistas, acusados de "actividades ilegales" por protestar contra la decisión de encarcelar y tratar de silenciar a quien, a día de hoy, es el máximo rival del presidente en las próximas elecciones.
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