El 8 de octubre de 1967, Ernesto Che Guevara cayó preso en La Higuera (Bolivia). Uno de los partícipes de la captura fue el exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Félix Rodríguez. En una entrevista con Flor Elena Robledo de Voz Media, nos detalla cómo fue el arresto del guerrillero comunista y sus últimos instantes de vida.
La operación comenzó cuando la CIA designó a Rodríguez y a otro compañero como agentes encubiertos para capturar al Che Guevara en Bolivia:
La CIA nos escoge a nosotros porque había una prohibición del embajador de Estados Unidos [Douglas] Henderson de que no quería que ciudadanos americanos participaran en áreas de peligro. Y como no éramos ciudadanos en ese momento, no teníamos esa prohibición. Entonces nos fuimos dos personas a asesorar al Segundo Batallón de Rangers de la Octava División del Ejército. Estábamos con la CIA. Había un grupo de tres de la CIA que se había mandado antes a La Paz para que fueran asesores del ministro del Interior.
Tras regresar de África -donde se le dio por muerto-, el Che llegó a Bolivia. Fue Fidel Castro el que le envió a La Paz para que fuese ejecutado, tal y como señala el exagente de la CIA:
Él llega a Bolivia enviado por los cubanos y, obviamente, lo mandaron específicamente para que lo mataran. Cuando una guerrilla va a algún lado, lo más importante es tener las comunicaciones con la base y se le dan varios transmisores en caso de que uno falle. Al Che le dan un solo transmisor y, cuando llega a Bolivia, el transmisor estaba roto: él podía recibir mensajes, pero no podía contestar, por lo que estaba aislado por completo. Después, Mario Monje, líder del Partido Comunista boliviano, se reúne con él el 31 de diciembre de 1966 y, en ese momento, llega un rompimiento total. Hasta el punto que Monje les dice a los bolivianos que le llevaron que si se quedaban con el Che estaban expulsados del partido.
Captura: "No tiren, que soy el Che"
En octubre de 1967, se procedió a la captura del guerrillero comunista por parte del batallón entrenado por las fuerzas especiales de Estados Unidos:
Él cae preso el 8 de octubre. El 7 de octubre, el batallón formado por menos de 200 hombres rodearon la Quebrada del Churo, donde estaba metida la guerrilla. El día 8 comienza a avanzar y es ahí donde cae preso el Che.
En el momento de su arresto, el guerrillero comunista gritó al batallón: "No tiren que yo soy el Che... y les valgo más vivo que muerto". Al día siguiente, Rodríguez llegó a La Higuera, donde tenían preso en una escuela al Che, donde entró para interrogarle:
Recuerdo haber entrado en la habitación con el coronel Centeno y dos oficiales bolivianos más. El único que habló fue el coronel Centeno, pero el Che lo miraba y no le contestó absolutamente nada. Yo regresé a la habitación y le dije: 'Che Guevara, vengo a hablar contigo', a lo que me contestó: 'A mí no se me interroga'.
Mutuo respeto
Al ver la actitud del preso, Rodríguez consiguió que el Che le contestase al empatizar con su causa pero no con sus ideales:
Yo no he venido a interrogarle. Nuestras ideas son diferentes, pero yo a usted lo admiro. Usted fue un jefe de Estado en Cuba y usted está aquí porque cree en sus ideales, aunque yo sé que está equivocado. Yo he venido a conversar con usted.
Ante la tranquilidad y la confianza con la que le habló, el Che le pidió a Rodríguez que le liberase de las esposas y le contó alguna anécdota:
Cada vez que yo le hacía preguntas que eran de interés táctico para nosotros, él me decía: 'Usted sabe que yo no le puedo contestar eso'. En otro momento, me dijo que la economía cubana estaba así por el embargo americano. Yo le dije que eso era irónico, porque Che fue presidente del Banco de la Nación y ministro de Industria sin ser economista. A esto me respondió: 'Yo estaba conversando con Camilo Cienfuegos y entendí que Fidel estaba pidiendo un comunista dedicado, en vez de un economista dedicado, y yo levanté la mano'.
Orden de ejecución
Rodríguez nos relata cómo fueron los momentos previos a la ejecución del Che Guevara y la orden que recibió:
Hay una llamada de teléfono y es ahí donde me dan la orden 500-600. Teníamos un código sencillo: 500 era 'Che', 600 era 'muerto' y 700 era 'manténgalo vivo'. Antes de irse, le digo al coronel que habían llegado instrucciones de eliminar al prisionero. Cuando lo sacamos afuera, yo doy mi cámara para que se tirase la foto y, en ese momento, yo pensé que el Che se estaba riendo. Le dije: 'Comandante, mire al pajarito'. Y ahí se murió de la risa. Pero después cambió la expresión cuando vio que iban a tirar la fotografía.
Sobre las 12:30, las radios ya estaban dando la noticia de que el Che murió por heridas de combate:
Ya sabía que no iba a haber ninguna contraorden. De regreso a la habitación, me paro enfrente de él y le digo: 'Comandante, lo siento. Yo he tratado'. Él entendió perfectamente lo que le estaba diciendo. Nunca he visto a una persona que pierda la expresión de la cara como él la perdió, se puso blanco como un papel. Me dijo: 'Yo nunca debí haber caído preso vivo'. Al preguntarle sobre si quería que le transmitiese un mensaje a su familia, me respondió: 'Si puedes, dile a Fidel que pronto verá una revolución triunfante en América. Y si puedes, dile a mi señora que se case otra vez y que trate de ser feliz'. Fueron las últimas palabras, nos dimos la mano y se paró pensando que era yo el que le iba a tirar.
El exagente de la CIA nos dice que sintió antes de la ejecución del guerrillero comunista:
Fue un momento muy difícil para mí como militar porque nosotros no mandamos ejecutar a prisioneros. Inclusive había pensado si podía haber hecho algo para salvarle la vida. Por otro lado, me acordé cuando Batista perdonó a Fidel y el desastre que le vino a mi país. Me dije a mí mismo: 'Tú estás aquí para asesorar, no para comandar. Es decisión del gobierno boliviano'. Y dejé que la historia siguiera su paso.
Ejecución
Tras contar cómo fue el día en el que capturó y habló con el Che, Rodríguez explica cómo fue el momento de la ejecución:
Era la 1 de la tarde cuando yo salí de ahí y, a la 1:15, oí una ráfaga corta.
