Las bolsas mundiales se tambalean a la espera de los datos de desempleo de EEUU
Los malos indicadores económicos de la principal potencia mundial, el sector tecnológico y el temor a un mal dato de empleo marcan una semana de pérdidas en los principales mercados internacionales.
Temor. Es la palabra que mejor define la situación de los mercados internacionales en esta semana. La ansiada y a la vez preocupante publicación de los datos de empleo de EEUU del próximo viernes ha marcado la pauta bajista de los últimos tres días -el lunes no abrieron las bolsas de EEUU por el Labor Day-. Al temor de que un nuevo mal dato ratifique el declive económico de la primera potencia mundial se sumaron una serie de indicadores peores de lo esperado y el mal momento de las tecnológicas, especialmente Ndivia, que ha perdido un 11% de su valor (más de 280.000 millones de dólares) en las primeras jornadas de septiembre.
A pesar de que los principales mercados de EEUU consiguieron contener las pérdidas al término de la jornada del miércoles, la sesión se cerró en rojo para las principales bolsas internacionales. El desplome por encima del 4% del Nikkei japonés y las pérdidas continuadas en las capitales europeas, algunas preocupantes como la pérdida de los 11.200 puntos del IBEX español durante buena parte del día -al final se salvó esta cota psicológica- hicieron temer por el comportamiento de los índices norteamericanos. De hecho, el arranque de la sesión fue muy complicado, aunque se consiguió enderezar.
El martes, el peor día en las bolsas de EEUU desde el lunes negro
Septiembre es tradicionalmente complicado para el mundo bursátil, pero los primeros días del mes este año están siéndolo especialmente difíciles. La apertura de las bolsas en EEUU el martes, tras el festivo del lunes, fueron el pistoletazo de salida para una reacción en cadena que tiñó de rojo los parqués de todo el mundo. En la primera jornada de la semana, el Dow Jones perdió un 1,51%, mientras que las caídas del S&P 500 (-2,11%) y, sobre todo el Nasdaq 100 (-3,15) fueron aún peores, marcando los peores datos desde el lunes negro del 5 de agosto tras el pánico provocado por los datos de desempleo estadounidense en julio.
Economía
Las bolsas mundiales se desploman ante el temor a un colapso en Estados Unidos
Williams Perdomo
La tecnológica Ndivia fue el centro de todas las miradas al desplomarse un 9,53%, con pérdidas de capitalización que rozaron los 280.000 millones de dólares. Unas caídas que se prolongarían durante la sesión del miércoles, aunque mucho más contenidas. También pesó en el devenir de las bolsas el dato, peor de lo esperado, de la actividad de las fábricas de EEUU. A pesar de que mejoró ligeramente los datos del mes anterior, los datos del Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por sus cifras en inglés) confirmó que la industria nacional lleva en contracción 21 de los últimos 22 meses, tras situarse en 47,2 puntos en su última lectura.
Los mercados de Asia y Europa, en rojo
El rojo se extendió a los mercados asiáticos, que cerraron el miércoles con caídas importantes y que recordaron también al aciago 5 de agosto. El Nikkei japonés llegó a perder más del 4% a lo largo de la jornada, mientras que la Bolsa de Shanghai y los principales indicadores asiáticos también terminaron la jornada en rojo. Los datos macroeconómicos publicados por China fueron peor de lo esperado, lo que no contribuyó a mejorar la situación.
Los principales parqués europeos continuaron con la tendencia a la baja, con momentos especialmente duros sobre la mitad de la jornada, coincidiendo con la apertura de los mercados estadounidenses y la publicación de datos como las vacantes de empleo (JOLTS, por sus siglas de inglés) en EEUU, que fue peor de lo esperado. Las 8,1 millones que se esperaban se quedaron en 7,6 millones en julio, el nivel más bajo desde 2021. Además, mientras que la contratación se mantuvo, los despidos aumentaron en 200.000 personas durante este mes.
Al cierre de esta noticia, el Nikkei se dejó el jueves un 1,05% lastrado por la apreciación del yen y el comportamiento de las tecnológicas, mientras que los mercados europeos abrían también con perdidas, aunque moderadas.