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Musk reabre el caso de las violaciones masivas de menores en Reino Unido: ¿qué es el 'escándalo de Rotherham'?

El empresario, políticos de la oposición británica y víctimas piden que se abra una investigación nacional sobre las 'grooming gangs' o bandas de acoso de niños. El primer ministro Keir Starmer se opone.

Elon Musk (der) y el primer ministro británico, Keir Starmer

Elon Musk y el primer ministro británico, Keir StarmerCordon Press.

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Con una serie de publicaciones en X, Elon Musk revolvió uno de los peores escándalos en la historia reciente del Reino Unido: el descubrimiento de bandas de acoso sexual de menores en varias poblaciones británicas entre 1997 y 2013. Descubrimiento y encubrimiento, ya que las autoridades locales habían estado ignorando pruebas de la existencia de las redes durante años.

De las redes, el foco del debate pasó al Parlamento. La oposición presentó el miércoles una petición para que se abriera una investigación nacional sobre las llamadas bandas de grooming. El Gobierno, sin embargo, con una mayoría en la cámara, tumbó la propuesta.

"Increíble", reaccionó Musk. Antes de la votación, el dueño de X había afirmado que el primer ministro británico, Keir Starmer, tenía un oscuro motivo para ordenar a los suyos que bloqueasen una nueva pesquisa: "Porque oculta cosas terribles. Por eso".

Un artículo desvela el 'escándalo de Rotherham'

El escándalo fue destapado, primero, por el periodista Andrew Norfolk. En un artículo para el Times of London en 2011, Norfolk escribió sobre una "cultura del silencio" que había permitido que "jóvenes británicas" fueran violadas "por bandas criminales de proxenetas".

Norfolk descubrió que expertos e investigadores habían detectado "un patrón" de delitos sexuales contra menores. Grupos de hombres, en su mayoría pakistaníes y musulmanes, captaban a británicas menores de 16 años. Los casos se remontaban una década. Incluían el de una niña de 13 años a la que, parecía, habían violado más de 50 veces. Y el de otra, de 12, que había abortado.

"Estas niñas son pasadas de mano en mano y utilizadas como carne", dijo entonces un inspector jefe citado en el Times. "Para detener este tipo de delitos hay que empezar a hablar de ello, pero todo el mundo ha tenido demasiado miedo para abordar el factor étnico", añadió. Otra fuente, el director de una fundación musulmana, aseguraba que estas violaciones eran una "forma de racismo": "Esta gente piensa que las chicas blancas tienen menos moral y son menos valiosas que nuestras chicas". 

Investigaciones oficiales

El artículo de Norfolk llevó a que las autoridades de Rotherham ordenasen un reporte independiente. Publicado en 2014, reveló que entre 1997 y 2013, a pesar de numerosas denuncias, sólo un caso de abuso sexual había sido procesado.

En un estimativo "conservador", los autores calcularon que unas 1.400 niñas habrían sido víctimas de estas redes. "Fueron violadas por múltiples agresores, trasladadas a otros pueblos y ciudades del norte de Inglaterra, secuestradas, golpeadas e intimidadas", describieron.

El informe de Rotherham también señala numerosos casos en los que la Policía y los dirigentes políticos fallaron en intervenir. Fallos que considera "flagrantes". 

Con la evidencia disponible, asegura, deberían haber actuado. Aunque cita una serie de motivos posibles, destaca el componente identitario del caso: "Varios miembros del personal describieron su nerviosismo a la hora de identificar el origen étnico de los agresores por miedo a ser considerados racistas; otros recordaron que sus jefes les habían ordenado claramente que no lo hicieran".

Aquel reporte sobre Rotherham coincidió con el descubrimiento de casos similares en otras ciudades como Oxford, Oldham y Rochdale. La controversia llevó a denuncias de víctimas contra la Policía y las autoridades locales.

La principal autora del informe, Alexis Jay, explicó en comparecencias a los medios que todos los casos seguían el mismo patrón: un hombre joven seduce a una menor, luego le exige que se acueste con sus amigos y, si se niega, la amenaza, la golpea incluso. Hubo luego, además, menores que fueron llevadas de una ciudad a otra para ser usadas sexualmente.  

En los años siguientes se produjeron varios arrestos. En 2023, el entonces primer ministro Rishi Sunak formó un grupo de trabajo, el Grooming Gangs Taskforce, con agentes de más de 40 cuerpos de policía de Inglaterra y Gales. El equipo identificó 4.000 víctimas y llevó a más de 500 arrestos.

¿Qué papel ocupó Starmer?

Starmer se desempeñó como fiscal jefe de Gran Bretaña entre 2008 y 2013, cuando el asunto ganó relevancia nacional. Musk lo acusó de ser, a cambio de votos, "absolutamente cómplice" de las violaciones masivas.

El premier devolvió el golpe, vinculando a Musk a la "extrema derecha" y, en respuesta a una pregunta sobre el empresario tecnológico, condenando a "quienes difunden mentiras y desinformación".

El laborista estuvo a cargo de un caso contra una banda en Rochdale. Ya habitando el número 10 de Downing Street, defendió sus actuaciones: 

"Cuando fui fiscal jefe durante cinco años, me enfrenté a este problema porque veía lo que estaba ocurriendo. Cuando dejé el cargo, teníamos el mayor número de casos de abuso sexual infantil procesados en la historia".

Pedidos de reapertura

La polémica se reavivó en 2024 después de que el gobierno de la ciudad de Oldham, en el noroeste de Inglaterra, pidiera una investigación nacional. El Gobierno de Starmer se negó. Musk se hizo eco de la noticia, llamando "apologista de violación genocida" a la ministra a cargo de la decisión. Ella respondió que la ciudad debía realizar una pesquisa propia. En octubre, el consejo local obedeció.

El pedido de reapertura no es un grito aislado de Musk. A pesar de que el Gobierno derrumbase la propuesta de la oposición para volver a investigar a las bandas, tanto el Partido Conservador como Reform UK insistieron en que era urgente. 

La líder conservadora Kemi Badenoch había asegurado que, aunque se habían realizado distintos estudios, "ninguna autoridad unió los puntos". "El 2025 debe ser el año en que las víctimas empiezan a conseguir justicia". Tras la frustrada votación, volvió a insistir en su necesidad, haciéndose eco de que un alcalde laborista se expresó a favor de una nueva investigación.

Desde Reform UK, Nigel Farage, su principal figura y uno de sus fundadores, afirmó que la mayoría de los británicos aprueba reabrir el caso: "El 76% de los británicos quiere una investigación pública nacional sobre el escándalo de las bandas de violadores". 

Algunas víctimas también salieron a pedir una nueva indagación. "Siguen diciendo que ha habido investigaciones. Eso es correcto para seis ciudades de más de 50", dijo el padre de una niña capturada por bandas en Rotherham al medio inglés GBN. "La gente de este país merece saber a qué se enfrentan nuestros hijos".

Una de las víctimas, Sammy Woodhouse, compartió los nombres de todos los diputados oficialistas que habían votado en contra. Fue una de las fuentes anónimas que habló con Norfolk, el periodista del Times of London.

"Es necesaria una investigación independiente de todos los ayuntamientos y cuerpos de policía del Reino Unido", aseguró la, ahora, activista contra el abuso de menores. "También debe investigarse a todos los políticos para averiguar quién sabía y no actuó. Deben rendir cuentas y ser destituidos".

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