Noche de infarto en España. Tras unos primeros resultados más ajustados de los esperados, el partido de derechas Partido Popular obtuvo la mayoría de los escaños con 136 -con el 97% de las mesas escrutadas-. Fue, sin embargo, una victoria con gusto amargo, ya que la formación quedó lejos de los 176 que necesitaba para gobernar en solitario, el gran anhelo del PP.

Pero aún peor para los populares: el presidente socialista Pedro Sánchez podría quedarse en el poder, tras haber obtenido 122 escaños. Tanto Sánchez como el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, necesitarán pactar con otros partidos para formar gobierno.

Pero incluso así, si Feijóo pacta con el otro gran partido de la derecha, Vox, llegaría sólo a los 169 escaños. Lejos de los 176. Por su parte, si Sánchez alcanza un acuerdo con el otro gran partido de izquierdas, Sumar, llegaría a los 153 escaños. Si consigue el apoyo de varios partidos independentistas y nacionalistas -nada nuevo para el mandatario-, podría renovar su mandato.

La clave está, ahora, en la negociación. Esos fueron los resultados de una "mala noche para los amantes de la libertad", en palabras del director de Voz Media, Mario Noya.

Una jornada vertiginosa

"Estas elecciones son una batalla contra la izquierda", explicó la presentadora Marián de la Fuente al comenzar la transmisión especial de Voz Media y MegaTv. La periodista aseguró que muchos españoles se habían dado cuenta de lo "dañina que es esa ideología":

A medida que avanzaba la noche, aumentaba la incertidumbre en el principal partido de derecha. Aunque los resultados preliminares les daban la anticipada victoria, el margen era mucho menor de lo esperado.

El director de Voz Media explicó durante la transmisión especial que el porcentaje de votos obtenidos por cada formación no se traducía en una cantidad proporcional de escaños, debido a un sistema llamado Ley D'Hondt. Por eso, quedar en tercer lugar, aunque sea por una diferencia porcentual ínfima, puede ser "catastrófico".

Noya también destacó que, a pesar del escrutinio de este domingo, todavía quedaba por conocer por quién decantarían los españoles radicados en el extranjero. El número de votos que llegarían desde el exterior se deberá contar de cinco a seis días después de las elecciones, cuando se realizará el escrutinio definitivo.

"El número de estos votos se multiplicó, porque todos los españoles que pueden votar recibieron los documentos para hacerlo -antes era necesario pedirlos-", sostuvo Noya. "¿Y de dónde vienen mayoritariamente los votos estas elecciones? Cuba, Venezuela y Argentina".

Una jornada accidentada

La primera polémica de las elecciones se produjo días antes del domingo: la empresa encargada de que los españoles puedan votar a distancia, llamada Correos, tuvo que pedir a la Junta Electoral Central que aplace la fecha límite para la entrega de estos votos.

Algunos españoles recibieron los votos por correo más tarde de los esperado, otros ni siquiera pudieron votar, aunque el número exacto se desconoce. Esto se debe a que el presidente Sánchez adelantó las elecciones tras el debacle electoral que sufrió en las elecciones locales de mayo, por lo que muchos españoles ya habían organizado sus vacaciones.

Pero los españoles que optaron por emitir su preferencia por correo no fueron los únicos que vieron peligrar su derecho al voto. También quienes volvían en tren desde Valencia a Madrid a votar presencialmente se encontraron con el servicio suspendido debido a un incidente en un túnel.

Algunos medios españoles ubicaban la cifra de afectados en 13.300 personas.

Otra controversia temprana fue la censura que denunció el director y productor Carlos Hernando. Hernando acusó al ministro de Cultura, Miquel Iceta, de impedir que estrenase en cines su documental sobre la figura del presidente, El autócrata.

No faltaron tampoco hackers rusos. El grupo 'NoName057' tumbó durante varias horas sitios web oficiales de España. El Centro Criptológico Nacional, organismo estatal, se encuentra investigando los ciberataques, que habrían sido un ataque de denegación de servicio distribuido (DdoS). Es decir, en palabras de la empresa especializada Akami: "En un ataque distribuido de denegación de servicio (DDoS), un atacante sobrecarga su objetivo con tráfico de Internet no deseado para que el tráfico normal no llegue a su destino previsto".