Discurso incendiario contra MAGA y mucha preocupación de los anunciantes: así se gestó la abrupta suspensión de Jimmy Kimmel
Ante la posibilidad de perder mercados clave y enfrentar reclamos varios, Bob Iger, CEO de Disney; y Dana Walden, copresidenta de Disney Entertainment, abordaron la situación antes de que sea demasiado tarde.

Jimmy Kimmel aparece en la presentación de Walt Disney
Lejos de una presión federal y regulatoria a cargo de la FCC, la suspensión del programa Jimmy Kimmel Live! fue el desenlace de una escalada ejecutiva que se desarrolló en menos de 48 horas y tuvo múltiples causas: un monólogo incendiario planificado contra el movimiento MAGA, la amenaza de un potencial fiasco comercial por parte de las emisoras afiliadas a ABC y el riesgo real sobre la seguridad del personal de Disney.
De acuerdo con fuentes internas consultadas por el Wall Street Journal y The Hollywood Reporter, la historia real, ajena al Gobierno federal, muestra una cadena de hechos urgentes donde la presión del mercado venció por amplio margen a Kimmel.
El conflicto empezó con el monólogo del lunes: Kimmel atacó con dureza al presidente Donald Trump, su Administración y a los comentaristas MAGA por, según su postura, intentar desvincularse de Tyler Robinson, autor del asesinato de Charlie Kirk. Los comentarios y chistes del presentador provocaron una dura reacción por parte de Brendan Carr, presidente de la FCC, quien afirmó durante una aparición en un podcast el miércoles que la agencia podría tomar medidas contra las licencias de emisión de las emisoras propiedad de ABC.
Según empleados del programa, el presentador estaba dispuesto a defender públicamente ese planteo en el programa del miércoles tras los comentarios de Carr, en vez de matizarlos o pedir disculpas —una postura que su equipo definió como “no doblegarse ante la indignación”.
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Según fuentes internas del show, parte de lo que Kimmel quería decir era que sus palabras estaban siendo tergiversadas intencionadamente por algunos miembros del movimiento MAGA para generar controversia.
Esa promesa de guerra, que llegó a los oídos de los principales directivos de Disney, fue el detonante que provocó una serie de hechos que generó la suspensión del programa.
En primera instancia, llegó el cerco comercial. Dueños de estaciones y conglomerados de afiliadas a ABC —entre ellos Nexstar y Sinclair— avisaron a Disney que cancelarían el programa en amplias zonas del país si éste salía al aire en los términos que planteaba Kimmel, una medida que habría cercenado de inmediato el alcance y los ingresos publicitarios del show debido a las amenazas de los anunciantes, preocupados por la reacción del público y también la FCC. Ante la posibilidad de perder mercados clave y enfrentar reclamos varios, Bob Iger, CEO de Disney; y Dana Walden, copresidenta de Disney Entertainment, abordaron la situación.
Según el WSJ, Walden habló con Kimmel y ella, junto a otros directivos, llegaron a la conclusión de que el enfoque del presentador sin dudas empeoraría la situación.
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Con las afiliadas cortando la señal y los anunciantes reubicando sus compras en medios, se optó por suspender el programa como medida de contención inmediata. Iger estuvo en reunión con Walden y los altos directivos antes de anunciarle al presentador la decisión.
En paralelo a la tensa situación comercial, se sumaron problemas de seguridad, con personal de la cadena y del programa recibiendo amenazas y casos de doxxing. Es decir, más allá de los comentarios públicos del comisionado Carr contra Kimmel y Disney/ABC, que también tuvieron su impacto en los anunciantes y las cadenas aliadas, el show del presentador se vio condenado por la fuerza del mercado y la preocupación genuina de sus directores, que eligieron no arriesgarse a redoblar la apuesta.