El Vaticano excomulga al arzobispo Carlo Maria Viganò por no reconocer la legitimidad del papa Francisco
Es el último prelado crítico con el sumo pontífice sancionado por la Santa Sede.
La Santa Sede ha tomado la decisión de excomulgar al arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos, por negarse a reconocer la legitimidad del papa Francisco o identificarse con las estipulaciones del Concilio Vaticano II.
"El 4 de julio de 2024, el Congreso del Dicasterio para la Doctrina de la Fe se reunió para concluir el proceso penal extrajudicial al que se refiere el canon 1720 CIC contra el reverendísimo Carlo Maria Viganò, arzobispo titular de Ulpiana, acusado del delito reservado de cisma", informó el Vaticano en un comunicado recogido por Vatican News.
"Son conocidas sus declaraciones públicas que manifiestan su rechazo a reconocer y someterse al sumo pontífice, su rechazo a la comunión con los miembros de la Iglesia que le están sometidos y a la legitimidad y autoridad magisterial del Concilio Vaticano II". Al concluir el proceso penal, el Reverendísimo Carlo Maria Viganò fue declarado culpable del delito reservado de cisma", continúa el comunicado. "El Dicasterio declaró la excomunión latae sententiae de acuerdo con el canon 1364 § 1 CIC. El levantamiento de la censura en estos casos está reservado a la Sede Apostólica."
Viganò es un conocido crítico del papa Francisco, del que llegó a decir que ejerce una "gestión tiránica." Unas declaraciones recogidas por AFP.
"Repudio, rechazo y condeno los escándalos, los errores y las herejías de Jorge Mario Bergoglio [el papa Francisco], que tiene una gestión absolutamente tiránica del poder."
En los últimos meses, otros prelados críticos con el papa Francisco han sido sancionados por el Vaticano. En noviembre, el obispo Joseph Strickland fue relevado por criticar las reformas del sumo pontífice, especialmente en materia de doctrina y tradición y su apertura al movimiento LGTB. Días después, el cardenal Raymond Burke fue sancionado con el cese de su derecho a residir en un apartamento en la Ciudad del Vaticano y despojado de su salario tras reprender al papa por sus decisiones.