Volkswagen abandonará sus instalaciones en la región china de Xinjiang denunciada por trabajos forzados
Debido a la evidencia de abusos contra los derechos humanos, Estados Unidos prohíbe la importación de productos de la zona.
La fabricante de automóviles Volkswagen anunció el cierre de sus operaciones en una región china donde abundan denuncias contra el Gobierno chino por someter a la etnia minoritaria uigur a trabajos forzados.
La multinacional alemana tiene presencia en Xinjiang desde hace más de una década. Hasta el momento contaba con una planta de ensamblaje en Urumqi y pistas de pruebas. La empresa aseguró que la decisión se había tomado "por razones económicas", y que formaba parte de una "realineación".
Volkswagen trabaja en territorio chino en asociación con SAIC Motor, una empresa de propiedad estatal con sede en Shanghai. El anuncio no significa el fin de la colaboración. A pesar de que la automotriz europea siempre negó las acusaciones, grupos activistas la acusaron de haber recurrido a trabajo forzado.
Estados Unidos prohíbe la importación de productos desde esta región asiática debido a la evidencia de abusos contra los derechos humanos.
El presidente electo mantendría esta política: en uno de los últimos actos de su primer mandato, el Gobierno de Donald Trump acusó a China de "genocidio y crímenes contra la humanidad". Para su segundo gabinete, Trump nombró a dos críticos vocales de la persecución a los uigures, Marco Rubio, senador nominado a secretario de Estado, y Mike Waltz, llamado a servir como asesor de seguridad nacional.